Por Que No Se Pueden Meter Objetos Metalicos Al Horno De Microondas
Enviado por checoolmos • 1 de Mayo de 2013 • 1.870 Palabras (8 Páginas) • 921 Visitas
¿Por qué no se pueden meter objetos metálicos en el microondas?
Eso es debido a las particularidades del enlace entre elementos metálicos.
El enlace metálico es denominado "mar de electrones", dada la siguiente característica: mientras los núcleos atómicos permanecen "estáticos", los electrones que los rodean son compartidos por un elevado número de átomos vecinos, dando una apariencia de "nube" y proporcionándoles una enorme movilidad. Esto último hace que sean excelentes conductores, como norma general, de la electricidad
Esos electrones pueden, y de hecho lo hacen, pasar de un nivel energético a otro con la simple adición de luz o algo de calor. Debido a esto, los metales tienen ese brillo tan característico.
Ahora bien, si introducimos un objeto metálico dentro de un microondas, las radiaciones que genera este ( que tienen las características energéticas apropiadas para excitar aun mas a los electrones de los metales) provocan que estos, al tener mas energía de la habitual, escapen de sus "lugares" naturales y puedan impactar contra el aparato, llegando incluso a estropearlo o inutilizarlo.
Fuente(s):
Doctor en Física Cuántica.
Doctor Ingeniero Nuclear.
Falacias – Microondas (parte III, los metales)
En esta (por ahora) última entrega de Falacias dedicadas a los microondas, después de hablar de la comida y de los peligros de estar cerca, vamos a hablar acerca de otra muy común, y creo que fundamentalmente creada por los fabricantes: Es peligroso meter cualquier objeto metálico en el microondas. A veces la he oído en la versión “porque puede romper el aparato” y a veces como “porque puede explotar/dañarte de alguna manera”.
Como muchas mentiras, tiene un núcleo de verdad, pero aceptarla sin entenderla y sin más no tiene ningún sentido. Es como decir que beber líquidos es muy peligroso. Bien, depende de qué líquido y en qué circunstancias. Hay que saber cuándo y qué beber, pero no quedarse en la primera afirmación sin saber la razón.
En primer lugar – supongamos que, en efecto, cualquier cosa de metal en el interior del microondas puede provocar una catástrofe. Pero, vamos a ver, ¿de qué demonios están hechas las paredes del microondas? ¿No deberían romperse o explotar todos ellos? Además, en muchos de ellos el plato giratorio es de cristal, pero en otros (como en el mío, por cierto) es de metal. De modo que la afirmación, sin más, es claramente falaz.
La causa de que el metal sea “especial” dentro de un microondas se debe a dos razones, y ambas han sido mencionadas de una u otra manera en la anterior entrega de esta serie:
La primera peculiaridad de los metales es que reflejan muy bien las ondas electromagnéticas – por eso las paredes del microondas son de metal. De manera que, para el microondas, los metales actúan como “espejos”. ¿Qué sucede si, por ejemplo, metemos un alimento envuelto en papel de aluminio en el microondas? Que las microondas se reflejarán en el envoltorio y no calentarán la comida. De hecho, lo que sucede es muy parecido a lo que ocurriría si el microondas estuviera vacío.
¿Es esto perjudicial? Para ti, en absoluto. Para tu microondas es igual de malo que hacerlo funcionar vacío: al no haber nada que absorba las microondas, éstas vuelven al magnetrón (el aparato que las crea). Puedes ver dónde está en tu horno porque, si te fijas, la pared de dentro no es completamente de metal: hay una parte (suele ser rectangular, aunque a veces no se ve bien) que no está cubierta de metal, que es por donde entran las microondas en la caja. Si no hay nada que las absorba, vuelven a entrar por ese agujero en el magnetrón y pueden quemarlo poco a poco. Pero esto no es un peligro para ti – simplemente algo nada conveniente para la salud de tu horno.
La segunda peculiaridad de los metales, como mencionamos en la anterior entrega, es que los electrones de su superficie se mueven libremente por todo el metal, y utilizan la energía que reciben de las ondas (la que no reflejan directamente) para moverse. Si se hace incidir una onda electromagnética sobre un palo de metal, por ejemplo, los electrones del palo empezarán a moverse arriba y abajo por la superficie del palo al ritmo de la onda: eso es lo que es una antena.
Cuando la onda no es muy intensa, sólo unos pocos electrones se mueven, pero si es muy intensa lo hacen muchos: en el interior de un microondas, el movimiento de los electrones por los metales es masivo y muy rápido. ¿Qué consecuencias tiene esto? Que, si el metal es muy fino (es decir, tiene mucha resistencia) se calienta mucho - tanto que puede incluso quebrarse. Eso ocurre a veces con las decoraciones metálicas de los platos.
Pero seguro que esto te ha ocurrido: hay cuencos y tazas de cerámica que parecen calentarse más que lo que contienen cuando los metes en el microondas. La razón suele ser que la cerámica de la que están hechos contiene partículas metálicas (muy a menudo de aluminio) que, al actuar de “miniantenas” con electrones yendo y viniendo por ellas muy rápido (a un ritmo de 2.400 millones de veces por segundo, la frecuencia de las microondas) se calientan mucho y no dejan que esa energía entre en lo que contienen. ¿Peligro? Ninguno, aunque estás calentando la comida de forma poco eficaz.
Además, cuando estos electrones van arriba y abajo por el metal, si el objeto metálico tiene puntas, los electrones se acumulan en ellas (no voy a entrar en la razón ahora, pero un objeto metálico cargado acumula la mayor parte de la carga en las puntas – por eso los rayos caen en los objetos puntiagudos más a menudo). A veces se acumulan tantos que se produce una pequeña descarga de arco eléctrico por
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