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Enviado por   •  4 de Julio de 2014  •  2.305 Palabras (10 Páginas)  •  518 Visitas

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El 80% de la energía que consumimos viene de fuentes fósiles de energía. Cada semana, dos nuevas plantas generadoras a base de carbón se construyen solamente en China. Pero he visto también, en Dinamarca el prototipo de una planta generadora a base de carbón, que libera el carbón en el suelo, y no al aire. ¿Una solución para el futuro? Nadie lo sabe aún.

Ya han creado más de 2.5 millones de trabajos ¿Dónde en la Tierra no sopla el viento? He visto extensiones de desierto cocinándose al sol. Todo en la Tierra está ligado, y la Tierra está ligada al sol, su fuente original de energía. ¿No pueden los humanos imitar a las plantas y capturar su energía?

La economía del cambio climático Resumen de las conclusiones todavía estamos a tiempo para evitar las peores consecuencias del cambio climático, si se adoptan ahora firmes medidas. Las pruebas científicas son hoy día incuestionables: el cambio climático constituye una seria amenaza mundial, que exige urgentemente una respuesta asimismo mundial.

Esta Revisión ha examinado una amplia gama de datos sobre las repercusiones del cambio climático y sobre sus costes económicos, habiendo utilizado diversas técnicas para la evaluación de dichos costes y riesgos.

Teniendo todo ello en cuenta, la evidencia recogida por la revisión nos lleva a una clara conclusión: los beneficios de la adopción de medidas prontas y firmes superará con creces los costes económicos de la pasividad.

El cambio climático incidirá sobre los elementos básicos de la vida humana en distintas partes del mundo: acceso a suministro de agua, producción de alimentos, salud y medio ambiente. A medida que se va produciendo el calentamiento del planeta, cientos de millones de personas podrían padecer hambre, escasez de agua e inundaciones costeras.

Utilizando los resultados de modelos económicos formales, la revisión ha calculado que, de permanecer inactivos, el coste y riesgo total del cambio climático equivaldrá a la pérdida de un mínimo del 5% anual del PIB global, de ahora en adelante.

Teniendo en cuenta una gama de riesgos y consecuencias más amplios, los cálculos de los daños que se producirían aumentarían a un mínimo del 20% del PIB. Por el contrario, el coste de la adopción de medidas – reducción de las emisiones de gases invernadero para evitar las peores consecuencias del cambio climático puede limitarse al 1%, aproximadamente, del PIB global cada año. La inversión realizada en los próximos 10-20 años tendrá un profundo impacto sobre el clima durante la segunda parte del presente siglo y en el siglo próximo.

Nuestras acciones actuales y de las próximas décadas podrían crear el riesgo de que se produzca una importante perturbación de las actividades económicas y sociales, cuya escala sería comparable a la asociada con las grandes guerras y depresión económica de la primera mitad del siglo XX. Estos cambios serán difíciles y aun imposibles de subsanar.

En consecuencia, se requiere la adopción de medidas prontas y firmes a nivel internacional, puesto que el cambio climático es un problema global.

El cambio climático podría tener muy serias consecuencias para el crecimiento y el desarrollo De no adoptarse medidas para reducir las emisiones, la concentración atmosférica de gases invernadero podría alcanzar el doble de su nivel preindustrial para el 2035, con lo que la temperatura media del planeta experimentaría un aumento de más de 2ºC. A plazo más largo, existiría más del 50% de probabilidad de que el incremento en la temperatura superara los 5ºC.

Este aumento sería altamente peligroso, puesto que equivaldría al cambio ocurrido en la temperatura media desde la última glaciación hasta nuestros días. Esta radical transformación de la geografía física del mundo llevaría por necesidad a importantes cambios en la geografía humana: lugares de asentamiento de la población y manera como se desenvuelven sus vidas.

Sobre la base de los datos obtenidos en estudios detallados sobre las consecuencias regionales y sectoriales de los cambios en los patrones climáticos aun a niveles más moderados de calentamiento, junto con modelos económicos de sus consecuencias globales, puede afirmarse que los cambios climáticos tendrán graves repercusiones sobre la producción mundial, sobre la vida humana y sobre el medio ambiente.

Si bien todos los países se verán afectados, aquéllos que sufrirán antes y más intensamente serán los países y poblaciones más pobres, a pesar de que son los que menos han contribuido a las causas del cambio climático.

El coste de las condiciones meteorológicas extremas, con inclusión de inundaciones, sequías y tormentas, está aumentando ya, aun en los países ricos. La adaptación al cambio climático, es decir, la adopción de medidas para incrementar la resistencia y reducir los costes a un mínimo, posee una importancia crucial.

Aunque ya no será posible evitar el cambio climático que se va a producir en las próximas dos o tres décadas, sigue siendo posible proteger en cierto grado nuestras sociedades y nuestras economías contra sus consecuencias, proporcionando, por ejemplo, mejor información y planificación y creando una infraestructura y cultivos con mayor resistencia a las condiciones climáticas. Solamente en los países en desarrollo, esta adaptación tendrá un coste de miles de millones de dólares al año, incrementando así la presión sobre recursos ya escasos.

Deberían acelerarse los esfuerzos de adaptación, particularmente en los países en desarrollo. El coste de la estabilización del clima es significativo pero viable; todo retraso resultaría peligroso y mucho más costoso.

El riesgo de las peores consecuencias del cambio climático podrá reducirse sustancialmente si se consigue estabilizar el nivel de gases invernadero en la atmósfera a entre 450 y 550 ppm de equivalente de CO2 (CO2e). El nivel actual es de 430ppm de CO2e y su aumento anual es superior a 2ppm. La estabilización en la gama indicada requeriría que, para el 2050, las emisiones fueran, como mínimo, un 25% inferiores a los niveles actuales y aun quizá mucho más.

En última instancia, la estabilización de la situación a cualquier nivel requerirá que las emisiones anuales se reduzcan en más del 80% de su nivel actual. Si bien se trata, sin duda, de un serio reto, la aplicación de medidas sostenidas a largo plazo podrían lograrlo con un coste bajo, en comparación con los riesgos resultantes de la inacción.

Según cálculos centrales, y de adoptarse firmes medidas inmediatas, el coste anual de la estabilización entre

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