Protocolo, trato de mujeres entre Alemania y Europa

Justificación

Dentro del campo de la medicina, más específicamente en el campo de la neurocirugía pediátrica, existen ciertos procedimientos que por distintas razones (generalmente asociadas a las tasas de mortandad) son estudiados de una manera poco profunda. Uno de ellos, es el uso de craniectomías descompresiva para pacientes con TCE (trauma craneoencefálico) grave, pues para que sea realizado el paciente es estudiado para saber si es candidato a una de ellas y, a pesar de que es imposible conocer el resultado de la operación, se sabe que son predictores de mortalidad en TCE la elevación de la PIC y el estado de las pupilas (Colin RS, Shaffrey ME, Bogaev CA, Tisdale N, Germanson T, Bocchicchio B, Jane JA, Decompressive Bifrontal Craniectomy in the Treatment of Severe Refractory Posttraumatic Cerebral Edema, Neurosurgery, 1997, 41, 84-94). Es muy improbable que este tipo de pacientes tengan una recuperación completa, debido a las lesiones sufridas y las posibles complicaciones durante y después de la operación. Debido a todo esto, esos pacientes son declarados muertos casi al instante (Medicine. (2015). Types of head trauma. 2015, de University of Chicago Sitio web: http://www.uchospitals.edu/online-library/content=S03889). Ya que no todos los TCE son iguales, es difícil establecer con exactitud una tasa de éxito o mortandad exacto pero se sabe que la proporción de resultados favorables en craniectomía descompresiva por TCE es de 60% en niños y 18% en adultos (Morgalla M, Krasznai L, Buchholz R, Bitzer M, Deusch H, Walz GU, Grote EH. Repeated Decompressive Craniectomy after Head Injury in Children: Two Succesful cases as result of improved Neuromonitoring, Surg Neurol, 1995, 43, 583-590). Por supuesto, estas evidencias son de casos donde el TCE es leve, pues aún es tema de debate entre los médicos si pacientes con un estado de gravedad que estén al punto de ser declarados con muerte cerebral vale la pena que sean considerados como candidatos.

Gracias a lo expuesto anteriormente, es posible concluir que los pacientes con TCE grave rara vez son considerados por los médicos como pacientes potenciales para una operación quirúrgica que puede elevar sus posibilidades  de sobrevivencia y tener un desarrollo neuronal aceptable (los pacientes con este tipo de traumas no recuperan las funciones neuronales completamente). En el momento de ser admitido como miembro de la profesión médica, se hace el juramento hipocrático, que consiste en que el médico en cuestión jure ante los otros médicos, doctores y ante la comunidad comprometerse con el bienestar del ser humano. Su contenido es de carácter ético y la parte que toma particular interés para esta investigación es: (…) A cualesquier casa que entre, iré por el beneficio de los enfermos (…) (Colegio Médico de Chile. (2001). Juramento Hipocrático. 2015, de Colegio Médico de Chile Sitio web: http://www.colegiomedico.cl/Default.aspx?tabid=149). Al no investigar a un nivel aceptable los beneficios que pueden proporcionar estas prácticas, se está cumpliendo este juramento y, si bien puede ser considerado como un compromiso moral, parte de las obligaciones de los médicos es investigar y encontrar la manera de hacer que las condiciones de vida de sus pacientes sean mejores y es por esto, que se considera que esta investigación puede proporcionar beneficios no solo al enfermo en cuestión, sino a la familia que es responsable de él.

Dentro del instituto Lux, se da una formación ignaciana la cual se caracteriza por “ser una invitación constante a la transformación de las personas y el mundo, a través de procesos que inviten al desarrollo de la libertad. La pedagogía más apropiada para llevar al aula de clase la visión y los principios y valores de la educación jesuítica es el paradigma pedagógico ignaciano, lo cual acerca a los estudiantes a aprendizajes significativos que incorporará a su vida"( Instituto Lux A.C.. (2009). ¿Quiénes Somos?. 2015, de Instituto Lux A.C. Sitio web: http://www.institutolux.edu.mx/weblux/quienes_somos.php). Para cumplir este propósito, dentro de los distintos niveles educativos se tienen experiencias que buscan fomentar en el alumno distintos valores así como la capacidad de ser objetivo ante los problemas que existen dentro de su sociedad y buscar una solución a ellos. Dentro del bachillerato, se tienen distintas experiencias que buscan cumplir con este objetivo: en el primer año los alumnos van a dar tutorías a escuelas públicas de bajos recursos, en el segundo año el instituto divide a los alumnos en equipos de doce personas después de que ellos escogieron una pareja con la que vivirán lo que es llamado Experiencia Rural, que consiste en que por 9 días vayan a vivir a una comunidad rural como parte de una familia, para que puedan entender cuáles son las dificultades y las ventajas de haberse establecido en este tipo de comunidades cuando la periferia está tan cerca. Por último, en el año final los alumnos son divididos en equipos (pueden ser desde 2 hasta 12) para ir a trabajar a fabricas como obreros, siendo esta el cierre a la etapa de formación social de este nivel académico.

Para esta investigación se consideró que la experiencia que más enriquecedora podría resultar, sería la vivida en el primer año, ya que se está en contacto directo con individuos que pueden ser considerados pacientes pediátricos y, además de esto, en algunos de ellos se podían observar los efectos por TCE (traumas craneoencefálicos). A pesar de que en esta investigación se enfocará en los TCE graves, la experiencia que el instituto proporcionó en el primer año será tomada como referencia sobre los efectos que pueden tener los TCE leves dentro del desarrollo neuronal de un paciente pediátrico. Se sabe que en los estratos de bajo nivel socioeconómico, los índices de violencia conyugal son mayores que dentro de los estratos económicos más altos (Rubén Alvarado; Claudia Gutiérrez. (2002). Violencia conyugal según niveles socioeconómicos en la región metropolitana. Revista Chilena de Salud Pública, 6, 27-34). Se sabe que en la mayoría de los casos cuando existe una violencia conyugal, que es definida como la violencia existente dentro de los miembros de la pareja (Rubén Alvarado; Claudia Gutierréz. (2002). Violencia conyugal según niveles socioeconómicos en la región metropolitana. Revista Chilena de Salud Pública, 6, 27-34), esta violencia afecta a toda la familia y generalmente deriva en el maltrato de los hijos. Gracias a lo observado dentro del plantel escolar mientras se iban a dar las tutorías (y a lo que los niños comentaban sobre sus casas), la mayoría de los que eran enviados por las profesoras a las tareas eran niños que tenían problemas de aprendizaje y en todos ellos el patrón común era la violencia, con un distinto nivel de gravedad, que vivían.  En muchos de ellos, se observaban muestras evidentes de maltrato físico, pues tenían marcas de golpes y/o moretones en brazos y piernas, y en muchos casos se podía observar como el cráneo tenía una forma distinta a la establecida, lo que puede provocar alteraciones neuropsicológicas que impiden un desarrollo completo. Estas malformaciones se dan cuando el individuo es un lactante lo que indica que hubo un constante maltrato desde que el niño era pequeño y las repercusiones se ven actualmente.

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