Una perspectiva ética a la ciencia

Una perspectiva ética a la ciencia

Es bien sabido que a lo largo del tiempo y con su constante avance, la ciencia nos ha sido de gran ayuda para la comprensión de nuestro entorno,  y que  junto a la tecnología como su fruto sirve para nuestro constante beneficio social y  científico.  

        La tecnología  nos es de ayuda ya que el avance de esta nos ha causado beneficios y nos ha hecho crecer como seres humanos. Sin embargo, aunque podemos afirmar que la ciencia y la tecnología son una gran herramienta para nuestra sociedad y nuestra especie, no es factible afirmar que todo es bueno, pues inventos tecnológicos y científicos como la bomba nuclear, la modificación de virus y bacterias que derivan en patógenos aún más peligrosos y mortales, así como el de las armas; o el hecho de creaciones que resultan perjudiciales para nuestra salud o nuestro entorno, que aunque son inventos cuyo fin no son más que el de facilitarnos el modo de vida han hecho peligrosa nuestra manera de coexistir.

        Ejemplos del avance y desencadenamiento de problemas pueden ser observados con el monstruo Frankenstein, que al ser creado con irresponsabilidad por su genio creador, no fue más que otro ejemplo de la cabida de la ciencia y la tecnología en manos de irresponsables, de seres inconscientes dominados por el escaso juicio moral, de seres que son guiados por la curiosidad y la determinación de la negación -como es el caso del doctor Víctor Frankenstein en esta novela-, y de seres que, aún cuando no sean los originadores de estas herramientas, dan mal uso.

        Shelley (p.43 ), como las palabras del doctor Frankenstein, menciona, "Cuanto más se haya hecho, decía el alma de Frankenstein, más, mucho más he de hacer yo. Siguiendo las huellas ya marcadas abriré nuevos caminos, exploraré poderes desconocidos y revelaré al mundo los misterios más profundos de la creación." Si es bien cierto que el doctor, aún con esa motivación científica aparente y dando a entender que la razón de su existencia es debido a la búsqueda de los misterios acerca de la creación, su camaleónica motivación hacia la ciencia conllevaría solo a su invento, que más que ser creativo, se volvería destructivo, para sí mismo y para sus seres amados.

        Nos preguntaremos entonces, ¿cómo esto puede estar relacionado con nuestra realidad? Solo tenemos que detenernos a pensar que desde la familia nuclear, en nuestros tiempos, se ha vuelto más distanciada, se diseminan entre los mismos miembros que la integran, principalmente a aparatos tecnológicos que inicialmente fueron creados para la comunicación: los teléfonos celulares. E inclusive, como habíamos comentado anteriormente, una de las mayores repercusiones a nuestro entorno es el uso masivo de automóviles, que constituyen la principal causa de contaminación atmosférica.

        Es por esto que en la mayoría de las veces, nuestro doctor Frankenstein no es mas que un reflejo de nuestra sociedad contemporánea, puesto que al citar cierta parte del libro en la que el monstruo es creado, es inevitable contemplar la paciencia y la dedicación con la que es creado, pero que ya, al ser creado, el doctor al ver su obra, se sumerge en un terror y una preocupación tan profunda que lo obligan a huir de escena en la creación del monstruo.

        "¿Cómo podría describir mis emociones ante aquel desgraciado resultado? ¿Cómo presentar la obra a la que había dado forma con tanto sacrificios? Sus miembros eran proporcionado y yo había elegido sus facciones para que fueran hermosas. ¿Hermosas? ¡Dios santo!" (Shelley, p. 51).

        Y pues como podemos observar, cuando Einstein descubrió la energía atómica, su intención no era la bomba atómica, sino la creación de una  nueva energía mas potente, duradera y relativamente limpia, sin embargo, por la situación en su momento, se vio en la necesidad de cooperar para crear la bomba atómica, he aquí sus palabras, "Dado que no veo que la energía atómica vaya a ser un gran beneficio hasta dentro de un largo tiempo, tengo que decir que por el momento es una amenaza. Quizá esté bien que así deba ser. Puede que intimide a la raza humana para que ponga orden en sus asuntos internacionales, lo que sin la presión del miedo, no ocurriría."-Albert Einstein (Vega, 2012).

        Como podemos observar, muchas de las ocasiones, aunque una creación o invento sea hecho con las mas puras intenciones, y con fundamentos bien cimentados, es en muchas ocasiones inevitable desviar esos conocimientos y esa tecnología a fines completamente destructivos o al menos, improductivos.

        Es por esto, que en la obra El cuerpo expuesto, Rosa Beltran (2013), nos expone una serie de hechos que están vinculados a eventos y acciones de sus personajes guiados a tendencias autodestructivas e improductivas, éstos siempre basados en el mal uso de las tecnologías, sobre todo en las de tipo comunicativo; aunque sea una pena no poder citar alguna parte del libro, dado a su complejidad, la obra es un  claro ejemplo de nuestro comportamiento respecto a nuestro tema.

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