UNAS CLASES DE FORMACION ÉTICA Y CIUDADANA
Enviado por lauraygabriel • 7 de Octubre de 2016 • Trabajo • 795 Palabras (4 Páginas) • 279 Visitas
CLASE NÚMERO UNO
Área: Formación ética y ciudadana.
Grado: 1°
Eje: Valores
Tema: “El diálogo”
Objetivos:
- Reconocer el valor del diálogo como algo importante para las personas.
- Identificar el valor del diálogo frente a distintas situaciones.
- Reconocer otros valores importantes para la vida cotidiana.
Temporalización: Dos clases de 45’ cada una
Contenidos:
Conceptuales:
| Procedimentales:
| Actitudinales:
|
Recursos: Cuento, tren fabricado por la docente.
Actividades:
De inicio: Para dar comienzo a la clase se pondrá a los alumnos en ronda para luego leer un cuento llamado “El león afónico”
Se indagarán conocimientos previos de los alumnos en base a la imagen del cuento. (la imagen es la siguiente)
[pic 1]
¿DE QUÉ CREEN QUE SE TRATA ESTE CUENTO?
¿CÓMO CREEN USTEDES QUE SE LLAMA?
Una vez finalizada la prelectura la docente pasará a leer el cuento en voz alta para los niños.
EL LEÓN AFÓNICO
HABÍA UNA VEZ UN LEÓN AFÓNICO. ERA AFÓNICO DESDE SIEMPRE, PORQUE NUNCA HABÍA PODIDO RUGIR, PERO NADIE EN LA SABANA LO SABÍA. COMO DESDE MUY PEQUEÑO HABÍA VISTO QUE NO PODÍA RUGIR, HABÍA APRENDIDO A HABLAR SOSEGADAMENTE CON TODO EL MUNDO Y A ESCUCHARLOS, Y CONVENCERLOS DE SUS OPINIONES SIN TENER QUE LANZAR NI UN RUGIDO, GANÁNDOSE EL AFECTO Y CONFIANZA DE TODOS.
PERO UN DÍA, EL LEÓN HABLÓ CON UN PUERCO TAN BRUTO Y CABEZOTA, QUE NO ENCONTRABA LA FORMA DE HACERLO ENTRAR EN RAZÓN. ENTONCES, SINTIÓ TANTAS GANAS DE RUGIR, QUE AL NO PODER HACERLO SE SINTIÓ EN DESVENTAJA. ASÍ QUE DEDICÓ UNOS MESES A INVENTAR UNA MÁQUINA DE RUGIR QUE SE ACTIVASE SÓLO CUANDO ÉL QUISIERA. Y POCO DESPUÉS DE TENERLA TERMINADA, VOLVIÓ A APARECER POR ALLÍ EL PUERCO TESTARUDO, Y TANTO SACÓ AL LEÓN DE SUS CASILLAS, QUE LANZÓ UN RUGIDO ATERRADOR CON SU MÁQUINA DE RUGIR.
- ¡¡¡GRRRRROAUUUUUUUUUUUU!!!
ENTONCES, NO SÓLO EL PUERCO, SINO TODOS LOS ANIMALES, SE LLEVARON UN SUSTO TERRIBLE, Y DURANTE MESES NINGUNO DE ELLOS SE ATREVIÓ SALIR. EL LEÓN QUEDÓ TAN TRISTE Y SOLITARIO, QUE TUVO TIEMPO PARA DARSE CUENTA DE QUE NO NECESITABA RUGIR PARA QUE LE HICIERAN CASO NI PARA SALIRSE CON LA SUYA, Y QUE SIN SABERLO, SU AFONÍA LE HABÍA LLEVADO A SER BUENÍSIMO HABLANDO Y CONVENCIENDO A LOS DEMÁS. ASÍ QUE POCO A POCO, A TRAVÉS DE SU TONO AMABLE Y CORDIAL, CONSIGUIÓ RECUPERAR LA CONFIANZA DE TODOS LOS ANIMALES, Y NUNCA MÁS PENSÓ EN RECURRIR A SUS RUGIDOS NI A SUS GRITOS.
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