Superficiales aguas dulces-lagos

Superficiales aguas dulces-lagos, embalses y ríos se encuentran entre los ecosistemas más extensamente alterados en la Tierra. Las transformaciones incluyen cambios en la morfología de los ríos y lagos, la hidrología, la biogeoquímica de nutrientes y sustancias tóxicas, el metabolismo de los ecosistemas y el almacenamiento de carbono (C), la pérdida de especies nativas, la expansión de las especies invasoras, y la aparición de enfermedades. Los controladores son el cambio climático, la modificación del flujo hidrológico, uso de la tierra, los insumos químicos, las especies invasoras acuáticas, y la cosecha. Controladores y respuestas interactúan, y sus relaciones deben desenredarse para comprender las causas y consecuencias del cambio, así como las medidas correctivas para el cambio adverso en cualquier cuenca hidrográfica determinada. Más allá de su importancia en términos de agua potable, el agua dulce es compatible con el bienestar humano en muchos aspectos relacionados con la alimentación y la producción de fibra, la hidratación de otros ecosistemas utilizados por los seres humanos, la dilución y la degradación de los contaminantes, y los valores culturales. Un marco de capital natural puede ser utilizado para evaluar los servicios de los ecosistemas de agua dulce, los usos que compiten por las aguas dulces, y los procesos que sustentan el mantenimiento a largo plazo de las aguas dulces. Se han propuesto límites máximos para el consumo humano de las aguas dulces, y el uso consuntivo puede acercarse a estos límites por mediados de siglo.

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