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SESION 10: Principio del HACER: Ejemplo Personal


Enviado por   •  25 de Febrero de 2020  •  Apuntes  •  50.588 Palabras (203 Páginas)  •  308 Visitas

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SESION 10: Principio del HACER: Ejemplo Personal.

Introducción.

En esta sesión se entrará al análisis profundo de este Principio, enfatizando la  necesidad del Líder de ser el primero, de ir adelante y de arrastrar con el ejemplo, con actitudes físicas y mentalidad positiva, destacando el desarrollo del espíritu  de combate y la actitud de ser valeroso, actuando con heroísmo y llevando a otros a hacerlo.

De lo anterior nace la necesidad de que el líder entrene a sus Soldados para realizar  sus tareas correctamente a la primera vez. Los Líderes deben tener un alto interés personal en entrenar adecuadamente a sus Soldados, exigir el 100% requiere dar el 100%  

 

Objetivos

  1. Entender el concepto que encierra el principio del HACER: Ejemplo Personal y su gran trascendencia en el desempeño de líder, especialmente en el combate.
  2. Internalizar y entender con especial énfasis que los Líderes deben comunicar su intención a los subordinados, en varios aspectos importantes como son : Físicamente, Éticamente, Desinteresada y Mentalmente
  3. Comprender con especial atención el concepto de que la falta de preparación de los Soldados por parte del líder garantiza la muerte de sus soldados, un pecado imperdonable.
  4. Comprender la importancia del Líder Valeroso entendiendo todos aquellos conceptos que se asocian a esta cualidad humana

     Ejemplo Personal-Hacer

Cuando se les dice a los comandantes que la doctrina de liderazgo proporciona la base para que ellos  logren éxito en el campo de batalla por medio de líderes que establecen el ejemplo, son competentes tanto táctica como técnicamente,  infunden el espíritu de guerrero en sí mismos y en su unidad y son valerosos, pueden entender fácilmente el tema.

Estos  conceptos no son nuevos.  Hace años que se predican los mismos principios básicos, aunque tal vez sin un énfasis particular. La ventaja principal de estos conceptos es que es posible empezar inmediatamente a elaborarlos porque los soldados ya entienden y apoyan estas ideas.

1. Dar el ejemplo

Cuando los líderes no pueden o rehúsan dar el ejemplo, dan a otros la posibilidad de justificar su propio comportamiento, ya sea apropiado o no. Debe reconocerse que las acciones de los líderes comunican su intención a los subordinados, en varios de los siguientes aspectos:

  •         Físicamente. No es posible esperar que los subordinados cumplan tareas y exigencias que ni el mismo líder puede realizar.
  • Éticamente. Como líderes, deben apoyar los valores constitucionales del país, aferrarse a la ética profesional del Ejército y demostrar las características profesionales de coraje, honestidad, dedicación y eficiencia.  Otra vez, se debe reconocer que cuando el líder se desvía de las normas establecidas, por razones egoístas (para alcanzar logros en la propia carrera), estos valores perderán su importancia para los subordinados.

  • Desinteresadamente. Se debe dedicar a los subordinados  un servicio desinteresado.  Los líderes tienen la responsabilidad de cuidar a sus soldados.  

        "Una lectura reflexiva de la historia mostrará que nadie ha alcanzado la grandeza militar sin convencer a sus soldados de que ellos constituyen su primera prioridad, ante todo".

Se debe reconocer que para lograr éxito, el líder debe entender la responsabilidad de estar a la cabeza de los soldados en el combate; no sólo manejarlos.  El tiempo y los recursos son cosas  manejables, no las personas. Cuando la gente se convierte en sólo recursos, empieza a perder su identidad.  Cuando eso ocurre, las consecuencias pueden ser catastróficas.  En este mismo contexto,  se reconoce la importancia de exigir entrenamiento realista para que los soldados puedan sobrevivir los rigores de la guerra.  Cuando se tiene eso en cuenta, se comprende que en las operaciones durante tiempo de paz, no se hace nada que signifique lesiones o riesgos innecesarios de vidas.  Esta actitud que muestra una consciencia de la seguridad gana, el respeto y dedicación de los subordinados hacia sus líderes.

  • Mentalmente.  Exigir el 100 por ciento a sí mismo y a sus subordinados.  "En la guerra, no hay ningún premio para el subcampeón". ¡Ninguna otra profesión conlleva los mismos riesgos que la militar!  Hay muy poco lugar para una falta de esfuerzo.  Actualmente, parece que es perpetuado el fracaso y exigido menos del máximo esfuerzo cuando es aceptada la idea de que se tiene "la libertad de fracasar".  Muchas veces se dan problemas difíciles a los subordinados y se les permite desempeñarse mal durante toda la misión. Es aceptado el fracaso o la mediocridad y es permitido que el comandante subordinado pierda su credibilidad o hasta es destruido profesionalmente.

Una mejor forma de enfocar este mismo concepto es la de proporcionar a los subordinados una "oportunidad de sobresalir en lugar de una libertad de fracasar". Tal oportunidad refuerza la responsabilidad de un superior de entrenar a sus soldados para desempeñar sus tareas correctamente  a la primera vez. Es posible generar un liderazgo de buena calidad mediante el entrenamiento de los subordinados.

Cuando los líderes entienden esta obligación, entonces pueden asumir la responsabilidad de entrenar a sus subordinados para cumplir una misión.  Cada vez que un soldado da el cien por ciento de su esfuerzo, tanto física como mentalmente y aún así fracasa, sea por un error cometido honestamente o por falta de entrenamiento, entonces el líder debe reevaluar su programa de instrucción.  Los líderes deben tener un interés personal en entrenar adecuadamente a sus soldados.  Exigir el 100 por ciento requiere dar el 100 por ciento.

2. Desarrollar el espíritu de combate.

Cuando se habla de la profundidad en el campo de batalla aeroterrestre, finalmente se llega a la conclusión que los líderes de todas las ramas, en el área de la batalla principal o en la retaguardia, tendrán que combatir.  Nunca es posible estar preparados si  esto es pasado por alto.  Para un líder, la realidad es que la falta de preparación garantiza la muerte de sus soldados; un pecado imperdonable.

Finalmente  es necesario dejar las antiguas ideas y aceptar a todos los soldados como guerreros.  Para lograr el éxito, los combatientes deben tener un entrenamiento riguroso.  No habrá ninguna "área a salvo" en las próximas guerras.  El momento de desarrollar el espíritu de combate es en el presente y no durante la primera batalla.  Un sabio filósofo dijo que "Un ejército de ciervos dirigidos por un león es más temible que un ejército de leones dirigidos por un ciervo". Un líder debe asumir el papel del león y entrenar a sus soldados también para  ser leones;  entrenarlos como si fueran a combatir hoy  día mismo.

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