TRABAJO SOCIAL Y ESPIRITU EMPRENDEDOR- El Trabajo Social como un proceso de Transformación

TRABAJO SOCIAL SEXTO SEMESTRE

LIZETH GARCIA CRUZ

ESPIRITU EMPRENDEDOR

El Trabajo Social como un proceso de Transformación

El surgimiento del Trabajo Social como profesión se vio influenciado de diferentes acontecimientos históricos que lo asociaban a la realización de acciones de caridad y asistencialistas, a través de la prestación de servicios sociales a los individuos más pobres o que se encontraban fuera del amparo del Estado y del sistema económico que se desarrolla con la modernidad e industrialización. Entre el siglo XIX y XX aparece la necesidad de dejar de lado las acciones asistenciales y filantrópicas para estructurar las formas de ayuda y convertirlas en intervenciones que requerían una formación técnica así como la mediación del Estado por medio de la realización de políticas sociales.

Con la continua secularización de la sociedad y el auge del individualismo, la organización de las obras de caridad dejó de ser propia de la iglesia, como lo era en la Edad media y comienza una intervención cada vez mayor de la iniciativa por parte del Estado, porque los pobres debían trabajar y aportar al sistema capitalista, ya que estas personas no se consideraban incapaces sino perezosas o con ausencia de medios para superar la pobreza, por lo que se busca hacer un estudio de los individuos y de sus capacidades y condiciones físicas o mentales. Por esto, en Europa un filántropo e investigador Social Charles Booth en 1886 realiza investigaciones sobre la pobreza, las condiciones de trabajo y de vivienda de los individuos que no aportaban a la producción del sistema; situaciones para lo que es necesario que los Servicios Sociales se tecnifiquen y más adelante se profesionalicen por medio de la creación de diferentes métodos de intervención.

Así en el siglo XX Mary Richmond plantea el Social Diagnostic como:

El intento de efectuar con la mayor precisión posible una definición de la situación y personalidad de un ser humano con alguna carencia social, o en situación de necesidad, es decir, en su situación o personalidad en relación con los demás seres humanos, de los que depende en alguna medida o que dependen él y en relación también con la instituciones sociales de su comunidad. (Richmond, 1917: 26, citado en Viscarret, 2011: 39)

Otros acontecimientos históricos como la intervención del Estado Benefactor, después de la segunda guerra mundial en atención a los pobres como solución general a los problemas sociales con la creación de políticas sociales para garantizar el acceso a los Bienes y Servicios de la población, por lo que se busca la intervención y la profesionalismo del Trabajo social. Sin embargo con la reconceptualización en 1960 primero en Europa, seguida de América Latina se ve la necesidad de la aplicación de los métodos de Trabajo con Grupos y Comunidad según los problemas planteados por la nueva cuestión social que se desarrolla a causa de la segunda Guerra Mundial y la globalización que trae consigo el nuevo modelo de desarrollo mundial, que se da en los años 70 conocido como Neoliberalismo caracterizado por el sistema capitalista en el que nos encontramos actualmente. Estos métodos son definidos en el libro Modelos y Métodos de Intervención en Trabajo Social escrito por Viscarret (2011): 

El Trabajo Social de grupo es un método de Trabajo Social que ayuda a los individuos a mejorar su funcionamiento social a través de experiencias de grupo planeadas y a hacer frente, de forma efectiva, a sus problemas personales, de grupo o de comunidad. (Konopka, 1973: 42, citado en Viscarret, 2011: 44).

Por otro lado el Trabajo Social Comunitario se define como: “La movilización de recursos para atender necesidades de creación de servicios sociales, de coordinación de esfuerzos para obras sociales y elaboración de programas de bienestar” (Bonfiglio, 1982: 2, citado en Viscarret, 2011: 48).

De acuerdo con este proceso histórico el Trabajo Social ha estado ligado a la existencia y desarrollo de los problemas sociales, tanto como a la intervención del Estado quien a determinado sus campos hacia una acción asistencialista, por lo que ha impedido la realización de una intervención social innovadora pues debe estar regida según los parámetros dados por las políticas establecidas o por las instituciones sociales. De este modo al conocer la historia del surgimiento y desarrollo del Trabajo Social, no se puede dejar de lado la importancia de sus métodos de intervención como educadores para una nueva sociedad donde, como plantean Garcia, Morales y Carreón (2013):

El Trabajo Social por lo menos se libere del yugo que el Estado le ha asignado como promotor de la conformidad, la obediencia y la dependencia económica. Tal expectativa sólo podrá ser posible cuando los profesionales del asistencialismo construyan un discurso innovador y transfieran sus conocimientos a las comunidades. (García, Morales y Carreón, 2013: 2)

Esto con el fin de realizar propuestas de intervención, proyectos nacionales o internacionales donde los métodos de intervención no se vean como métodos de trabajo separados sino como una unidad que permite reconocer la interacción del individuo como parte de un todo y como actor de su propio desarrollo, para la atención de los problemas sociales a nivel individual, grupal y comunitarios, teniendo en cuenta el impacto medioambiental para que el desarrollo sostenible no se vea solo desde lo social; por lo que es necesario un espíritu emprendedor que implica una perspectiva de innovación que no fragmente la intervención, porque este hecho lleva a seguir viendo al sujeto de intervención y al profesional por fuera de los problemas sociales de los cuales son parte, donde el profesional de Trabajo Social debe aplicar sus conocimientos desde el análisis y la comprensión del contexto, sin imponer formas de actuar a los individuos y sociedades, por el contrario exponiendo puntos de vista que les permitan a estos, ser sujetos de acción y decisión partiendo del reconocimiento de las necesidades del otro, así como sus potencialidades para la creación de redes de apoyo que permitan generar acciones entorno a la búsqueda y trasformación de las problemáticas familiares, organizacionales o comunitarias. Lo que implicaría ir en contra del rol que el Estado le ha impuesto al Trabajador Social, que desde lo planteado por Garcia, Morales y Carreón (2013), sería el empoderamiento de la sociedad y los profesionales donde:

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