Vibrio Parahaemolyticus
Enviado por rog_cl • 17 de Diciembre de 2013 • 2.241 Palabras (9 Páginas) • 549 Visitas
Introducción
En 1854, él médico italiano Filippo Pacini descubrió la primera especie de Vibrio, el Vibrio Cholerae (agente causante del cólera), mientras estudiaba los brotes de esta enfermedad en Florencia. En el año 1953, investigadores japoneses encabezados por Fujino identificaron por primera vez al Vibrio parahaemolyticus como el causante de intoxicación alimentaria, esto ocurrió durante la aparición de un brote en la provincia de Isaka en la cual hubo 272 personas afectadas, con 20 fallecidos. El brote se asoció al consumo de sardinas crudas.
Numerosos brotes de intoxicaciones alimentarias y casos esporádicos de Vibrio parahaemolyticus han sido reportados en EEUU, Europa y Asia, pero no fue hasta 1969 en que este microorganismo se consideró un problema de salud pública, principalmente en EEUU.
En nuestro país entre los años 1992 y 1997 el Instituto de Salud Pública recibió 30 muestras procedentes de laboratorios regionales para confirmar el diagnóstico de intoxicación por Vibrio parahaemolyticus. Sin embargo, el brote ocurrido en la ciudad de Antofagasta entre Noviembre de 1997 a Marzo de 1998 causó que este número aumentara a más de 300 muestras. Un segundo brote afectó aproximadamente a 1500 personas durante Enero a Marzo del 2004, principalmente en la zona de Puerto Montt, una región con aguas costeras usualmente frías.
Descripción del Vibrio parahaemolyticus
Los vibrios son bacilos gram negativos, móviles, tolerantes a la sal y anaerobios facultativos. Las especies que se asocian a diarrea son el vibrio parahaemolyticus, V. cholerae, V. mimicus, V. hollisae, V. fluviales y V. fruncí. Por su parte, el V. vulnificus causa septicemia e infección de heridas en pacientes inmunodeprimidos.
El Vibrio parahaemolyticus, V. damsela y V. alginolyticus también se han asociado a infección de heridas.
El Vibrio parahaemolyticus es una bacteria perteneciente a la familia de las Vibrionaceae. Posee varios serotipos, los cuales son diferenciados según sus antígenos: somático (O), capsular (K) y flagelar (H). El antígeno H es común a todos los tipos, por lo que la serotipificación se realiza en base a los antígenos O y K. Los brotes infecciosos que se han presentado a nivel mundial en los últimos años se han atribuido a la aparición de tres serotipos con un importante potencial pandémico: O3:K6, O4:K68 y O1:K atípico (KUT). Las cepas O4:K68 y O1:KUT se originaron, muy probablemente, a partir de un clon de la cepa O3:K6 pandémica. Estos serotipos presentan mayor adherencia y citotoxicidad en cultivos de tejidos, lo que estaría contribuyendo a incrementar su potencial patogénico. Los diferentes serotipos han sido identificados en varias localidades, por lo que su distribución es mundial y la transición entre un serotipo y otro ha sido observada tanto en pacientes como a nivel ambiental.
En Chile, el año 1998 en Antofagasta, se detectaron las cepas O1:K56 y O3:K6, y el año 2004, en Puerto Montt, se detectó la presencia de las cepas O3:K6 y O4:K12, Andrews et al. describió una resistencia inusual a la temperatura de la cepa O3:K6, la relevancia de esto, radica en el tiempo y temperatura a la cuál se debería someter a los mariscos para asegurar su pasteurización.
Esta bacteria se encuentra presente en forma permanente en el mar de nuestro territorio, lo que no implica que exista riesgo permanente de infección. Éste existe sólo cuando condiciones especiales en el mar, como el aumento de su temperatura, especialmente en los meses estivales, favorecen su proliferación.
Las condiciones óptimas de crecimiento del V. parahaemolitycus en el agua se resumen en la tabla 1.
Parámetros de crecimiento Óptimo Rango
Temperatura 37º C 5-43ºC
pH 7,8-8,6 4,8-11
Condiciones atmosféricas Aeróbica Aeróbica o anaeróbica
[ ] NaCl en agua marina 3 % 0,5-10%
Tabla 1: Condiciones de crecimiento del V. parahaemolyticus.
Se ha visto que almacenar congelado el alimento, además de detener el crecimiento del Vibrio, disminuye su número, no obstante se ha descrito que el Vibrio parahaemolitycus sobrevive congelado a -18ºC durante 7 semanas.
El Vibrio Parahaemolitycus muere a temperaturas inferiores a 5º C, la cocción a temperaturas de 65ºC los inactiva.
En un estudio realizado por Andrews et al. se concluye que la cepa O3:K6 requiere de un mínimo de 22 minutos a 50-52º C. para reducir su multiplicación de 106 a menos 3 bacterias x g.
Epidemiología
Los mariscos, especialmente los moluscos bivalvos, como ostras, almejas, machas, cholgas acumulan cantidades importantes del vibrión. En general, crustáceos y pescados no acumulan el vibrión en cantidad importante para causar infección, pero pueden alcanzar grandes cantidades de éste al dejarse sin adecuada refrigeración por unas pocas horas. La enfermedad se transmite por ingestión de cualquier alimento contaminado crudo o mal cocido.
También se puede transmitir por contaminación cruzada al ingerir cualquier alimento que haya tenido contacto con mariscos o agua contaminada.
El transporte o almacenamiento de productos del mar sin las condiciones adecuadas de refrigeración favorecen la proliferación de la bacteria y, por lo tanto, la posibilidad de infectar. Se considera que la enfermedad puede producirse con una ingesta de 1.000.000 vibriones viables.
Es importante destacar que la enfermedad no es trasmisible de persona a persona.
Cuadro clínico
La patogénesis de la gastroenteritis producida por el V. parahaemolyticus aún no es clara. El período de incubación de la infección gastrointestinal es de 4-96 horas después de la ingestión, con un promedio de 15 horas. La rapidez con la que se presenta el cuadro clínico sugiere la participación de una enterotoxina aún por identificar. La virulencia del vibrio ha sido asociada a la producción de hemolisina termoestable directa, la cual es responsable de la beta-hemólisis producida sobre eritrocitos humanos in vitro, sin embargo, se han descrito en el último tiempo cepas patogénicas que no producen la hemolisina.
La intoxicación por Vibrio parahaemolyticus causa tres entidades clínicas reconocidas: gastroenteritis, septicemia e infección de heridas.
El cuadro intestinal es el más frecuente, caracterizado por diarrea acuosa y cólicos abdominales, que pueden acompañarse de náuseas, vómitos, fiebre y cefalea. Generalmente es autolimitado, la persona se recupera luego de un período de aproximadamente 3 días, que puede variar entre 1 a 7 días, tiempo que no depende del tratamiento con antibióticos. En los casos más severos puede producirse un síndrome disentérico, caracterizado por heces sanguinolientas y fiebre alta.
La septicemia
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