Técnicas Para Contar
Enviado por Ayde2021 • 16 de Agosto de 2014 • 1.573 Palabras (7 Páginas) • 357 Visitas
Técnicas para contar
Contar oralmente, ¿implica aptitudes numéricas? ¿Qué técnicas de contar se suelen desarrollar
durante los años preescolares? ¿Podemos suponer que los niños de educación especial adquirirán
técnicas básicas para contar de una manera informal? ¿Qué técnicas suelen requerir instrucción
durante los primeros cursos escolares?
A) EL DESARROLLO DE TÉCNICAS PARA CONTAR
Una jerarquía de técnicas
En su mayor parte, la capacidad de contar se desarrolla jerárquicamente (Klahr y Wallace, 1973).
Con la práctica, las técnicas para contar se van haciendo más automáticas y su ejecución requiere
menos atención. Cuando una técnica ya puede ejecutarse con eficiencia, puede procesarse
simultáneamente o integrarse con otras técnicas en la memoria de trabajo (a corto plazo) para
formar una técnica aún más compleja (por ejemplo, Schaeffer, Eggleston y Scott, 1974).
Consideremos qué se necesita para realizar la tarea aparentemente sencilla de determinar si un
conjunto de nueve puntos es “más” o “menos” que otro de ocho. Realizar esta comparación entre
magnitudes numéricas requiere la integración de cuatro técnicas.
En primer lugar, la técnica más básica es generar sistemáticamente los nombres de los números
en el orden adecuado. A los dos años de edad, Alexi ya había empezado a dominar la serie
numérica oral y, a veces, podía contar hasta 10 de uno en uno. Sin embargo, cuando se le pedía
que contara objetos, aún no podía decir los números en el orden correcto de forma coherente. Por
ejemplo, a veces no empezaba a contar desde “uno”. Hacia los tres años de edad, los niños suelen
empezar a contar un conjunto a partir de “uno” y al empezar párvulos ya pueden usar la secuencia
correcta para contar conjuntos de 10 elementos como mínimo (Fuson, Richards y Briars, 1982).
En segundo lugar, las palabras (etiquetas) de la secuencia numérica deben aplicarse una por una a
cada objeto de un conjunto. La acción de contar objetos se denomina enumeración. Aunque Alexi
podía generar la serie numérica hasta 10 correctamente, no podía enumerar un conjunto de nueve
elementos, y ni siquiera de tres, porque todavía no había aprendido que debe aplicarse una, y sólo
una, etiqueta a cada elemento de un conjunto. La enumeración es una técnica complicada porque
el niño debe coordinar la verbalización de la serie numérica con el señalamiento de cada
elemento de una colección para crear una correspondencia biunívoca entre las etiquetas y los
objetos. Como los niños de cinco años pueden generar correctamente la serie numérica y señalar
una vez cada uno de los elementos de una colección, pueden coordinar con eficacia las dos
e-Educa, Cibercultura para la Educación AC
COMPETENCIAS DIDÁCTICAS: MATEMÁTICAS. LECTURA 1 2
técnicas para ejecutar el acto complejo de la enumeración (al menos con conjuntos de hasta 10
elementos).
En tercer lugar, para hacer una comparación, un niño necesita una manera conveniente de
representar los elementos que contiene cada conjunto. Esto se consigue mediante la regla del
valor cardinal: la última etiqueta numérica expresada durante el proceso de enumeración
representa el número total de elementos en el conjunto. En otras palabras, un niño de cinco años
puede resumir la serie “1, 2, 3,..., 9”, con “nueve” y la serie “1, 2, 3, ..., 8” con “ocho”. Como
Alexi no podía ni enumerar conjuntos, no había descubierto que la última etiqueta de este proceso
tiene un significado especial. A sus dos años de edad, Alexi todavía no asociaba la serie numérica
con la definición de la cantidad de un conjunto.
En cuarto lugar, las tres técnicas acabadas de describir son indispensables para comprender que la
posición en la secuencia define la magnitud. A los dos años de edad, los números no definían
tamaños relativos para Alexi. Sin embargo, los niños pequeños llegan a aprender, tarde o
temprano, que la serie numérica se asocia a una magnitud relativa. Aun los niños muy pequeños
pueden realizar comparaciones gruesas entre magnitudes como “10 es más grande que 1”, quizá
porque saben que el 10 viene mucho más tarde en la secuencia de enumeración. Hacia los cinco
años, los niños pueden llegar a hacer con rapidez comparaciones precisas entre magnitudes de
números seguidos como el 8 y el 9, porque están muy familiarizados con las relaciones de
sucesión numérica (“cuando me pongo a contar, el 9 viene después del 8, así que el 9 es más
grande”).
Por tanto, contar para determinar que un conjunto de nueve puntos es más que un conjunto de
ocho no es, cognoscitivamente hablando, un acto trivial. Aunque los adultos pueden dar por
sentadas las cuatro técnicas implicadas, éstas constituyen un reto intelectual imponente para los
niños de dos años de edad. Cuando lleguen a los cinco años, la mayoría de los niños habrán
dominado estas técnicas básicas y estarán listos para enfrentarse a nuevos desafíos.
Algunos de ellos (sobre todo los que proceden de entornos con carencias, los que tienen lesiones
cerebrales o los mentalmente atrasados) pueden no haber llegado a dominar estas técnicas
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