Pasión Por La Ciencia

La genetista Barbara McClintock dijo una vez en su investigación: “Yo estaba tan interesada en lo que estaba haciendo, que casi no podía esperar para levantarme por la mañana y llegar a ella. Uno de mis amigos, un genetista, dijo que yo era un niño, porque sólo los niños no pueden esperar para levantarse en la mañana para llegar a lo que quieren hacer”.

Cualquiera que haya experimentado la maravilla infantil evocada por observar o comprender algo que nadie ha observado o comprendido antes reconocerá el entusiasmo de McClintock. La búsqueda de esa experiencia es una de las fuerzas que mantienen a los investigadores arraigados a sus mesas de laboratorio, subiendo a través de la espesura de la selva sofocante, o siguiendo los hilos de un problema teórico difícil. El tener éxito en la investigación es un triunfo personal que gana y merece el reconocimiento individual. Pero también es un logro colectivo, en el aprendizaje de algo nuevo, tanto en lo que el descubridor se basa y en lo que contribuye al cuerpo de conocimientos que poseen en común todos los científicos.

La investigación científica ofrece muchas otras satisfacciones, además de la emoción del descubrimiento. Los investigadores tienen la oportunidad de relacionarse con los compañeros que han hecho importantes contribuciones al conocimiento humano, con sus compañeros que piensan profundamente y se preocupan apasionadamente sobre temas de interés común, y con los estudiantes que se puede contar para desafiar suposiciones. Con muchas novedades importantes que se producen en las zonas donde las disciplinas se solapan, explorar nuevos campos, y ampliar sus conocimientos.

La investigación puede conllevar frustraciones y decepciones, así como satisfacciones. Un experimento puede fallar debido a un mal diseño, a complicaciones técnicas, o la gran dificultad de la naturaleza del mismo. Una hipótesis favorecida puede llegar a ser incorrecta después de consumir meses de esfuerzo. Los colegas pueden estar en desacuerdo sobre la validez de los datos experimentales, la interpretación de los resultados, o el crédito por el trabajo realizado. Las dificultades de este tipo son prácticamente imposibles de evitar en la ciencia.

El número de investigadores capacitados y las oportunidades de investigación interesantes han crecido más rápido que los recursos financieros con los que se cuenta, los esfuerzos de investigación son cada vez más grandes, más complejos y más caros.

El papel de la ciencia en la sociedad se ha vuelto más importante y más complejo, con consecuencias que son a la vez estimulantes y estresantes.

Para los no científicos, el rico juego de la competencia, la alegría, la frustración y la cooperación en las fronteras de la investigación científica parece paradójico. Resultados producidos por la ciencia en el conocimiento se presentan a menudo como fijos y universales. Sin embargo, el conocimiento científico, obviamente emerge de un proceso que intensamente humano, un proceso en forma indeleble en las virtudes humanas, valores y limitaciones dadas por los contextos sociales.

La ciencia ha progresado a través de un “matrimonio” único productivo entre la creatividad humana y el escepticismo puro y duro de la apertura a nuevas aportaciones científicas y el cuestionamiento persistente de esas contribuciones y el consenso científico existente. En base a sus observaciones y las ideas sobre el mundo, los investigadores desarrollan nuevas ideas y observaciones que parecen describir el mundo físico, biológico y social de forma más precisa y completa.

Los científicos dedicados a la investigación aplicada pueden tener objetivos más utilitarios, tales como la mejora de fiabilidad de un chip semiconductor. Sin embargo el efecto final de su trabajo es el mismo: son capaces de hacer afirmación sobre el mundo que están sujetas a pruebas empíricas.

La objetividad empírica de las afirmaciones científicas no es toda la historia. La fiabilidad de los conocimientos científicos también se deriva en parte de las interacciones entre los propios investigadores.

A lo largo de la historia de la ciencia, los filósofos y los científicos han tratado de describir un procedimiento sistemático simple que se puede utilizar para generar conocimiento científico, pero nunca han tenido un éxito completo.

La práctica de la ciencia es demasiado polifacética y sus practicantes son demasiado diferentes para ser capturados en una sola descripción general. Los investigadores recogen y analizan datos, elaboran hipótesis, se replican y amplían el trabajo anterior, comunican sus resultados con los demás, la revisión y la crítica de los resultados de sus compañeros, forman y supervisan a los asociados y los estudiantes, y de otra manera participan en la vida de la comunidad científica.

La ciencia es también lejos de ser una empresa independiente o autosuficiente. Los avances tecnológicos influyen críticamente la ciencia, como cuando un nuevo dispositivo, como un telescopio, microscopio, cohete, o computadora, abre nuevas áreas de investigación. Las fuerzas sociales también afectan a las líneas de investigación, lo que complica enormemente la descripción de los avances científicos.

Otro factor que confunde el análisis del proceso científico es la relación complicada entre el conocimiento individual y el conocimiento social de la ciencia. En el corazón de la experiencia científica hay visión particular sobre el funcionamiento de la naturaleza. Muchos de los logros sobresalientes en la historia de la ciencia surgieron de las luchas y los éxitos de los científicos individuales que buscaban dar sentido al mundo.

Al mismo tiempo, la ciencia es intrínsecamente una empresa social en marcado contraste con el estereotipo popular de la ciencia como una búsqueda solitaria aislada de la verdad. Con pocas excepciones, la investigación científica no se puede hacer sin apoyarse en el trabajo de otros, o colaborando con otros. Inevitablemente, se lleva a cabo dentro de un contexto histórico y social amplio, lo que da sustancia, dirección, y en última instancia significancia al trabajo de los científicos individuales.

El objetivo de la investigación es ampliar el conocimiento humano acerca del mundo físico, biológico o social más allá de lo que ya se conoce. Pero el conocimiento de un individuo entra correctamente en el dominio de la ciencia sólo después de que se presenta a los demás de una manera tal que pueden juzgar de manera independiente su validez. Este proceso se produce de muchas maneras diferentes. Los investigadores hablan con sus colegas y supervisores en los laboratorios, en los pasillos, y por teléfono. Se hacen presentaciones en seminarios y conferencias. Ellos escriben sus resultados y los envían a revistas científicas,

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