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Parálisis faríngeas y disfonía


Enviado por   •  13 de Marzo de 2017  •  Resumen  •  1.567 Palabras (7 Páginas)  •  283 Visitas

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UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE NAYARIT

UNIDAD ACADÉMICA DE MEDICINA

OTORRINOLARINGOLOGÍA

Alondra Iahary Zavala Castañeda 3°A

PARALISIS LARINGEA

Son trata de parálisis que afectan a la musculatura intrínseca de la laringe con alteración parcial o completa de una o ambas hemilaringes.

El cuadro predomina con disfonía, disnea y raramente trastornos deglutatorios. Las manifestaciones pueden ser centrales o periféricas, si la manifestación es central, se dice que se trata de una etiología endocraneal que se puede dividir a 3 niveles:

  • Cortical (parálisis espástica),
  • Corticobulbar (incoordinación espástica)
  • Bulbar (a nivel del núcleo ambigüo, tipo flácido, epifenómeno de un cuadro neurológico mucho más complejo).

Las periféricas se dividen en altas y bajas por arriba o debajo del ganglio plexiforme. Existen diversas etiologías, entre ellas las más comunes son de origen viral, lesiones quirúrgicas o compresivas si se trata de un tumor.

Si encontramos una movilidad alterada en los músculos laríngeos se da lugar a la aparición de disnea, disfonía o disfagia que son los principales síntomas.

Clínicamente la disminución de la movilidad de los músculos intrínsecos de la laringe acompañada o no de trastornos sensitivos va a dar lugar a la aparición de disnea, disfonía o disfagia. La parálisis unilateral puede presentarse como síntoma único o también puede estar asintomático. La disfonía es el síntoma fundamental desde una discreta ronquera hasta una afonía casi total. Existe la llamada voz bitonal, los trastornos deglutatorios suelen presentarse al principio. La disfonía de mayor intensidad más alteraciones deglutatorias sugieren una etiología periférica alta con afectación de los nervios motores de la laringe (recurrente y laríngeo superior). La exploración se realiza con laringoscopia, en donde el signo fundamental que vamos a encontrar es la inmovilidad de una cuerda vocal. La afectación de la hemilaringe izquierda tendrá mayor relación con tumores broncopulmonares y la derecha con cirugía tiroidea. Existe un proceso de compensación en el que la cuerda sana es capaz de sobrepasar la línea media cerrando la glotis en fonación. La mayor parte de las parálisis idiopáticas se recuperan de modo espontáneo  en el curso de  6 a 8 meses o realizan buenas compensaciones que no requieren tratamiento más que la rehabilitación. Si no se ha observado mejoría después de los 12 meses, se realizará cirugía por técnicas de medialización por inyección o una tiroplastia de medialización.

Dentro de las parálisis bilaterales encontramos las parálisis de aducción (cierre glótico) que se caracteriza por disnea inspiratoria que puede suscitar una traqueotomía.  Suele ser secundaria a lesiones recurrenciales bilaterales en cirugía tiroidea y existe habitualmente buena función del músculo cricotiroideo, que tensa y mantiene en aducción ambas cuerdas lo que explica que mantenga una fonación buena y el que las cuerdas queden en posición media o paramedia. También puede verse en traumatismos craneoencefálicos con parálisis espástica bilateral. En caso de ausencia completa de movimiento se habla de síndrome de Riegel y cuando se aprecia un ligero movimiento de aproximación entre las cuerdas se habla del síndrome de Gerhardt. El tratamiento es una traqueotomía o inyección de toxina botulínica para relajar las cuerdas vocales y el músculo cricotiroideo. y las de abducción (apertura glótica).

También tenemos la parálisis de abducción que tiene origen central, el cierre glótico es imposible. la voz es débil, el paciente es incapaz de alimentarse, pero la respiración no se ve comprometida. Este tipo de parálisis se conoce como síndrome de Ziemssen. El tratamiento es la traqueotomía.

PARALISIS ASOCIADAS DE LA LARINGE

Está inmerso dentro de una entidad nosológica. Presenta 2 formas; bulbar y extramedular  de los 4 últimos pares craneales. Dentro de los bulbares encontramos el síndrome de Wallenberg o síndrome lateral del bulbo donde se produce una parálisis de X y XI par craneal, por lo que habrá parálisis de la cuerda, del velo y de la faringe junto con hemisíndrome cerebelosos, vértigo y anestesia de la hemicara donde está la lesión. En el lado contrario se producirá hemianestesia termoanalgésica de tipo siringomiélico. El síndrome bulbar unliateral total o síndrome de Cestain- Chesnais presenta lo mismo que el Síndrome de Wallenberg más, una hemiplejía contralateral.

Las lesiones extramedulares   pueden tener origen bulbar:

  1. Síndrome de Avellis (X y XI interno): parálisis velolaríngea y taquicardia, abolición del reflejo oculocardiaco.
  2. Síndrome de Schimidt (X y XI completo): se añade al anterior el espinal externo (esternocleidomastoideo y trapecio)
  3. Síndrome de Jackson (X, XI y XII).

Son características periféricas las siguientes asociaciones:

  1. Síndrome del agujero rasgado posterior (IX, X, XI)
  2. Síndrome de Collet-Sicard (IX,X,XI y XII)
  3. Síndrome de Villaret: cuando al síndrome de agujero rasgado posterior se añade el simpático cervical que indica una invasión del espacio retroparotídeo.
  4. Síndrome de Tapia: asociación de una parálisis recurrencial con una del hipogloso.

Las parálisis bilaterales pueden ser en apertura glótica con mala voz y aspiraciones frecuentes o en cierre con buena voz y disnea. Pueden ser únicas o asociadas a otros nervios o trastornos neurológicos, dando lugar a síndromes variados.

Las parálisis unilaterales se tratan de forma conservadora inicialmente y sólo cuando la voz no alcanza un nivel adecuado se plantean tratamientos quirúrgicos.

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