Quimica Con La Muerte

EL PODER DE LO SIMPLE

(Ensayo)

Existen cientos de teorías y manuales, incluso algunos muy elaborados y complejos o poco terrenales, que dicen tener la última palabra respecto al éxito en los negocios. El texto El Poder de lo Simple nos trae una idea novedosa que defiende los fundamentos de lo simple, como algo que se puede lograr para el mejoramiento de las empresas en el gran mercado competitivo del presente siglo, como también para nuestro propio desarrollo de calidad de vida.

Las empresas hacen intentos para no caer en el fracaso, que es uno de sus grandes temores que hacen parte de la lista de siete tipos de temores más comunes en el ser humano, a los que se refiere el texto en mención. Y en este intento pueden encontrase en optar por decisiones complejas, que es exactamente lo que debe evitarse, la complejidad que entorpece los procesos. Pero encontramos también que la gente le teme a lo simple, a correr el riesgo de no ser escuchado, o de no impresionar, porque es lo que buscan, llamar la atención, ser el centro de ella.

Sin embargo suele ser difícil para la gente ser simple, pero la gente con la mente más clara y preparada es la más simple, según lo dijo Jack Welch, Presidente de General Electric, en una entrevista en la Harvard Business Review y que trae a colación el libro El Poder de la Mente.

Incluso se puede correr el riesgo de llamarse “simplistas” o perezosos mentales o de no entender la mecánica de los nuevos mercados pero lo importante es ver los buenos resultados de quienes practican esa simplicidad.

Así que aunque suene ser una regla muy sencilla de seguir, no es cosa fácil lograr ser simples. En las decisiones que se toman en las empresas, la sencillez requiere que se reduzcan las opciones y que se decida un camino único, pues a veces la gran variedad de opciones también confunde. Una idea que propone el texto es utilizar el sentido común, esto significa ver las cosas como son realmente, como se perciben, dejando aparte el ego, no adaptándola a intereses personales. A esto le encuentro una gran empatía ya que en los negocios una solución obvia suele funcionar muy bien en el mercado. El sentido común puede simplificar las cosas y decirnos lo que tenemos que hacer, convirtiéndose en el mejor aliado, sin dar pie a complejidades.

Así mismo la utilización de un lenguaje complejo puede confundir, es por ello que se debe tener la confianza necesaria para ser claro y preciso. Tampoco yo confiaría en alguien a quien no entienda. Las grandes ideas casi siempre se expresan con palabras simples.

El lenguaje sencillo y directo es importante de fomentar no solo en la escritura sino también en la conversación, en las cuales se debe prohibir el uso de palabras complicadas aunque estén de moda. Traducir los términos complejos a un lenguaje sencillo es recomendable al igual que vencer el miedo a hablar cuando de despejar dudas se trata. Y aun más hay que fomentar la simplicidad como una forma de escuchar mejor. Saber escuchar requiere de una enorme capacidad que caracteriza a los líderes.

Para combatir la complejidad es preciso que un directivo busque ayuda, siga ciertas pautas para enfrentar lograr niveles adecuados de funcionamiento y coherencia en empresas muy complicadas.

Hoy en día son muchos las situaciones a las tienen que enfrentarse los directivos, una de ellas es que

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