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Resumen Mario Bunge. La Ciencia Método y Filosofía


Enviado por   •  19 de Septiembre de 2014  •  Resumen  •  3.382 Palabras (14 Páginas)  •  673 Visitas

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Resumen Mario Bunge. La Ciencia Método y Filosofía

Mario Bunge hace una introducción en su libro La Ciencia su método y su filosofía diciendo, mientras los animales inferiores solo están en el mundo, el hombre trata de entenderlo y hacerlo más confortable. En este proceso, construye un mundo artificial: ese creciente cuerpo de ideas llamado “ciencia”, que puede caracterizarse como conocimiento racional, sistemático, exacto, verificable y por consiguiente falible. Por medio de la investigación científica el hombre ha alcanzado una reconstrucción conceptual del mundo que es cada vez más amplia, profunda y exacta.

Nos dice que la ciencia como actividad (como investigación) pertenece a la vida social; en cuanto se la aplica al mejoramiento de nuestro medio natural y artificial, a la invención y manufactura de buenes materiales y culturales, la ciencia se convierte en tecnología. La ciencia cuando la consideramos como un bien por sí mismo, es como un sistema de ideas establecidas provisionalmente (conocimiento científico), y como una actividad productora de nuevas ideas (investigación científica).

Ciencia formal y ciencia fáctica.

La lógica y la matemática son racionales, sistemáticos y verificables, pero no son objetivos, no nos dan informaciones acerca de la realidad: simplemente no se ocupan de los hechos. Ambos tratan sobre entes ideales, entes que tanto los abastractos como los interpretados, solo existen en la mente humana. A los lógicos y los matemáticos no se les da objetos de estudio: ellos construyen sus propios objetos. La materia prima que emplean no es fáctica, sino que es ideal. Los números no existen por fuera de nuestro cerebro. La lógica y la matemática se llaman Ciencias Formales, precisamente porque sus objetos no son cosas ni procesos, sino que son formas en las que se puede verter un surtido ilimitado de contenidos, tanto fácticos como empíricos. Esto es, podemos establecer correspondencias entre esas formas (u objetos formales), por una parte, y cosas y procesos pertenecientes a cualquier nivel de la realidad, por la otra. La física, la química, la fisiología, la psicología, la economía y demás ciencias, recurren a la matemática empleándola como herramienta para representar las complejas relaciones que se encuentran entre los hechos, entre los diversos aspectos de los hechos. Estas ciencias interpretan las formas ideales en términos de hechos y de experiencias.

El significado fáctico o empírico que se les asigna a objetos formales, no es una propiedad intrínseca de los mismos. De esta manera, las ciencias formales jamás entran en conflicto con la realidad. Esto explica la paradoja que, siendo formales se “aplican” a la realidad. En rigor, no se aplican sino que se emplean en la vida cotidiana y en las ciencias fácticas a condición de que se les superpongan reglas de correspondencia adecuadas. La lógica y la matemática establecen contacto con la realidad a través del puente del lenguaje, tanto el ordinario como el científico.

En consecuencia tenemos así una primera gran división de las ciencias: en formales (o ideales) y fácticas (o materiales). Esta ramificación preliminar tiene en cuenta el objeto o tema de las respectivas disciplinas; también da cuenta de la diferencia de especie entre los enunciados que se proponen establecer las ciencias formales y las fácticas: Mientras que los enunciados formales consisten en relaciones entre signos, los enunciados de las ciencias fácticas se refieren (en su mayoría) a entes extracientíficos, a sucesos y procesos. La división también tiene en cuenta el método por el cual se ponen a prueba los enunciados verificables: las ciencias formales se contentan con la lógica para demostrar sus teoremas; en cambio las ciencias fácticas necesitan de la observación y o el experimento. La ciencias fácticas tienen que mirar las cosas y deben procurar cambiarlas deliberadamente para intentar descubrir en cierta medida sus hipótesis que se adecuan a los hechos.

Las ramas de la matemática y la lógica son ciencias deductivas. El proceso constructivo se limita a la formación de los puntos de partida (axiomas). En matemática la verdad consiste en la coherencia del enunciado dado con un sistema de ideas admitido previamente; por esto, la verdad matemática no es absoluta, sino que es relativa a ese sistema (una proposición que es válida en una teoría puede dejar de ser lógicamente verdadera en otra teoría). Aún así, tan solo las conclusiones (teoremas) tendrán que ser verdaderas: los axiomas mismos pueden elegirse a voluntad. Se debe respetar la coherencia lógica, es decir no violar las leyes del sistema de lógica que se ha convenido usar.

En las ciencias fácticas, es diferente. En primer lugar no emplean símbolos vacíos (variables lógicas), sino tan sólo símbolos interpretados. En segundo lugar, la racionalidad (es decir, la coherencia con un sistema de ideas aceptado previamente) es necesaria pero no suficiente para los enunciados fácticos. Además de la racionalidad, los enunciados de las ciencias fácticas deben ser verificables en la experiencia; ya sea indirectamente (en el caso de las hipótesis generales) como directamente (en el caso de las consecuencias singulares de las hipótesis). Unicamente después que haya pasado las pruebas de la verificación empírica podrá considerarse que un enunciado es adecuado a su objeto, o sea, que es verdadero y aún así, hasta nuevo aviso. Por esto es ue el conocimiento fáctico verificable se llama a menudo ciencia empírica.

La coherencia es necesaria pero no suficiente en el campo de las ciencias de hechos: para afirmar que un enunciado es verdadero, se requieren datos empíricos (proposiciones acerca de observaciones o experimentos). En última instancia, solo la experiencia puede decirnos si una hipótesis es adecuada o no. Esto es porque si se busca la comprensión y el control de los hechos, debe partirse de la experiencia. Pero la experiencia no garantizará ue la hipótesis en cuestión sea la única verdadera: sólo nos dirá que es probablemente adecuada (sin por eso excluir la posibilidad de ue un estudio ulterior pueda dar mejores aproximaciones). El conocimiento fáctico, aunque es racional, es esencialmente probable.

Las ciencias formales demuestran o prueban, las ciencias fácticas verifican. La demostración es completa y final, la verificación es incompleta y por ello temporaria. La naturaleza misma del método científico impide la confirmación final de las hipótesis fácticas. Mientras las teorías formales pueden ser llevadas a un estado de perfección (o estancamiento), los sistemas teóricos relativos a los hechos son esencialmente defectuosos, cumplen así la condicion necesaria para ser perfectibles. El estudio de las ciencias fácticas puede inducirnos a considerar el mundo como inagotable,

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