Transmodernidad, Premodernidad, Posmodernidad, Modernidad
Enviado por elsydehernandez • 9 de Octubre de 2014 • 834 Palabras (4 Páginas) • 265 Visitas
Transmodernidad, Premodernidad, Posmodernidad, Modernidad
Por: Javier Biardeau R. | Jueves, 11/09/2008 01:47 PM | Versión para imprimir
El titulo de este trabajo sugiere para quienes pretenden ordenar series temporales, que estamos ante una cadena revuelta y trastocada. No habría ni orden ni concierto. Pero la coexistencia conflictiva de lo heterogéneo en discronías, marca una versión compleja de las temporalidades y lugares que se cruzan en Nuestra América. Esta coexistencia conflictiva marca un cruce de heterogeneidades simbólicas con jerarquías-asimetrías de poder. Una cartografía de estos territorios implica superponer mapas elaborados con diversos materiales de la experiencia colectiva, de la diversidad de etnias, grupos, clases, sectores y clases. La antropología dinamista de George Balandier habla de sistemas de dominación y desigualdad social para comprender no solo los conflictos de clases socioeconómicas, sino de edad, género, lengua, entre otros. Pero la palabra sistema debe ser sometida a precauciones. Se trata de sistemas abiertos y parciales, nada de totalidades clausuradas. Una matriz compleja de diferencias, desigualdades, tensiones, conflictos y antagonismos. Fue Trotsky quién agregó en el tema del desarrollo contradictorio y desigual, lo combinado. Sus seguidores transformaron esta intuición seminal en una “ley del desarrollo desigual y combinado” (que explicaba casi todo), siguiendo el gesto positivista de Engels para codificar los mundos posibles de Marx (ver Anti-Duhring). De allí, que para el marxismo burocrático fue impensable comprender que no hay secuencias evolutivas, que ni siquiera el más complicado esquema multilineal puede desprenderse del legado del evolucionismo histórico. Las “leyes del desarrollo histórico”, ¿pueden aplicarse sin mas a todos los grupos humanos y sociedades? Lo que para unos era exploración de hipótesis, para otros era justificación deductiva, era demostración y codificación. De allí en adelante, se comprenden los desvaríos. Pero en estas exploraciones hay la posibilidad de romper muchos discursos evolutivos de nuestras filosofías de la historia presupuestas. Ordenar el tiempo en cronologías, implica enfatizar lo lineal y homogéneo, como dominio de la experiencia. Pero las vivencias y signos de la psique colectiva muestran que ésta va y viene, que se descarría y se encamina, que gira en círculos y dibuja espirales, que se entrecruzan ordenes, desordenes y organizaciones (Morin). Por tanto, aventuramos la hipótesis de que todas estas etiquetas de transmodernidad, posmodernidad, modernidad y premodernizad son solo eso, nociones, conceptos y categorías provisionales para intentar organizar la distinción entre órdenes y desordenes político-culturales en Nuestra América. Hay quienes pretenden desprenderse del tiempo lineal para distinguir posmodernidad de posTmodernidad. Pero el tiempo lineal está allí porque es una condición de posibilidad del Capital. Son quienes han tomado control de sus tiempos, los que pueden
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