Yersonderecho

y finalmente, representantes de la nobleza y el clero deciden aceptar la asamblea conjunta para elaborar la constitución (primer período del proceso revolucionario).

A partir de la Asamblea Nacional y la elaboración de la constitución empiezan a conseguirse una serie de cambios: Abolición jurícida del feudalismo, condición de ciudadanos libres e iguales ante la ley (Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano), constitución civil del clero, monarquía constitucional asentada en la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), sufragio censitario, derecho a la propiedad, sistema universal de contribuciones y la libertad económica, unificación del mercado nacional… entre otras.

El desarrollo del liberalismo suponía el fin del absolutismo y de los privilegios estamentales, y la regulación de la nueva sociedad a partir de la igualdad de los ciudadanos ante la ley. De esta forma la ciudadanía se constituía en nación y se estructuraba un nuevo sistema político liberal identificado con la implantación de un Estado Constitucional (en forma de monarquía o república), cuya legitimación reposaba en la soberanía nacional.

Así pues podemos ver como las ideas y los objetivos de Sieyés en el texto se cumplieron, dando paso a procesos revolucionarios posteriores que lucharían por acabar con las bases del Antiguo Régimen, lo que supondría que a pesar de volver atrás en algunas ocasiones (vuelta al Antiguo Régimen), sus ideas perdurarían, serian defendidas y volverían a ponerse en práctica para desbancar definitivamente al Antiguo Régimen.

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