Vida Y Trayectoria De Cientificos Argentinos
Enviado por jorge52 • 22 de Noviembre de 2013 • 5.166 Palabras (21 Páginas) • 298 Visitas
Vida y Trayectoria de Científicos Argentinos.
INTRODUCCIÓN
La Investigación es un proceso que, mediante la aplicación del método científico, procura obtener información relevante y fidedigna (digna de fe y crédito), para entender, verificar, corregir o aplicar el conocimiento.
Para obtener algún resultado de manera clara y precisa es necesario aplicar algún tipo de investigación, la investigación está muy ligada a los seres humanos, esta posee una serie de pasos para lograr el objetivo planteado o para llegar a la información solicitada. La investigación tiene como base el método científico y este es el método de estudio sistemático de la naturaleza que incluye las técnicas de observación, reglas para el razonamiento y la predicción, ideas sobre la experimentación planificada y los modos de comunicar los resultados experimentales y teóricos.
Además, la investigación posee una serie de características que ayudan al investigador a regirse de manera eficaz en la misma. La investigación es tan compacta que posee formas, elementos, procesos, diferentes tipos, entre otros.
La investigación es fundamental para el estudiante y para el profesional, esta forma parte del camino profesional antes, durante y después de lograr la profesión; ella nos acompaña desde el principio de los estudios y la vida misma. Para todo tipo de investigación hay un proceso y unos objetivos precisos.
La investigación nos ayuda a mejorar el estudio porque nos permite establecer contacto con la realidad a fin de que la conozcamos mejor, la finalidad de esta radica en formular nuevas teorías o modificar las existentes, en incrementar los conocimientos; es el modo de llegar a elaborar teorías.
La actividad investigadora se conduce eficazmente mediante una serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador.
“DIEZ DE LOS CIENTIFICOS MÁS FAMOSOS”
Bernardo Alberto Houssay: (1887 - 1971)
* Farmacéutico, médico y fisiólogo argentino nacido en Buenos Aires.
* Por sus descubrimientos sobre el papel desempeñado por las hormonas pituitarias en la regulación de la cantidad de azúcar en sangre (glucosa), fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina en 1947, siendo el primer argentino y latinoamericano laureado en Ciencias.
* Gracias a su trabajo, la fisiología fue la disciplina médica que mayor vigor y desarrollo tuvo en la Argentina.
* En 1945 publicó el tratado Fisiología humana, que sería traducido a las principales lenguas.
* Realizó junto con sus compañeros más de mil trabajos en endocrinología, nutrición, farmacología, patología experimental, glándulas suprarrenales, páncreas, hipertensión, diabetes y otras áreas abarcadas por la fisiología.
* Houssay murió en 1971. Además de su trabajo pionero en la Argentina, dejó también a decenas de discípulos de importancia mundial entre los cuales se destaca Luis Federico Leloir, Premio Nobel de Química en 1970.
Bernardo Alberto Houssay.
László József Bíró
Conocido en la Argentina como Ladislao José Biro (n. Budapest, Reino de Hungría, 29 de septiembre de 1899 - † Buenos Aires, Argentina, 24 de noviembre de 1985), fue un inventor y periodista argentino, que realizó un total de 32 inventos, entre ellos el bolígrafo, que le dio fama internacional.
En su país natal su carácter inquieto lo había llevado a desempeñar oficios variados: despachante de aduana, corredor de automóviles, vendedor a domicilio, escultor, pintor e inventor.1
Cuando Ladislao tuvo la idea del invento que lo haría famoso, el bolígrafo, ya había inventado una lapicera fuente, una máquina para lavar ropa, un sistema de cambios automático en los autos y un vehículo electromagnético. La historia cuenta que, siendo periodista, estaba molesto por los trastornos que le ocasionaba su pluma fuente cuando ésta se le atascaba en medio de un reportaje. Entonces, junto con su hermano George, quien era químico, logró una tinta que era muy útil para la escritura a mano, pero que no podía utilizarse con la pluma pues se trababa al escribir. Pero Ladislao obtuvo la idea de cómo resolver este último inconveniente observando a unos niños mientras jugaban en la calle con bolitas que al atravesar un charco salían trazando una línea de agua en el piso seco: ahí se dio cuenta de que en vez de utilizar una pluma metálica en la punta, debía utilizar una bolita. La dificultad de trasladar ese mecanismo a un instrumento de escritura residía en la imposibilidad para desarrollar esferas de un tamaño suficientemente pequeño. Ladislao Biro patentó un prototipo en Hungría y Francia, en 1938, pero no lo llegó a comercializar. Ese mismo año, Agustín Pedro Justo, quien pocos meses antes había dejado de ser Presidente, lo invitó a radicarse en su país cuando de casualidad lo conoció en momentos en que Biro estaba en Yugoslavia haciendo notas para un periódico húngaro. Agustín Justo lo vio escribiendo con un prototipo del bolígrafo y maravillado por esa forma de escribir se puso a charlar con él. Biro le habló de la dificultad para conseguir una visa y Justo, que no le había dicho quien era, le dio una tarjeta con su nombre.
Biro no se decidió en ese momento a ir a la Argentina, pero en mayo de 1940, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, él y su hermano emigraron a la Argentina junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo que lo ayudó a escapar de la persecución nazi por su origen judío. Tiempo después su esposa Elsa y su hija Mariana desembarcarían también en Buenos Aires (Fue vecino del barrio de Colegiales, su casa se encontraba en el llamado "barrio inglés", límite con el barrio de Belgrano y hoy en día alberga una institución dedicada a los inventores).
En ese mismo año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto perfeccionó su invento, realizando el 10 de junio de 1943 una nueva patente en Buenos Aires. Lanzaron el nuevo producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Al principio los libreros consideraron que esos «lapicitos a tinta» eran demasiado baratos como para venderlos como herramienta de trabajo y los vendían como juguetes para chicos.1 Al respecto, en su última entrevista antes de fallecer, Biro afirmó: "Mi «juguete» dejó 36 millones de dólares en el tesoro argentino, dinero que el país ganó vendiendo productos no de la tierra sino del cerebro".
Cuando comenzaron a promoverse se
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