Virus del Papiloma Humano.
Enviado por Vania Velásquez • 20 de Abril de 2016 • Informe • 3.029 Palabras (13 Páginas) • 349 Visitas
Virus del papiloma humano
Introducción
Dentro de las infecciones de transmisión sexual más comunes se encuentra el Virus del Papiloma Humano o Cáncer cérvico-uterino (en mujeres) que se caracteriza por ser un virus asintomático en varones, no manifestándose la enfermedad en éstos pero sí en mujeres que la manifiestan a través de la cérvix uterina.
El el presente informe se detallarán las causas del virus, sus factores de riesgo, los tratamientos para inactivar la infección, los síntomas que se manifiestan en la enfermedad, las formas en que puede prevenirse y todo lo conforme a esta enfermedad que representa la cuarta causa de muerte más común en nuestras mujeres chilenas; esto con el fin de ampliar el conocimiento científico del virus y tomar conciencia y medidas al respecto.
Papilomaviradae
El virus papiloma humano (VPH) es un virus de tamaño pequeño, no encapsulado, con una estructura icosaédrica y una doble cadena de ADN circular de 7.500 a 8.000 pb. Este virus pertenece a la familia de los Papovaviridae, incluida en el género Papilomavirus. Son parásitos especie-específicos, ampliamente distribuidos en la naturaleza e infectan tanto a aves como mamíferos. Usualmente, el resultado de la infección es la formación de un crecimiento benigno, verruga, o papiloma, ubicado en cualquier lugar del cuerpo. Existe un gran interés en los VPH como causa de malignidad, particularmente en el cáncer cervical. Al menos 58 diferentes VPH han sido identificados usando técnicas moleculares, estableciendo su relación con tipos particulares de tumores.
Mecanismo de infección
Los VPH son virus epidermotropos con afinidad y capacidad de infectar cualquier tipo de epitelio escamoso. Desde el momento de la infección, que sucede a partir de pequeñas soluciones de continuidad en la superficie cutáneomucosa, se establece un período de incubación variable entre 6 semanas y 2 años, aunque este aspecto no está totalmente aclarado, para que se manifiesten las lesiones clínicas o subclínicas de la infección. La célula diana es el queratinocito, situado en la lámina basal. Estas células basales son las únicas con capacidad de división, por lo que su infección resulta obligada para que ésta sea persistente y en ellas se produzca la transcripción de los genes tempranos.
Cuando la proliferación epitelial se hace excrecente, condiciona la presencia clínica del condiloma con sus diferentes expresiones morfológicas: acuminado, papuloso, micropapilar, etc. Otras veces, la infección está presente en la epidermis, pero no se identifican lesiones a la simple inspección. En el cuello uterino, el blanqueamiento de la zona tras la aplicación de ácido acético y la observación con un sistema de aumento (colposcopia) nos permitirá acceder a otra morfología lesional, que conocemos como infección subclínica. Otra parte de la infección puede permanecer en el epitelio en situación de latencia sin poder objetivarse clínica ni subclínicamente. Esta infección latente sólo es accesible a la aplicación de técnicas de biología molecular para la identificación del ADN viral.
El VPH es un virus que, aunque tiene poca capacidad inmunogénica sistémica, desencadena una respuesta inmune que por distintos mecanismos, tiende a controlar la replicación viral. Esencialmente será la respuesta inmune celular la que mayor compromiso tendrá en esta interrelación. Cuando es efectiva, el individuo se comportará como un portador asintomático del virus y, cuando fracasa, se producirá la proliferación y transformación celular que condicionan la aparición de la enfermedad VPH en sus distintas manifestaciones cutáneomucocas, incluyendo las displasias celulares de distinto grado.
Transmisión del virus
Las infecciones por el virus del papiloma humano en el cuello uterino y en la vagina por lo general se transmiten por contacto sexual; no obstante, hay evidencia de otras formas de contagio como son: instrumentos médicos inadecuadamente esterilizados y juguetes sexuales.
Aquellos que practican sexo anal tienen un mayor riesgo de transmitir esta enfermedad, debido al largo contacto con fluido corporal infectado. Sin embargo, los hombres también pueden contraer HPV incluso si tienen sólo un contacto limitado con fluido infectado. El virus también se propaga a través del contacto piel con piel, según la organización Cervical Cancer. Las partes no sexuales más comunes del cuerpo en riesgo de infección incluyen la garganta de una persona, la lengua, la boca, los pies, las piernas, los brazos y las manos.
La organización Avert, una organización benérica internacional de SIDA, estableció que aunque la actividad sexual continúa siendo la causa más común de transmisión, "la transferencia de fluidos genitales infectados" también puede ocurrir a través de actividad sexual no-penetrativa.
Otra forma de contagio, aunque poco frecuente, es de la madre al niño durante el parto en los casos que existen verrugas genitales en el canal vaginal.
En estos casos puede producirse en el niño un cuadro denominado papilomatosis laríngea. Este tipo de transmisión del virus es poco común y se previene practicando una cesárea en el momento del parto.
Las verrugas vulgares pueden autoinocularse. Las verrugas genitales pueden transmitirse por contacto directo de la piel con las verrugas.
El período de incubación es muy variable. Por lo general de dos a tres meses, aunque puede ser de años. La mayoría de las infecciones transcurren sin lesiones aparentes y desaparecen sin dejar evidencias de la infección. Un porcentaje pequeño de las infecciones persisten al cabo del tiempo (5-10%) provocando lesiones que podrían evolucionar a lesiones precancerosas (neoplasia intraepitelia cervical grado 3, NIC 3) o cáncer cervicouterino al cabo de los años (10 a 12 años).
Factores de riesgo
Dado que el virus se transmite por medio de relaciones sexuales sin protección, los factores principales de riesgo son:
⦁ Tener relaciones sexuales a temprana edad, especialmente antes de los 18 años.
⦁ Tener varios compañeros o compañeras sexuales o relaciones esporádicas con alguna persona desconocida.
⦁ La falta de detección y atención oportuna y adecuada, lo que en los jóvenes es
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