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Enviado por paoreyesarevalo • 9 de Octubre de 2014 • 2.952 Palabras (12 Páginas) • 366 Visitas
La igualdad de género supone el pleno y universal derecho de hombres y mujeres al disfrute de la ciudadanía, no solamente política sino también civil y social. Ello no significa que mujeres y hombres deban convertirse en iguales, sino que sus derechos, responsabilidades y oportunidades no dependan de si han nacido hombre o mujer. El medio para lograr la igualdad es la equidad de género, entendida como la justicia en el tratamiento a mujeres y hombres de acuerdo a sus respectivas necesidades.
Sabemos bien que no basta decretar la igualdad en la ley si en la realidad no es un hecho. Para que así lo sea, la igualdad debe traducirse en oportunidades reales y efectivas para ir a la escuela, acceder a un trabajo, a servicios de salud y seguridad social; competir por puestos o cargos de representación popular; gozar de libertades para elegir pareja, conformar una familia y participar en los asuntos de nuestras comunidades, organizaciones y partidos políticos.
Para comprender mejor el tema de equidad de Género se hace necesario introducir en este documento conceptos como igualdad de oportunidades e igualdad de resultados
El concepto de igualdad de oportunidades alcanzó gran popularidad a finales de los 80 y en los 90. Dicho concepto supone la equiparación de las condiciones de partida para que cada persona tenga la opción o posibilidad de acceder por si misma a la garantía de los derechos que establece la ley. Actualmente se considera este concepto insuficiente para garantizar la igualdad sustantiva, ya que la igualdad de oportunidades no garantiza la igualdad de resultados.
Las desventajas existentes para el logro de la igualdad en el disfrute de los derechos, exige que las personas en desventaja reciban el trato que pueda garantizarles el ejercicio de derechos de igual forma que las personas que no están en desventaja. Es así como surge el concepto de igualdad de trato que requiere el dar a las personas el trato equivalente, considerando las diferencias y desigualdades que puedan presentarse.
La igualdad de resultados tiene por objetivo que las personas puedan disfrutar, gozar y ejercer sus derechos, motivo por el cual se hace necesario eliminar cualquier distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que pueda anular el goce y ejercicio de esos derechos. La igualdad de resultados busca que todas y todos puedan ejercer sus derechos sin discriminaciones y con oportunidades y trato que favorezca tal ejercicio (García / PNUD, 2009).
La lucha por la igualdad de género en América Latina se remonta a la segunda mitad del siglo XIX, con el surgimiento de grupos de mujeres de clase alta que reivindicaron su acceso a la universidad consiguiendo con gran esfuerzo ser las primeras médicas y abogadas; después, llegarían las primeras huelgas de trabajadoras, exigiendo condiciones laborales dignas para sí y para sus familias; la reivindicación del reconocimiento del derecho al voto protagonizada por las sufragistas; la movilización de las mujeres para poner fin a las guerras y los sistemas autoritarios y la progresiva lucha por la eliminación de todas las desigualdades que impiden su pleno desarrollo.
La lucha por la igualdad de género ha sido sin duda una de las revoluciones más importantes, cuyos efectos se hacen sentir a diario. Sin embargo, siguen quedando muchos retos pendientes en relación a la segregación laboral, la desigualdad salarial, la violencia contra las mujeres, la participación política, la pobreza, la educación, etc. Es sumamente importante que sigamos dando pasos hacia adelante, para conseguir que mujeres y hombres puedan gozar en igualdad de oportunidades de los beneficios del desarrollo, y puedan desarrollar libremente todas sus capacidades.
Con la política Pública Nacional de Equidad de Género se hace un reconocimiento a la contribución que las mujeres como sujetos sociales aportan al desarrollo del país en todos los ámbitos. La política de Género tiene como fundamento principal coordinar políticas con perspectiva de género con las instancias competentes al Estado y para ello se hace necesario involucrar a la Dirección Nacional en el desarrollo de políticas de formación y sensibilización en la materia, de tal forma que se pueda intervenir legalmente en el seguimiento de casos basados en discriminación de género, violencia laboral y doméstica, con el fin de coordinar propuestas y recursos de acción respecto a la incorporación de una perspectiva de género en operaciones de paz y al desarrollo de políticas en materia de violencia familiar. Se desarrollan entonces políticas en materia de género que tienen lugar desde el Ministerio de Defensa de la Nación, con presencia de una Dirección de Políticas de Género dependiente de la Dirección Nacional de Derechos Humanos y Derecho Internacional Humanitario del Ministerio de Defensa, a el fin de coordinar políticas con perspectiva de género con las instancias competentes del Estado, con asistencia de la Dirección Nacional en el desarrollo de políticas de formación y sensibilización en la materia para poder de Intervenir en el seguimiento de casos basados en discriminación de género, violencia laboral.
La Política Pública Nacional de Equidad de Género, reconoce desde todo punto de vista el aporte que las mujeres hacen a la producción y reproducción de nuestra sociedad. Las mujeres como sujetos sociales contribuyen al desarrollo del país en todos los ámbitos, sin embargo, aún persisten diversas formas de discriminación las afectan y que impiden el ejercicio de sus derechos y la ampliación de sus capacidades al máximo. Existe una brecha considerable entre el reconocimiento de derechos y el ejercicio de éstos para la mayoría de mujeres, especialmente para aquellas que enfrentan situaciones de especial vulnerabilidad o aquellas que evidencian la intersección de múltiples discriminaciones, generándoles una afectación desproporcionada y una relación inequitativa, razón por la cual el Gobierno Nacional busca poner en marcha un conjunto de acciones estratégicas que permitan avanzar en la superación de la dicha discriminación garantizando así el ejercicio de los derechos de las mujeres, con el fin de generar beneficios para el conjunto de la población colombiana que redunden en una sociedad más equitativa, incluyente, próspera, democrática y ante todo en paz.
En un país en el que se construye la paz, resulta imperativo alcanzar la igualdad de género ya que ésta permitirá que las colombianas y los colombianos opten en igualdad por la vida que elijan y ejerciendo sus derechos a plenitud y gozando de las mismas oportunidades, a la vez que la sociedad alcance un desarrollo con mayor inclusión social. En el mundo globalizado la
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