Viaje alucinante de la vida

Viaje alucinante de la vida

     Si bien decimos que el universo es un misterio donde cada mínima partícula realiza un sin número de funciones; el ser humano no está excluido de este macro universo  porque dentro de él existe un cosmos. Sin la especie humana nada tendría sentido en nuestro planeta, porque para quien serviría los procesos de fotosíntesis de las plantas y el oxígeno que emanan, quién bebería el agua o quién se alimentaría de todos los grandiosos frutos que la naturaleza brinda. Sin embargo el hombre es un ser maravilloso desde su primera etapa de vida. Si se quisiera explicar acerca  del desarrollo de un ser humano después de su gestación, resultaría casi  imposible determinarlos de una manera sencilla, conocemos ciertas fases pero, existe mundos y universos en otras dimensiones  aún más complejos que no se han logrado definir donde el ser humano continua siendo el eje central.

     El proceso de división celular (meiosis) en el que una célula diploide da lugar a cuatro células hijas haploides; es decir, las células hijas tienen la mitad de cromosomas que la célula madre, pero no una mitad cualquiera, sino precisamente un cromosoma de cada pareja de cromosomas homólogo (Wikilibros, 2015). A partir de allí inicia una nueva etapa del ser humano; las células son los ladrillos de nuestro cuerpo, “Hemos entrado en la célula, la mansión de nuestro nacimiento, y comenzó el inventario de nuestra riqueza adquirida” (Claude, 1954). Dentro de cada célula existe ese mismo motor extraordinario, una máquina que le indica a cada una de ellas como ha de crecer y que funciones debe realizar;  es el ADN y en conjunto trabajo con el ARN los cuales portan y transportan el material genético; es único en cada persona  porque no solo determina nuestro aspecto y forma de ser sino también el qué será de nuestra existencia, cuándo creceremos, cuándo desarrollaremos, cuándo envejeceremos y  hasta cuándo moriremos.

National Geoghapic (como se citó en Mora, 2012) afirma que desde el ínstate mismo en el que nacemos ejercemos el acto aeróbico más importante de nuestras vidas por primera vez y lo seguiremos haciendo unas 700 millones de veces más. El aire pasa por la traque y fluye través de miles de ramificaciones, los bronquios y a los millones de compartimientos de aire, los alveolos; oxigenan la sangre y despiden el dióxido de carbono que exhalamos en cada respiración.

     Como se conoce el dióxido de carbono es un desecho de nuestro organismo necesario de expulsarlo  porque al llevarse a cabo todos los procesos metabólicos internos se produce una buena cantidad de CO2, como si fuéramos chimeneas que echan humo.  Pero ¿Qué sucede si eso no ocurre? El dióxido de carbono se concentraría en la sangre, es decir no daría paso al oxígeno y con ello muchas áreas de nuestro cuerpo no recibirían oxigenación necesaria, nos asfixiaríamos por dentro y de manera externa se reflejaría con ciertos malestares como dolor de cabeza, visión borrosa, etc. (Anónimo, 2010) de la misma manera cuando involuntariamente inhalamos el smog  que emite un auto.

Por otra parte las células son quienes combaten los virus, renuevan nuestros órganos y nos protegen de toda clase de males, llevan la más dura batalla interna por tal motivo debemos cuidarlas, protegerlas de la misma manera como lo hacemos con nosotros porque se alimentan, tratan de mantenerse con vida y se reproducen, lo único que le resta al ser humano es alimentarse bien y brindarle a nuestras células todos esos biocompuestos necesarios para que sigan cumpliendo  sus funciones con  normalidad. 

Los seis elementos químicos o bioelementos más abundantes en los seres vivos son el carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno, fósforo y azufre (C,H,O,N,P,S) representando alrededor del 99 % de la masa de la mayoría de las células, con ellos se crean todo tipos de sustancias o biomoléculas. (Wikipedia, 2015).

     Se trata  de los lípidos, proteínas, glúcidos, ácidos nucleicos y las vitaminas. Todas las biomoléculas están distribuidas de manera exacta en nuestro organismo y cuando las excedemos causan algún tipo alteración que puede llevar hasta la muerte.  Cada biomolécula cumple con su respectiva función desde contener el material genético hasta ser un aislante y mantener la termodinámica de nuestro cuerpo. Cuando el calor nos llega a faltar por diversos factores físicos o químicos, el tejido adiposo es una reserva de calor y energía el cual sintetiza las grasas que pronto será trasformada en energía mecánica al realizar diversos movimientos Al ingresar los alimentos o biomoléculas al cuerpo humano, empieza una serie de procesos, como se sabe, no todo lo que consumimos es enteramente saludable, así que el organismo se encarga de conservar lo apropiado y desechar las sustancias toxicas para uno mismo. La comida al llegar al intestino delgado, metaboliza la mayor parte de los nutrientes. “El material pre-digerido que proporciona el estómago  es objeto de la acción del líquido pancrático, el líquido intestinal y la bilis. Los residuos son conducidos por el intestino grueso para su expulsión periódica” (Anónimo, s.f).

     Todos los procesos metabólicos, acción y reacción de las células son impulsos enviados desde el mayor centro de control, el sistema nervioso, es como una red que envía mensajes a las partes del cuerpo. Dentro de este se halla al cerebro que es como una computadora que controla las funciones del organismo, el encéfalo; compuesto por billones de neuronas que de igual manera se encarga de dirigir todas las funciones esenciales para la vida. Su actividad es contante, por lo tanto requiere de la producción permanente de ATP a las neuronas mediante la respiración aerobia por que controla los impulsos voluntarios, el lenguaje, emociones, etc.

     El cuerpo humano es un organismo no explorado en su totalidad, llegará un momento en el que dejará de crecer pero no de cambiar, se adapta a los cambios del medio y continuará haciéndolo por millones de años más. Todos sus procesos biológicos están relacionados con cada órgano que posee y el medio en el que se encuentre. Pero afirmo que las células son la base de la vida; a partir de ella se componen los órganos aparatos y sistemas, a partir de ellas se constituye un nuevo ser humano, un ecosistema a partir de ella se constituye  nuestro planeta Tierra.

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