Resumen critico de dos artículos científicos sobre nuevas evidencias en el manejo nutricional del paciente quemado

Del alumno: Bustamante Flores Patricia – Nutrición Humana -  G2

Curso: Dietoterapia del adulto

Asunto: Resumen critico de dos artículos científicos sobre nuevas evidencias en el manejo nutricional del paciente quemado.

Nuevas evidencias en el manejo nutricional del paciente quemado

El manejo nutricional es un elemento importante en la terapia de las quemaduras severas, permite un control del catabolismo en el paciente. En los pacientes quemados el hipermetabolismo estimula el aumento de las necesidades proteico calóricas, por lo que debe darse un inicio precoz de la nutrición tan pronto y se haya estabilizado hemodinámicamente al paciente (reanimación, resucitación y rehidratación del paciente). Los objetivos en los pacientes quemados son: minimizar la respuesta metabólica (control de temperatura ambiental, mantenimiento del equilibrio hidroeléctrico, control del dolor y ansiedad y cubrimiento temprano de las heridas), cubrir las necesidades nutricionales (cantidad de calorías adecuada para evitar la pérdida de peso superior al 10% del peso habitual, balance nitrogenado positivo mediante la proporcion adecuada de proteínas, suplementos de vitaminas y minerales) y prevenir la ulcera de Curling (administración de antiácidos y alimentaciones enterales continuas).

El tratamiento para estos pacientes debe ser personalizado. Los pacientes con una superficie corporal quemada (SCQ) < 25% de la superficie corporal total pueden alimentarse vía, pero en los pacientes cuya SCQ sobrepasa el 25% debe brindárseles nutrición enteral por sonda o parenteral si existe íleo (pérdida de la peristalsis intestinal o falta de peristaltismo coordinado eficaz), las náuseas y la anorexia, pero si el íleo es persistente, el paciente no tolera la alimentación por sonda o tiene alto riesgo de aspiración, se debe implementar la nutrición parenteral.

Este tipo de pacientes se caracterizan por un aumento del gasto metabólico y por la aceleración del metabolismo proteico, por lo que el requerimiento tanto en Kcal como en proteínas será elevado, entre 40 – 60 Kcal Por Kg de peso y entre 2 – 3 gr de proteínas por Kg de peso.  

Es de gran interés la composición aminoacídica de las proteínas administradas en los esquemas de apoyo nutricional por su capacidad de manipular determinadas funciones corporales. La alanina (ALA) y la glutamina (GLU) son aminoácidos integrantes del músculo esquelético que pueden actuar como donantes de carbono y nitrógeno a subpoblaciones celulares de alta tasa de proliferación y recambio, como los enterocitos, los colonocitos, los fibroblastos y los linfocitos. La ALA es el sustrato gluconeogénico por excelencia. Por su parte, la GLU puede reducir el paso de las bacterias intactas a través de la mucosa intestinal, y probablemente evite también la translocación de endotoxinas y la elaboración secundaria de mediadores inflamatorios. Además, la GLU es un precursor del glutatión: un importante antioxidante, y mejora la síntesis y liberación de las proteínas de choque térmico que protegen a la célula en situaciones de estrés y agresión. La arginina (ARG) es otro aminoácido cuya utilización y metabolismo se ha estudiado intensamente en situaciones críticas como las quemaduras. La ARG estimula la proliferación y la diferenciación de los linfocitos T, y con ello, la adquisición de sus funciones; potencia la función de las células citolíticas naturales (tipo de linfocitos que  pueden destruir células tumorales o infectadas por virus), y estimula la síntesis de óxido nítrico (NO-importante en la respuesta exitosa a la infección). Los aminoácidos de cadena ramificada (AACR-leucina, isoleucina y valina) funcionan como donantes de esqueletos hidrocarbonados para la gluconeogénesis hepática en situaciones de estrés metabólico, por lo que son necesarios para paliar el catabolismo muscular endógeno, por un lado, y a la vez estimular la síntesis de proteínas, por el otro.

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