Plantas carnívoras

Descubren el mecanismo de las plantas carnívoras, una trampa mortal para los insectos

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Es casi seguro que no forman parte del paisaje urbano, pero existen. Tampoco crecen en el patio de alguna vecina y menos aún, en las plazas públicas. Pero en la selva suelen ser trampas mortales para los insectos. Se trata de las plantas carnívoras, tema de investigación de un equipo internacional de científicos que descubrió el mecanismo a través del cual, la planta logra cerrar automáticamente las hojas.

Lo primero que hay que saber es que poseen frutos que se abren explosivamente ante un leve roce, diseminando semillas. Según los científicos, la trampa de esta planta carnívora llamada Venus atrapamoscas es activada cuando finos pelos en las hojas de la planta son tocados, por ejemplo, por un insecto desprevenido. Entonces en ese preciso momento captura -con la ayuda de los rápidos movimientos de sus hojas- a su presa.

Este mecanismo de cierre de las hojas se incluye entre los movimientos más rápidos en el reino vegetal. Como protección contra los animales herbívoros, la planta carnívora puede plegar rápidamente sus hojas bipinnadas al más mínimo contacto, explican los investigadores en un artículo que se publicará en la edición de mañana (volumen 433) de la revista Nature. Sin embargo, hasta ahora desconocían su funcionamiento.

"Las plantas modifican primero mínimamente la geometría de las dos mitades de la hoja, con lo que logran una especie de descarga de tensión. Al igual que un lente de contacto que se invierte, la hoja se cierra en sólo una décima de segundo, encerrando a la presa", explica el artículo.

Muchos investigadores creían que un cambio de presión en el interior de las células de las hojas era responsable del cierre de las mismas. Yohl Forterre, de la Universidad de Provence en la ciudad francesa de Marsella y sus colaboradores, mostraron que la trampa se activa por un cambio en la geometría de la hoja.

Para su investigación, los científicos pintaron numerosos puntos fluorescentes sobre las hojas y luego filmaron con una cámara de alta velocidad el cierre de la trampa. Así comprobaron que la planta cambia en tres pasos la curvatura de las hojas de convexo a cóncavo.

Primero, las hojas presentan un arco con una tensión hacia afuera. Ante un estímulo en los pelos, la hoja cambia mínimamente la curvatura, de una forma aún desconocida. A partir de un cierto punto, la tensión de las hojas se hace insostenible y la trampa se cierra rápidamente.

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