Trastorno orgánico de la personalidad

Trastorno orgánico de la personalidad

Está dentro de la división F07 de la CIE-10, que corresponde a Trastornos de la personalidad y del comportamiento debidos a enfermedad, lesión o disfunción cerebral. Específicamente pertenece a la subdivisión F07.0

Hace referencia a la alteración de la personalidad debida a enfermedad, lesión o disfunción cerebral. Se caracteriza porque después de la enfermedad, hay cambio en los patrones habituales del comportamiento. Según la OMS en su publicación ICE-10, en este trastorno se afecta la expresión de emociones, necesidades e impulsos. A esto puede sumarse alteración de la actividad cognoscitiva, del pensamiento, etc. (1)

Según la ICE-10, el trastorno orgánico de la personalidad incluye al:

-Síndrome de lóbulo frontal: llamado actualmente Síndrome disejecutivo. Para Miguel Mujica, es un conjunto de alteraciones cognitivas conductuales que afectan las funciones ejecutivas. Éstas son las diferentes secuencias que debe seguir un individuo para solucionar un problema, el control de la fluencia mental, del diseño y de la planificación. Procesos que en el proceso mental cotidiano pasan desapercibidos (2)

-Síndrome límbico epiléptico de la personalidad: Según Luis Barraquer, la epilepsia córtico-subcortical más frecuente, es la témporo-límbica (2) El neurocientífico Mac Lean, citado por Luis Barraquer, señala que:

“El sistema límbico constituye un área de integración cortical de gran variedad de reacciones viscerales y somáticas, muchas de ellas relativas a la vida emocional. La gran aportación de este sistema seria, conferir a las distintas impresiones sensoriales a él llegadas, la sustentación neurológica o fisiológica esencial oportuna a su valoración emocional”(2)

-Personalidad pseudopsicopática orgánica: para Laura España este trastorno se caracteriza por “comportamiento inmaduro, promiscuo, actividad motora acentuada, grosero y con carencia de virtudes sociales” (3) Además de estos rasgos, Peters UH incluye: reacciones simuladas de furia, inestabilidad emocional y social, disturbios cognitivos a forma de incoherencia. El mismo autor señala que este comportamiento puede acentuarse con el consumo del alcohol. Llama la atención que este trastorno no es percibido por el individuo ni por su médico tratante (4)

-Personalidad orgánica pseudoretardada: 

-Síndrome postleucotomía: Se presenta en pacientes que fueron sometidos a leucotomía. Según los reportes de Freeman y Watts, citados por Claudio Yampolsky; después de la leucotomía, los pacientes presentaban “una combinación de crisis comiciales, apatía, confusión, deficiencia en el pensamiento abstracto, alteración de la motivación, inatención e inhabilidad para mantener una conducta socialmente apropiada” (5)

Para diagnosticar el trastorno se necesita: evidencia de lesión cerebral y las siguientes consideraciones:

• Reducción en la habilidad para mantener actividades guiadas
• Alteración en el comportamiento emocional
• Expresión de necesidades e impulsos sin considerar consecuencias o convenciones sociales
• Alteración cognitiva (Ideación paranoica)
• Distorsión del contenido y flujo del lenguaje:
• Alteración en el comportamiento sexual  (1)

En la mayoría de casos, los trastornos orgánicos de la personalidad se presentan después de un trauma cerebral o de epilepsia. Los síntomas más comunes son: depresión, inestabilidad emocional, irritabilidad y comportamiento impulsivo (6)

Otras alteraciones orgánicas de la personalidad incluyen trastorno orgánico afectivo del hemisferio derecho. Se caracteriza por cambios en la habilidad para expresar o comprender las emociones. Por ello, la depresión forma parte de los síntomas (1)

Trastorno límite de la personalidad

Características diagnósticas

La característica esencial del trastorno límite de la personalidad es un patrón general de inestabilidad en las relaciones interpersonales, la autoimagen y la afectividad, y notable impulsividad que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, según Julio Vallejo en su libro Introducción a la Psicopatología y Psiquiatría (7) Además, menciona que los sujetos con un trastorno límite de la personalidad realizan frenéticos esfuerzos para evitar un abandono real o imaginado. La percepción de una inminente separación o rechazo, o la pérdida de la estructura externa, pueden ocasionar cambios profundos en la autoimagen, afectividad, cognición y comportamiento. Estos sujetos son muy sensibles a las circunstancias ambientales. Experimentan intensos temores a ser abandonados y una ira inapropiada incluso ante una separación que en realidad es por un tiempo limitado o cuando se producen cambios inevitables en los planes (p. ej., reacción de desesperación brusca cuando el clínico les anuncia el final de su tiempo de visita, angustia o enfurecimiento cuando alguien importante para ellos se retrasa, aunque sea sólo unos minutos o cuando tiene que cancelar su cita). Pueden creer que este «abandono» implica el ser «malos». Estos temores a ser abandonados están relacionados con la intolerancia a estar solos y a la necesidad de estar acompañados de otras personas. Sus frenéticos esfuerzos para evitar el abandono pueden incluir actos impulsivos como los comportamientos de automutilación o suicidas

Según el Comité Elaborador del DSM-IV: Los individuos con un trastorno límite de la personalidad presentan un patrón de relaciones inestables e intensas. Pueden idealizar a quienes se ocupan de ellos o a sus amantes las primeras veces que se tratan, pedirles que estén mucho tiempo a su lado y compartir muy pronto los detalles más íntimos. Sin embargo, cambian rápidamente de idealizar a los demás a devaluarlos, pensando que no les prestan suficiente atención, no les dan demasiado o no «están» lo suficiente. Estos sujetos pueden empatizar y ofrecer algo a los demás, pero sólo con la expectativa de que la otra persona «esté allí» para corresponderles satisfaciendo sus propias necesidades o demandas. Son propensos asimismo a los cambios dramáticos en su opinión sobre los demás, que pueden ser vistos alternativamente como apoyos beneficiosos o cruelmente punitivos. Tales cambios suelen reflejar la desilusión con alguna de las personas que se ocupa de ellos y cuyas cualidades positivas han sido idealizadas o de quien se espera el rechazo o abandono (8)

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