Promocion De La Salud

PROMOCIÓN DE LA SALUD

Aunque la supervisión de la salud de los niños comienza antes del nacimiento, continúa en esta etapa intermedia e incluye las revisiones periódicas; es sabido que la salud es responsabilidad tanto individual como de la comunidad.

Durante la etapa escolar, los niños viven un período de búsqueda y de toma de decisiones. Esto supone entusiasmo para desarrollar las capacidades propias y participar en trabajos con sentido. Los intereses infantiles aumentan en esta etapa. Por tanto es el momento adecuado para iniciarse en la educación para la salud, la cual se constituye como un proceso de información y responsabilización del individuo, con el fin de que conozca y adquiera las actitudes y los hábitos básicos para la defensa y la promoción de la salud individual y la del colectivo en donde se inserta.

Gran parte del cuidado de la salud de los escalares consiste en formarlos en los aspectos del autocuidado, de forma que el niño logre la mayor autonomía posible.

NUTRICIÓN

Las necesidades calóricas durante esta etapa disminuyen en relación con el tamaño corporal. El escolar necesita de 40 a 60 cal/Kg/día y de una dieta variada debido a que esta edad tiene buen apetito y come en abundancia y sin horario establecido.

No obstante se almacenan reservas para el incremento de las necesidades del crecimiento que se tendrán durante la adolescencia. Es importante hacer comprender a los niños y padres el valor de una dieta equilibrada, fomentándose el crecimiento y la prevención de futuros problemas de salud, como la obesidad, las cardiopatías, el cáncer y la osteoporosis.

La dieta ideal debe ser baja en grasa, alta en calcio y carbohidratos complejos (almidón y fibras) y suficiente pero no excesiva en calorías. Los niños deben tomar a diario alimentos de los cuatro grupos.

La distribución de las comidas a lo largo del día debe hacerse de una manera equilibrada conviene que el desayuno sea abundante y contenga una representación de todos los grupos de alimentos (desayuno escolar) para que los niños puedan desarrollar con normalidad su actividad escolar. Las proteínas de la dieta deben ser de carácter tanto animal como vegetal sin que se sobrepase el 50% de proteínas animales a partir de los diez años. El consumo de grasas animales debe estar convenientemente limitado. El aporte de los hidratos de carbono se hará preferentemente en forma de polisacáridos, limitando el exceso de azúcar e incluyendo productos que contengan fibra, como los cereales integrales, las verduras, las legumbres y la fruta con piel. Debe evitarse el consumo de golosinas y comida chatarra.

Durante todo su período escolar, el niño debe recibir cursos de educación nutricional integrados entre las actividades más convencionales de su enseñanza.

SUEÑO, DESCANDO Y ACTIVIDAD

Los niños en edad escolar ya han adquirido un patrón de sueño individual que depende de la edad, de su actividad y del nivel de salud. Los padres deben cerciorarse que la cantidad de descanso sea adecuada (8 – 10 horas diarias) y procurar que esté en la cama oportunamente. Los niños no suelen ser conscientes de su cansancio, por lo que si se les permite permanecer despierto más allá de una hora prudente, se verán cansados al día siguiente.

Algunas veces la resistencia a dormir se resuelve dejando que el niño se acueste un poco más tarde en referencia a que es mayor a la edad de sus hermanos menores.

No se les debe permitir actividades con aparatos electrónicos, como videojuegos o el ordenador, hasta 2 horas antes de acostarse, pues pueden dar lugar a fenómenos de insomnio.

Resulta de importancia capital que los adultos, padres y maestros comprendan la necesidad del equilibrio entre la actividad y el descanso durante la etapa escolar. Es frecuente que la jornada del menor esté repleta de actividades, tanto escolares como extraescolares, mediante las cuales los adultos pretenden proporcionarles una educación completa y mantenerlos suficientemente ocupados.

Los padres deben saber que el escolar que no recupera el equilibrio orgánico a través de la distribución correcta de la actividad y el sueño puede reaccionar de forma inadecuada o anómala, unas veces mediante conductas en las que dominan la hiperexcitabilidad, la irritabilidad, la dispersión y la falta de control emocional. En otras ocasiones se manifiesta con inhibición, somnolencia, bajo nivel de atención o enlentecimiento del pensamiento. Todas ellas afectan negativamente a los procesos de aprendizaje y de relación social.

ACTIVIDAD FÍSICA

La mejora de las capacidades y de a la adaptabilidad del niño en edad escolar le permiten más velocidad y un mayor esfuerzo en las actividades motoras. El ejercicio es esencial para el progreso del tono muscular, el equilibrio, la coordinación y el aumento de la fuerza y la resistencia. La actividad física condiciona los cambios en el crecimiento y en el desarrollo de los niños. Pero se ha de tener en cuenta que aunque los niños son altos y parecen fuertes, tal vez no estén aún preparados para los deportes de competición intensos.

Así pues, se ha de escoger el aumento y la actividad adecuados para cada menor y saber también cuando esta actividad resulta perjudicial para su crecimiento, desarrollo y estabilidad emocional.

HÁBITOS HIGIÉNICOS

Desde el punto de vista sanitario hay que velar por la limpieza y la higiene del cuerpo, de la piel, de los órganos de los sentidos y de los objetos personales. Los niños escolares son capaces de bañarse, vestirse, etc., pero necesitan ayuda en detalles, como cuidado de uñas y cabello, limpieza de oídos, nariz y dientes.

En relación a la higiene corporal el aspecto más importante en esta etapa es la higiene dental.

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