Vigorexia
Enviado por • 16 de Diciembre de 2014 • 6.528 Palabras (27 Páginas) • 397 Visitas
Este trabajo es una manifestación sobre la preocupación por los desórdenes alimenticios en la sociedad. Durante las últimas décadas el crecimiento de estas enfermedades es cada vez mayor en todo el mundo.
La presión social sobre la valoración de una figura esbelta y los estereotipos hacen que los jóvenes, hombres y mujeres, sientan la necesidad de adaptarse a una sociedad que exige ciertas medidas, creando un miedo al rechazo por su círculo social, sino cumplen un parámetro determinado respecto a su figura. En la actualidad, cada vez es más común acudir al gimnasio o practicar un deporte para mejorar la imagen física en lugar de hacerlo con el fin de mantener un buen estado de salud. Al realizar ejercicio físico por hobby también va perdiendo importancia, creciendo, así el de la competitividad. Las personas obsesionadas con el ejercicio físico son capaces de pasar horas en el gimnasio, realizando pesas, aeróbicos y usando las bicicletas estáticas y caminadoras, no son capaces de proporcionarse un día de descanso incluso si padecen una lesión que amerite reposo.
La obsesión por el ejercicio puede ser, como los trastornos alimentarios, un intento de defenderse de determinadas emociones y sentimientos, mediante la excesiva actividad física, la persona encuentra una salida y calma a sus problemas al tener el control al menos de su cuerpo, y así lograr una autoestima “más alta”. Estas personas por lo general se caracterizan por ser constantes, disciplinadas y entregadas a cualquier meta que se propongan.
El problema muchas veces se pone aún más preocupante cuando los desórdenes alimenticios se vuelven parte de la rutina de los adolescentes y se identifican como una exigencia de lograr una figura esbelta como un estilo de vida, y no como una época de confusión.
Un desorden alimenticio emocional es un cuadro complejo de varios síntomas que se reflejan a través de la conducta alimentaria y afectiva en los jóvenes respecto a ellos mismos, los cuales cambian la realidad de la imagen corporal alterando el organismo.
Varios estudios demuestran que el grado de satisfacción corporal está asociado con la autoestima en general. Jóvenes con baja autoestima, sentimientos reprimidos, perfiles depresivos y perfeccionistas presentan en su mayoría desórdenes alimenticios, en una sociedad para la cual el aspecto físico lo es “todo”, el ejercicio se utiliza para aumentar la autoestima, el entorno familiar influye así como también los condicionantes biológicos.
Hace más de una década, científicos descubrieron que cuando exploraban los efectos secundarios del abuso de esteroides anabolizantes en personas que acudían a gimnasios, ciertos deportistas con largas historias de consumo de hormonas esteroideas, llegaban a mostrar comportamientos psicóticos.
Este nuevo desorden se refería a un deseo de ganar masa muscular, no grasa, y una alteración de la imagen corporal, en donde se veían pequeños y débiles cuando realmente eran grandes y musculosos. Los sujetos afectados tenían pensamientos obsesivos sobre su cuerpo y realizaban una práctica de ejercicio físico compulsiva para agrandarlo
Marco teórico
La vigorexia es un trastorno alimentario caracterizado por la presencia de la obsesión por el físico y una distorsión del esquema corporal dismorfobia. Aunque los varones entre los 18 y 25 años son los principales afectados por la vigorexia también afecta a las mujeres. Este trastorno o desorden psíquico asocia belleza con aumento de masa muscular. La mayor parte de las horas del día están dedicadas a realizar ejercicio físico y a pensar en poder llevar a cabo una dieta rica en alimentos proteicos para así aumentar la musculatura del cuerpo. Este cuadro se ve agravado con el consumo de productos
Anabólicos o esteroides que faciliten o mejores ese aumento de proporciones corporales.
La vigorexia no está reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, pero se trata de un trastorno o desorden emocional donde las características físicas se perciben de manera distorsionada, al igual de lo que sucede cuando se padece de anorexia nerviosa, pero a la inversa.
“La dismorfia muscular es una alteración de la imagen corporal, que si bien no está incluida en ninguna de las versiones de DSM, se considera como propuesta hacerlo entre los trastornos somato formes, como la dismorfia corporal.
Se caracteriza por una preocupación crónica con el hecho se ser pequeño, delgado y estar insuficientemente desarrollado muscularmente, generalmente entre personas que realizan un entrenamiento fuerte. Junto con esta alteración de la imagen se destacan unos comportamientos asociados: un entrenamiento compulsivo, frecuentes comparaciones físicas y malestar tras las mismas, dietas restrictivas, uso de esteroides anabolizantes, evitación social, mirarse al espejo de forma compulsiva, interferencias en la vida social, familiar y laboral del individuo, rituales y pensamientos reiterados sobre ser pequeño y poco musculoso, etc.
1.1 Historia
Las primeras observaciones sobre la dependencia al ejercicio surgen en los trabajos de Baekeland en 1970 en los que se estudiaba el efecto que la privación del ejercicio causaba en el sueño. Se realizaron diversos estudios sobre lo que Glasser denomina “adicción positiva”, del cual se dio el término “adicción al correr”. En los años noventa se comienza a estudiar el fenómeno por el cual la práctica deportiva se convierte en una obsesión.
Fue el doctor Harrison G. Pope y su grupo de investigación del Laboratorio de Psiquiatría Biológica del Hospital Mc. Lean de Boston
(EE.UU.) los primeros en dar a conocimiento sobre este trastorno mental en 1993.Observó sobre una población de 108 fisicoculturistas que nueve individuos creían tener la apariencia de débiles y pequeños cuando en realidad eran fuertes y grandes, a su vez referían evitar situaciones o lugares sociales, usaban ropas abrigadas aun en climas calurosos por temor a su apariencia; cuando no podían evitar la exposición, era vivida con gran sufrimiento y la única excepción a este patrón se observaba en los concursos de fisicoculturismo donde el individuo se mostraba en el pico máximo de su rendimiento físico luego de una rigurosa preparación; a este cuadro lo denominaron entonces como anorexia reversa. Los nueve individuos que tenían este problema refirieron utilizar esteroides anabólicos
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