Reseña El Extraño Caso Del Dr Jeckyll Y Mr. Hyde

Reseña: El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde.

“Que el hombre no es uno, sino dos”. Es una de las frases mas llamativas y mas ciertas de la obra literaria de Robert Louis Stevenson, El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde, publicada en 1886, en la que, mas allá de cuestionar el bien y el mal, se plantea briosamente la redención del mal que habita en cada uno de los hombres, normalmente enjaulada en nuestros adentros y a veces desconocida por algunos.

Desde el inicio del libro, el lector puede notar que mas allá de la historia central, esta una gran moraleja sobre la personalidad humana, escondida en el lenguaje elegante que para quien no lee constantemente, serían consideradas galimatías.

Para alguien que no esta dispuesto a poner en tela de juicio la moral humana o la personalidad, la dualidad o como se le quiera llamar, esta lectura se tiñe de un toque de chamusquina, la cual aumenta conforme se avance y hagan notar poco a poco el lado malo que todos tenemos pero que pocos deciden hacer notar.

Desde que se menciona que el Dr. Jekyll notó esa parte mala de el en su mocedad, es decir, en su juventud, Stevenson nos deja clara su postura de que el mal habita en el hombre desde que nace, y aumenta conforme va viviendo y observando comportamientos “malos”, que la sociedad, desde la época en la que se sitúa el libro, tacha como incorrectos o prohibidos, haciéndolos mas atractivos para algunas personas. Esta situación podría parecer iniquidad, sin embargo, no puede decirse que sea mentira, puesto que a lo largo de los años, generalmente, lo que mas le importa a una persona, es como la ven las demás personas. Razón por la cual el doctor crea dos de el mismo, encargándose de mantener su reputación intacta mientras su otro yo, Hyde, mancha su historial de actos horribles y hasta diabólicos.

Es interesante cuando se da la explicación a el por qué de la apariencia deforme y poco desarrollada de Hyde, la cual es que al no haberlo dejado salir mas allá de su mente, el Dr. Jekyll no ejercitó nunca esa parte maligna y aviesa que causaba repulsión y desagrado en la gente, como lo hizo con su “yo” bueno, cuya apariencia era afable y bien proporcionada, causando agrado en todos sus conocidos y amigos. Sin embargo, al convertirse, por medio de unas sales en un experimento químico, en ese ser malo y desagradable que, como el Dr. Jekyll decía, “no era el, sino era parte de”, comenzó a deteriorarse el doctor, ganando fuerza y habilidad Hyde, y no es hasta que acaba con las sales que por coincidencia consiguió en el pasado y que fueron las causantes de su cambio, que se da cuenta de que su lado malo ha vencido, sin embargo, el doctor no culpa a nadie ni nada mas que a sí mismo, ni a las sales ni la tintura que utilizo, puesto que eso no podía ser bueno ni malo, mas el uso que se les dio si pudo tornarse en algo bueno al comienzo, pero terrible conforme paso el tiempo, hasta darse la completa rezuma del mal en su presentación más pura, ya que como dice el libro “en las filas de la humanidad no había alguien completamente malo”, puesto que somos ambas cosas y nosotros decidimos que cosa externamos y que guardamos para el secreto de nuestras mentes y conciencias.

Otro descubrimiento relacionado que puede resultar hasta irónico, es que el libro, en sí, es una moraleja, como ya había mencionado, desde el hecho de que el Dr. Jekyll entra a su casa por el frente que todo el mundo puede ver fácilmente cuando camina por las plazas, bien decorado, elegante, acogedor, amable. Sin embargo, Hyde entra por la puerta trasera de la misma casa, situada en un callejón, obscura, desagradable,

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