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Pae Promocion A La Salud


Enviado por   •  2 de Noviembre de 2013  •  7.301 Palabras (30 Páginas)  •  445 Visitas

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INDICE 1

Introducción. 2-4

Justificación. 5

Taxonomías 6

Objetivo. 7

Marco Teorico. 8

Fisiopatología 9

Integración del PAE 10

Historia Natural. 11

Ficha de Identificación. 12-15

Valoración. 16

14 Necesidades de Virginia Henderson 17

DIAGNOSTICOS 18-20

Plan de Alta. 21-22

Glosario. 23

Bibliografia. 24

Integrantes del equipo 25

INTRODUCCION

Las personas diabéticas tienen mayores posibilidades de sufrir problemas en sus pies que otras personas. Estos problemas pueden llevar a infecciones muy peligrosas en los pies.

La enfermedad diabética constituye, uno de los problemas sanitarios de mayor trascendencia, tanto por su extraordinaria frecuencia, como por su enorme repercusión social y económica.

Una de las complicaciones más temidas de esta patología, por lo que afecta la calidad de vida de los diabéticos, es la aparición de úlceras en los pies.

El pie del paciente diabético es muy sensible a todas formas de traumatismos: el talón y las prominencias óseas resultan especialmente vulnerables.

Los daños a los nervios periféricos de los pies provocan trastornos sensoriales, ulceras de la planta del pie, y atrofia de la piel.

Es frecuente en los pacientes diabéticos que las lesiones propias del denominado pie diabético trascurran sin dolor, debido a lo cual se suele agravar la lesión antes de que el paciente pida ayuda especializada.

Reconocer y tratar temprano los problemas de los pies puede prevenir complicaciones serias.

Los pies sanos son agiles y fuertes, le permiten caminar y correr soportando el peso del cuerpo. Los huesos y las articulaciones del pie absorben la presión que ejerce el peso del cuerpo. La piel y la grasa de los pies son la primera barrera para prevenir la entrada de las infecciones al interior del pie donde pueden llegar al resto del cuerpo.

Normalmente, si nos herimos un pie o si hay una infección lo primero que sentimos es dolor, el dolor nos alerta de la posibilidad de una situación peligrosa

Una vez que sentimos el dolor, sabemos que hay que curar el área afectada y nos cuidamos de no herirla otra vez.

El abordaje de un problema de salud tan importante, frecuente y de no fácil solución, mejora cuando se constituye un equipo multidisciplinar, ya que en general son varios los profesionales sanitarios implicados en su diagnóstico y tratamiento, del entendimiento y colaboración de todos ellos debe surgir la mejor manera de encauzarlo correctamente.

¿ COMO EVITAR LAS LESIONES DEL PIE DIABETICO?

A los pacientes de riesgo (ancianos y aquellos que tienen mala circulación), se les recomienda los siguientes cuidados rutinarios de los pies:

Cada día, los pies deben ser lavados (aunque no empapados) en agua caliente, cuya temperatura ha sido probada previamente con la mano. Se deben secar con meticulosidad, prestando una atención especial a los espacios interdigitales (entre los dedos).

Las uñas de los pies deben cortarse con cuidado. Los pacientes con mala vista o manos temblorosas deben pedir a otros personas que se las corten. Las uñas no deben ser más cortas que el extremo del dedo.

Los pies se deben inspeccionar con frecuencia, buscando detenidamente zonas resecas y fisuras en la piel, sobre todo alrededor de las uñas y en los espacios interdigitales. Deben espolvorearse con talco, si la piel está húmeda, o recubrirse con crema hidratante, si la piel está seca. Las plantas deben ser inspeccionadas con un espejo o por otra persona. Debe tenerse un cuidado especial con los callos y las durezas, que deben ser atendidas por un podólogo. No se deben utilizar antisépticos potentes (yodo), ni callicidas.

Si aparecen ampollas o infecciones, debe consultarse inmediatamente al médico.

No deben utilizarse bolsas de agua caliente. Es preferible utilizar unos calcetines.

Pueden emplearse mantas eléctricas, pero deben apagarse antes de meterse en la cama.

Los zapatos deben ajustar bien (sin apretar) y ser confortables, dejando espacio para que los dedos descansen en su posición natural.

Los zapatos nuevos deben calzarse progresivamente, cada vez durante un tiempo un poco más largo.

Se deben utilizar calcetines de algodón o lana, mejor que de nylon. Deben ser de la talla adecuada y no tener zurcidos ni costuras que puedan producir presiones. Deben cambiarse diariamente.

Caminar con los pies descalzos es peligroso, ya que una pequeña

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