Qué Saben Los Niños Sobre Ciencia? Ensayo

Ensayo

Al inicio del presente ciclo escolar, en mi grupo de sexto grado, estábamos comentando sobre hábitos de higiene. Entonces, Samuel, uno de mis alumnos, expuso que era conveniente no bañarse diario porque las células muertas que quedan pegadas en la piel protegen al cuerpo de algunas bacterias y microbios que hay en el ambiente.

Me llamó la atención el comentario y le pregunté de dónde había obtenido esa información y me respondió que su mamá se lo decía; entonces yo le di una explicación breve del efecto que causan las células muertas cuando permanecen en la piel.

Comento esto porque con las actividades realizadas en el curso “La ciencia en tu escuela” he tenido oportunidad de vivir el proceso de aprendizaje de las ciencias y hacer la transferencia a las formas en que aprenden mis alumnos. De manera paralela he podido “observar” mi rol de estudiante y mi rol de docente en el aprendizaje y enseñanza de la ciencia.

Un término constantemente presente en el discurso pedagógico es el de conocimientos previos, pero desafortunadamente, en la mayoría de las ocasiones, en mi caso y tal vez en el de muchos colegas, es un gran reto detectar qué es lo que saben mis alumnos y otro más, cómo utilizar la información que proporcionan.

Ahora, en base a las lecturas realizadas en el curso, puedo identificar que los niños, a partir de sus experiencias se forman ideas propias o conceptos acerca de los fenómenos que les rodean y el maestro juega un papel muy importante para ayudarlos a identificar esas ideas y a entender lo que realmente significan. Por ejemplo, en la conversación con Samuel ¿Qué línea de razonamiento debimos haber seguido? Tal vez realizar algunos cuestionamientos como ¿qué te hace pensar eso? ¿Por qué estás convencido de esa creencia? ¿Podría haber una explicación diferente a la que expresas?, etc. Ayudarlo a aclarar, investigar y cuestionar la idea que estaba expresando, brindarle la confianza de que acceder al conocimiento científico puede resultar interesante.

González Dávila (2000) nos dice que “La interacción social en el aula es el marco discursivo que puede inhibir o desarrollar el razonamiento sobre un concepto de acuerdo a los esquemas individuales, que tienen una buena parte de origen social”.

El conocimiento que tienen los alumnos al llegar a clase, puede ser incorrecto o correcto, en el mismo o diferente nivel de comprensión, lo puntual aquí sería brindarles la oportunidad de expresarse, tomar sus aportaciones para que sirvan de plataforma e incorporar otra visión. Si afrontamos los contenidos del programa sin tomar en cuenta el nivel de conceptualización del tema abordado, corremos el riesgo de cimentar el nuevo conocimiento sobre una estructura cognitiva débil, que impida corregir o profundizar lo que se tiene.

Entonces, se pueden construir conocimientos científicos,

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