Tejido Sanguineo

En ese momento quiso abusar de ella pero ella se negó. En la mañana no encontraban al mayoral (conductor de la diligencia) y lo buscaron por todas partes hasta encontrarlo con el prusiano, ya que en esa provincia los vencidos con los vencedores se llevaban bien. Les contó que no lo dejaron preparar la diligencia; no sabían porqué, hasta que el mayoral explico que era porque Rousset había rechazado al prusiano que quería aventurarse con ella. Pasaron los días y sus compañeros la forzaban a que aceptase su oferta pero ella se negaba. Después de tiempo reflexionó que si no lo hacía seguirían ahí toda la vida; a la mañana siguiente Bola de sebo tardo en bajar ya que estaba “negociando” con el prusiano mientras los demás subían libres de responsabilidad y con sus provisiones al carruaje. Llegó Rousset a la diligencia ya preparada y los demás la veían con un aire de racismo y desprecio; sentían que lo que había hecho no era puro y era un acto truhán, pero estos pensamientos de ellos eran hipócritas ya que ellos la arrastraron a que lo hiciera. Todo el camino restante, todos menos Bola de sebo comían orgullosamente y sin compartir nada a Rousset, ellos si habían tenido tiempo, pero ella no ya que los estaba salvando de la “esclavitud”. Se sintió tan despreciada que contuvo el llanto hasta que ya no pudo más. La Sra. Loiseau comentó: “llora de vergüenza”. La pobre de Rousset sufría a cada instante gracias a los hipócritas, sinvergüenzas que la acompañaban.

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