VALORES EN LA ADOLESCENCIA

Al iniciar la etapa en la que los adolescentes buscan pareja surge una serie de dudas: ¿cómo me le acerco?, ¿le gustaré?, ¿qué hago si me da vergüenza hablarle?, situación que ocasiona cierta incertidumbre y timidez. La necesidad de estrechar vínculos afectivos los lleva a enfrentarse al reto que implica abrirse a otro ser con características físicas y psicológicas diferentes para establecer una relación.

Los vínculos afectivos son relaciones que establecemos con otras personas en las que expresamos sentimientos de cariño y estima. Cuando nos relacionamos con los demás, valoramos o apreciamos aspectos de su personalidad: su carácter alegre, su sentido de la responsabilidad, su amabilidad, su inteligencia, su solidaridad ante los problemas ajenos, entre otros. También podemos admirar aspec¬tos físicos de alguien, por ejemplo, nos puede gustar el color de sus ojos o su cabello, sin que esto signifique que dejemos de lado la importancia de sus ideas y pensamientos. Un vínculo importante y cercano a nosotros es la amistad: una relación personal desinteresada, que nace y se fortalece con el trato y que se basa en un sentimiento recíproco de cariño y simpatía. Reconocer lo valioso o agradable de los demás nos permite generar diferentes tipos de vínculos afectivos, entre los que tenemos:

El amor: afecto, cariño y solidaridad que una persona siente hacia otra y que se manifiesta ge¬neralmente con desear su compañía o amistad, alegrarnos con lo que creemos que es bueno para ella y sufrir con lo que consideramos malo. Puede expresarse de muchas maneras, con un beso, una caricia, un abrazo, un gesto de solidaridad o apoyo, entre otros.

La atracción sexual: interés, inclinación o deseo sexual que una persona siente hacia otra. Este deseo está condicionado por el conjunto de características anatómicas, fisiológicas y psicológicas propias de cada sexo o de cada individuo. Es importante reconocer que esta característica de los seres humanos se empieza a desarrollar desde la adolescencia, y genera sensaciones e intereses nuevos en los jóvenes. Si te gusta una persona debes darte tiempo para compartir con ella afectos e ideas; para conocer y entender lo que siente, y a la vez comprender lo que te está pasando a ti. Cuando dos personas se gustan pueden expresar estas sensaciones con besos, abrazos y caricias; estas muestras de gusto y afecto producen goce y hacen disfrutar mucho la compañía de la pareja. Es importante saber que para que dos personas se brinden este tipo de afecto, deben hablarlo y desearlo ambos y estar seguros de que realmente lo quieren.

La afinidad: es de las mejores experiencias que podemos vivir con alguien, ya sea con nuestros amigos, pareja o familia. Cuando tenemos a nuestro lado o conocemos a una persona con la que compartimos ¡deas, sentimientos o gustos, se genera una sensación de proximidad que nos hace sentir que alguien nos comprende y conoce.

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