Ejemplo de ensayo sobre la corrupción en el Perú

La Corrupción impregnada en nuestro país 

Puelles Ángel, Noblecilla Jocsan, Reyes Gerson

La corrupción es un problema de gran relevancia en el siglo XXI. Esta problemática siempre ha existido, sin embargo, ahora es más notoria gracias a los medios de comunicación y al fácil acceso a la información, por tanto, es noticia cada día los casos de corrupción en nuestro país ya sea en la política o en diferentes instituciones tanto privadas como públicas.

Según revela la Transparencia Internacional sobre la corrupción en el mundo en el informe del año 2020, nuestro país se encuentra en el puesto 94° a nivel mundial y con una puntuación de 38/100, si bien los datos que nuestro país arrojó el año pasado parecen concertantes con un avance significativo, ya que desde el 2012 hasta el 2018 el Perú permanecía estancado con una puntuación de 36/100 en comparación a países como Dinamarca, Nueva Zelanda y Finlandia, los cuales ocupan los tres primeros puestos con 88/100, 88/100, 85/100 respectivamente, ahora en el 2021 si añadimos el caso de la vacancia presidencial contra Vizcarra, el nombramiento de Merino como presidente y su renuncia, las protestas en contra del nombramiento del expresidente Merino (2 muertos, 40 desaparecidos, y más de 100 heridos), por ultimo las elecciones que se realizaron, las cuales generaron una desconfianza pública y una división del país, no sólo por los candidatos, sino también por la supuesta manipulación de votos por parte de la ONPE; lo más probable es que nuestra calificación descienda en el informe de este año.

Además, tenemos que tener en cuenta que la corrupción ocurre en parte porque nosotros la permitimos, por ejemplo, cuántas veces hemos presenciado situaciones en las que está presente o bien nosotros mismos las protagonizamos, hacemos la “vista gorda” frente a esto, y nos conducimos a un cinismo generalizado. Por lo tanto, tomando en cuenta lo anterior mencionado, en el presente ensayo demandamos que la corrupción imposibilita nuestro desarrollo como país, del mismo modo atenta contra la ética y la moral de los ciudadanos. En el texto se discutirá, en primer lugar, la relación entre la corrupción y la ética y cómo atenta contra la democracia. En segundo lugar, se expondrá la presencia de esta problemática en el ámbito político, judicial, de la salud y como esto impide nuestro desarrollo. Finalmente se analizará el malestar de la ciudadanía y cómo nos afecta moralmente.

En primer lugar, la relación entre la ética y la corrupción, para argumentar esto es importante partir de la definición de ética y corrupción, la ética es el conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida (Real Academia Española, s.f., definición 4) mientras que la corrupción es el acto de beneficio propio a costa del perjuicio de la comunidad (Montenegro,s.f). Ahora teniendo el concepto de ambos se puede afirmar que la persona que comete actos de corrupción tiene su conjunto de normas morales tergiversado en comparación a las normas que definen lo que está correcto para la sociedad, y la pregunta de por qué ocurre esto, se responde fácilmente con la formación de su persona y  las personas que la han contribuido y que de alguna forma le han enseñado lo que está bien y lo que está mal, a partir de esto el individuo ha cimentado su conjunto de normas morales, sin embargo aunque este conjunto de normas sean erróneas, al momento de encarar a la sociedad como tal, se dará cuenta de lo mal visto que está, por lo tanto, o reprime esas actitudes, o encuentra el entorno donde estas sucedan. En este sentido es importante analizar más a profundidad cómo las personas propician la corrupción.

Un estudio acerca de la deshonestidad realizado por el psicólogo Dan Ariely en conjunto a otros tres investigadores, el cual consistió en realizar un trabajo junto a 36 mil personas en situaciones en las que era posible cometer actos deshonestos y lo hicieron con el fin de saber cuántos deshonestos hay, de estas 36 mil personas, se encuentra a 12 “lobos feroces” que le robaron 150 dólares, sin embargo 18 mil personas robaron un “poquito de dinero” lo que fue de 36 mil dólares entre todos, ahora bien el problema no fueron los lobos feroces, más bien el problema fue el hábito de “robar un poquito” (Ariely, Garrett, Lazzaro y Sharot, 2016). basándonos en el estudio presentado anteriormente, el hábito de robar un poquito y creer que no haces tanto daño, ese pensamiento inmoral, se ve explicado en un conflicto de interés, ya que por una parte nos queremos sentir bien con nosotros mismos, pero a la vez tenemos el interés de aprovecharnos un poquito si se da la oportunidad, y en consecuencia nos seguimos aprovechando hasta aquel punto en que uno se siga sintiendo bien consigo mismo, y esto ocasiona una tolerancia a la corrupción, porque la hacemos parte de nosotros y al mismo tiempo la hemos normalizado.

Asimismo, al normalizar la corrupción con nuestros actos, en conjunto atentamos contra la democracia, La corrupción daña al funcionamiento de la democracia y al estado de derecho, puesto que atenta contra la igualdad política y el bien común (Ruffner,2014), esta no va a permitir un buen ejercicio de la democracia, ya que son como el agua y el aceite, son distintas y una siempre va a tratar de dominar a la otra, ambas coexisten en la sociedad, en adición la existencia de la corrupción es aborrecida por el espíritu democrático, el cual explora maneras y mecanismos para desaparecerla por completo o aminorarla por lo menos (Montenegro,s.f), si bien a eso debe aspirar un estado con espíritu democrático, teniendo en cuenta que en la mayoría de estados existe la corrupción, si bien algunos han logrado reducirla, ejerciendo la democracia en su mayoría, debido a que al ser descubierta se aplican fuertes sanciones públicas, otros en cambio la han hecho su forma de vida, dejando a los instrumentos democráticos como una simple fachada.

En segundo lugar, que no se ha dicho de la corrupción en la política, la mayoría de personas suelen asociar política con la corrupción automática, y se entiende dicho pensamiento, teniendo eso en cuenta, durante las elecciones presidenciales del presente año, quien ganaría el título de presidente del Perú tenía un gran peso en sus hombros, de por sí gracias al contexto político, la crisis sanitaria y la economía, sin embargo estas elecciones demostraron lo dividido que estaba el país y la gran desconfianza se percibía, las cifras de la primera vuelta, que tan solo el 20% de los votos se dieron al electo presidente castillo, el  partido fujimorista  tuvo el 13% ,11% de dos partidos fantasmas, y el 30 % es de la gente que tenían dudas y su mejor opción fue no asistir a las urnas y unos 18% marcaron en nulo (Servindi, 2021), esto no muestra el total desinterés de la población por la política, y todo gracias a los casos de corrupción en el país que han formado con el tiempo este desinterés.

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