¿QUE LE ESTAMOS RETRIBUYENDO A LOS PARAMOS Y AL CHOCO BIOGEGRAFICO?

El agua es uno de los recursos más importantes para la vida en el planeta. Se estima que esta ocupa cerca del 75% de nuestro planeta; pero esta no se encuentra distribuida equitativamente. Cerca del 97% del agua es salda y se encuentra en los mares y océanos, el 3% restante constituye la masa de agua dulce disponible, de la cual la mayoría se encuentra en los glaciares y disponible para el consumo se encuentra tan solo el 0.5% aproximadamente del agua total.

La oferta de agua dulce en el planeta es producida principalmente en las partes montañosas del planeta, las cuales están cubiertas de bastas capas de vegetación, las cuales sirven como reguladoras de dicho recurso; pues estas retienen gran cantidad de agua.

Uno de estos ecosistemas montañosos que regulan la producción de agua dulce son los páramos, característicos de los andes colombianos, ecuatorianos y venezolanos. Estos ecosistemas se encuentran entre los 3200 y 4700 msnm, con temperaturas que oscilan entre los -2°c y 12°c., en estos las precipitaciones suelen ser variadas, aunque poco intensas suelen ser muy frecuentes.

Se considera que los páramos retienen una gran cantidad de dióxido de carbono, por lo cual representan un sumidero de carbono de alta importancia para la regulación de este gas de efecto invernadero en la atmosfera.

El suelo de los páramos es muy joven, está formado por suelos glaciares y cenizas volcánicas. El suelo del paramo es muy rico en nutrientes debido a la gran cantidad de materia orgánica en descomposición la cual se combina con cenizas volcánicas, en algunos lugares el suelo del paramo puede llegar a medir varios metros, además este suelo es importante para la regulación hídrica.

Los páramos son una fuente de agua importante para el sistema fluvial que irriga la Orinoquia, la amazonia, la vertiente del magdalena y provee gran parte de las aguas de escorrentía del choco biogeográfico. Además de contar con gran cantidad de lagos y lagunas las cuales representan una gran fuente de recurso hídrico.

El choco biogeográfico es otro ecosistema de gran importancia debido a la gran diversidad biológica, de la cual una gran parte de esta es endémica, esta biodiversidad se debe a ser el punto de unión entre el norte y el sur de América, lo que sirvió como un lugar apto para el desarrollo biológico. Este ecosistema mantiene la única selva lluviosa continua del pacifico suramericano; además alberga una gran cantidad de ecosistemas tales como paramos, bosques de niebla, selvas húmedas tropicales, manglares, ciénagas, litorales rocosos y extensas playas; lo cual lo hacen una zona de gran potencial, como sumidero de carbono, comparable con la zona amazónica.

El choco biogeográfico es una zona con una gran riqueza hídrica, esta bañada por gran cantidad de ríos, como los que drenan el terreno en sentido sur la cordillera occidental, desde el cerro de Caramanta, de los cuales es importante resaltar el rio San Juan.

En cuanto a temperatura y precipitaciones, se pueden clasificar en tres y cuatro zonas respectivamente. En cuanto a temperatura se destacan las zonas: Menores que 23,5°C, entre 23,5 y 25,7°C y entre 25,7 y 27,9 °C. Y respecto a las precipitaciones: Zonas semisecas a moderadamente húmedas (25,0 a 112,0 mm), zonas húmedas a muy húmedas (>112,0 a 248,9 mm), zonas per-húmedas a superhúmedas (< 248,9 a 358,8mm), zonas saturadas (< 385,8 a 522,7mm).

Las características de pluviosidad del choco biográfico hacen que sus suelos sean frágiles y complejos, además de darle una característica de alta acidez, que hace difícil la agricultura intensiva.

En síntesis el ecosistema paramuno y el choco biogeográfico tienen una gran relación de acoplamiento hídrico, pues de los páramos nacen gran cantidad de ríos que recorren el choco biográfico.

Además de tener suelos ricos en nutrientes y minerales, como oro, plata, cobre, carbón, entre otros, los cuales han sido explotados indiscriminadamente. Debido a esta explotación se han degradado las características de estos ecosistemas además de contaminar fuentes de agua, las cuales pueden ser utilizadas para el riego de cultivos o para consumo humano.

Hay que tener en cuenta que gran parte de estas explotaciones son ilegales, las cuales son mucho más contaminantes, tanto del agua como del suelo.

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