UNA CEGUERA MENTAL ENSAYO SOBRE LA CEGUERA

UNA CEGUERA MENTAL

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA

“Y cuándo es necesario matar,

se preguntó a sí misma mientras se dirigía hacia el zaguán,

 y a sí misma se respondió,

Cuando está muerto lo que aún está vivo”.

José Saramago

       Encontrar un libro con el nombre de ensayo y que no tiene tal requisito, suele ser algo complejo y además, curioso, es así como, está novela con tintes de ensayo o esté ensayo con tintes de novela, es un largo camino e invitación a conocer el trágico comportamiento del ser humano, que al enfrentarse a una situación de ceguera absoluta, puede llegar a comportarse como realmente es. Motivo por el cual, esta obra maestra es un camino a lo más oscuro de la humanidad y su intimidad, y que con un lenguaje crudo, real y simbólico; llena al lector de dudas existenciales y dilemas morales.

       Ahora bien, la historia comienza con un individuo cualquiera, donde por cosas del destino se vuelvo ciego y al encontrar la ayuda de una persona para ser guiado a su hogar, esté le roba el carro, y a la vez también es contagiado de la ceguera, y esta pandemia empieza a propagarse por el contacto entre las personas enfermas por este extraño virus.

       Así, pues, el gobierno ubica a todos los enfermos en un centro psiquiátrico para evitar más infecciones, y ellos son dirigidos por las fuerzas armadas (militares), que por temor a ser contagiados, utilizan sus armas como medio de defensa.

       Aunque, la historia puede ser un digno relato de cine o de un profético Apocalipsis; tras estos acontecimientos está implícito la realidad del ser humano que al momento de su ceguera, y al estar recluido en un psiquiátrico, comienza a comportarse de una manera diferente o tal vez de una forma natural, es decir, sin un modo de gobierno, donde la anarquía los lleva a cometer actos de injusticia, como por ejemplo robar el alimento a los más necesitados, violaciones, ultrajes, entre muchas más.

       De igual manera, estas personas contagiadas no son solamente las que asumen comportamientos extremos, también, los soldados que por miedo al contagio asesinan a cualquier persona que llegue a acercarse, y todo esto influye en un entorno de desconfianza, temor y desgracia.

       Este ser humano, que en condiciones éticamente favorables, puede llegar a actuar y estar condicionado a una correcta toma de decisiones, elecciones y hasta darle un correcto valor a sus acciones al ser sujetos de libertad; puede en condiciones de encierro, persecución y de limitación física, entre otras situaciones extremas como es la ceguera, actuar fuera de cualquier norma, código o principio.

       Baste lo anterior para decir que, ese desarrollo moral que el hombre puede llegar a alcanzar es limitado cuando se somete a una invidencia no solo física sino también mental (que es lo que realmente Saramago quiere resalar) y ese nivel de conciencia puede llegar a alcanzar unos estadios mucho más bajos.

       Por tal motivo, ese proceso de humanización se puede llegar a alcanzar a través de la adquisición real de una conciencia moral, donde se asumen y se propician unos principios que tienden a regir o determinar un comportamiento. Es así como “... dentro de nosotros hay algo que no tiene nombre, esa cosa es lo que somos”. (Saramago, 2006:278) De igual manera, este principio lleva a un proceso de intimidad consigo mismo y con los demás, algo que Saramago tiende a desnudar y que por el morbo de la sociedad no se quiere debatir o tratar.  

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