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Proceso de Atención Enfermería Colesistitis


Enviado por   •  27 de Mayo de 2012  •  2.077 Palabras (9 Páginas)  •  1.044 Visitas

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Cirrosis hepática

INTRODUCCION

La cirrosis hepática, es una de las enfermedades más importantes y que más aquejan a este órgano. La cirrosis Hepática es una enfermedad crónica progresiva que consiste en la muerte del tejido hepático normal, que es sustituido por un tejido fibroso o cicatricial desorganizado incapaz de ejercer las funciones del hígado. Los hepatocitos pierden su arquitectura normal, y el lobulillo hepático se convierte en un conglomerado de células y tejido fibroso. Esta pérdida de estructura del lobulillo lo incapacita para realizar sus funciones (metabolización desustancias, depósito de glucosa, producción de proteínas y factores de coagulación) por lo que el cuadro clínico de la cirrosis es muy amplio.

Entre las causas que pueden provocar cirrosis en un hígado normal se pueden mencionar: alcoholismo, virus de la hepatitis B y C, cirrosis biliar primaria, fibrosis quística del páncreas, estenosis de las vías biliares, obstrucción venosa del hígado, drogas que dañen el hígado, hemocromatosis, enfermedad de Wilson y déficit de a1 antitripsina entre otras enfermedades. La sospecha de cirrosis se fundamenta en datos clínico-analíticos, pero su diagnóstico definitivo es histológico. Los motivos más frecuentes por los que los pacientes cirróticos acuden a Urgencias son debidos a descompensación de la cirrosis e incluyen:

 Empeoramiento de la insuficiencia hepatocelular: ictericia, diátesis, hemorrágica, encefalopatía.

 Complicaciones de la hipertensión portal: hemorragia digestiva alta, ascitis, encefalopatía

. Infecciones: peritonitis bacteriana espontánea (PBE), urinaria, respiratoria

Hay tres tipos:

Cirrosis alcohólica: en la cual el tejido cicatrizal rodea en forma característica las aéreas portales. Es el tipo más común, y suele ser producto del alcoholismo crónico.

Cirrosis posnecrotica: en que aparecen bandas anchas de tejido cicatrizal como resultado tardío de hepatitis viral aguda.

Cirrosis biliar: en la cual las cicatrices del hígado rodean los conductos biliares. Suele deberse a abstracción crónica de las vías biliares e infección (colangitis); es mucho menos común que las otras dos formas de cirrosis.

La zona del hígado más afectada comprende los espacios portales y periportales donde se comunican los canalículos biliares de cada lobulillo para formar los conductos biliares. Estas áreas se inflaman y los conductos se ocluyen con bilis y pues espesos. El hígado intenta formar nuevos conductos biliares, en consecuencia hay proliferación excesiva de tejido, compuesto en gran medida por conductos recientes desconectados y rodeados de tejido cicatrizal.

Las manifestaciones clínicas de esta enfermedad incluyen ictericia y fiebre intermitente. Al principio se observa hepatomegalia, endurecimiento e irregularidades del hígado, el cual, a la larga, se atrofia.

ETIOLOGÍA:

• Consumo excesivo de alcohol.

• Infección crónica por los virus de la hepatitis B y C.

• Hemocromatosis hereditaria

• Enfermedad de Wilson

• Hepatitis autoinmune

• Esteatohepatitis no alcohólica.

• Colestasis obstructivas crónicas

• Obstrucción crónica del drenaje venoso

• Toxicidad por fármacos

• (Metotrexato, metildopa, vitamina A, etc.).

• En los niños la causa más frecuente es la anormalidad congénita de la vía biliar (atresia de vía biliar, enfermedad de Alagille, enfermedad de Byler).

• Cuando no es posible determinar el factor etiológico (5%) se denomina cirrosis criptogenética

Fisiopatología:

El origen de la cirrosis se ha relacionado con diversos factores, pero se considera que el principal es el consumo de bebidas alcohólicas, pues afecta con mayor frecuencia a los alcohólicos. Aunque en la cirrosis las deficiencias nutricionales por reducción del consumo de proteínas contribuyen a la destrucción del hígado, el consumo excesivo de alcohol es el factor causal del hígado graso y sus consecuencias. Sin embargo, también se observa cirrosis en personas que no consumen alcohol y en quienes llevan una dieta adecuada aunque su consumo de alcohol sea elevado.

Al parecer, algunos individuos son mas susceptibles que otros a la enfermedad, sean o no alcohólicos, estén o no desnutridos. Hay otros factores, como el contacto con algunas sustancias químicas ( tetracloruro de carbono, naftaleno clorado, arsénico o fosforo), o la esquistosomiasis infecciosa. Recorren un riesgo mayor de desarrollar hepatopatía inducida por el alcohol por alguna razón hasta el momento desconocida. La mayoría de los pacientes se encuentran entre los 40 y 60 años de edad.

La cirrosis alcohólica se caracteriza por episodios de necrosis de hepatocitos, que a veces se repiten en el curso de la enfermedad. El tejido cicatrizal sustituye a los hepatocitos destruidos, cuya cantidad puede exceder con el tiempo a la del tejido hepático funcional. En áreas con retracción cicatrizal puede haber protrusión de islotes de tejido normal residual y células en regeneración, lo cual da al hígado cirrótico el aspecto nodular característico. El padecimiento suele iniciarse en forma insidiosa y su evolución es muy lenta; no es raro que entre el inicio y la manifestación del cuadro medie un periodo de 30 años o más.

El pronóstico de las diferentes formas de cirrosis causadas por los diversos trastornos hepáticos ha sido analizado en una serie de estudios. De los principales indicadores pronósticos, la clasificación de Child parece ser la más útil para la predicción del resultado en sujetos con enfermedades hepáticas. También se utiliza para elegir el tratamiento.

Manifestaciones clínicas

Los signos y síntomas de cirrosis se hacen más graves a medida que la enfermedad avanza. La gravedad de las manifestaciones permite categorizar el trastorno en dos presentaciones principales

Compensada

• Fiebre ligera intermitente

• Araña vascular

• Eritema palmar

• Epistaxis inexplicable

• Edema de los tobillos

• Indigestión matutina vaga

• Dispepsia flatulenta

• Dolor abdominal

• Hígado crecido y firme

• Esplenomegalia

Descompensada

• Ascitis

• Ictericia

• Debilidad

• Emaciación muscular

• Pérdida de peso

• Fiebre ligera continua

• Dedos en palillo de tambor

• Purpura ( debido a reducción en el recuento plaquetario)

• Equimosis espontanea

• Epistaxis

• Hipotensión

• Vellos corporales escasos

• Uñas blancas

• Atrofia

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