Tipo De La Reproduccion De Las Plantas
Enviado por danielapepe18 • 1 de Marzo de 2015 • 446 Palabras (2 Páginas) • 129 Visitas
Cuando Benito Juárez llegó a ocupar la Presidencia de la República, los personajes del Partido Liberal que entonces brillaban con luz propia eran Melchor Ocampo, Ignacio Manuel Altamirano, Ignacio Ramírez, Miguel y Sebastián Lerdo de Tejada, Guillermo Prieto, Francisco Zarco, Jesús González Ortega y Vicente Riva Palacio. Eran actores que habían labrado un nombre en la arena política nacional por sus habilidades como representantes en el Congreso, o por su participación en las leyes, las armas y las letras. Juárez carecía de esos talentos. Sin embargo, frente a esa pléyade de “hombres que parecían gigantes”, como los llamó Justo Sierra, Benito Juárez construyó su propio camino para alcanzar uno de los lugares más altos en la memoria nacional. Como dice Daniel Cosío Villegas, “en Juárez se dieron, en una proporción muy finamente equilibrada, el estadista y el político, es decir, el hombre de Estado, capaz de concebir grandes planes de acción gubernamental, y el hombre ducho en la maniobra política. Con esas virtudes, Juárez puso en acto las leyes de Reforma que cambiaron el destino de la República.
Basta recordar aquí las sustantivas:
• Separación de la Iglesia del Estado
• Nacionalización de los bienes de la Iglesia
• Registro civil de los nacimientos, casamientos y defunciones
• Instauración de la educación laica.
En el manifiesto que dirigió a la nación para explicar el sentido de esas leyes, escribió: estas medidas “son las únicas que pueden dar por resultado la sumisión del clero a la potestad civil en sus negocios temporales. También decía que el gobierno “cree indispensable proteger en la República, con toda su autoridad, la libertad religiosa”, la libertad de cultos.
Estas leyes, seguidas por la determinación intransigente de su cumplimiento, dieron origen a la nación secular, sustentada no en el privilegio o los fueros étnicos, religiosos o militares, sino en el reconocimiento de la igualdad de los ciudadanos ante la ley. La fe absoluta de Juárez en la bondad del credo liberal la revela su actitud ante los grupos étnicos.
Es decir, a pesar de que conocía mejor que nadie su situación degradada, jamás pensó en otorgar a los pueblos étnicos derechos especiales, pues él vio el interés de los indígenas a través de los principios liberales, es decir, promoviéndolos a la categoría de ciudadanos sin más, iguales a los otros.
Con Juárez culmina la larga batalla liberal contra el fanatismo religioso, porque su política abrió el horizonte del laicismo, cerró las puertas a la religión de Estado y sembró las bases para conjurar las luchas de religión y los fundamentalismos que hoy resucitan diversas regiones del mundo.
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