Afectaciones ambientales y sociales generadas por la pequeña, mediana y gran minería

DESARROLLO TERRITORIAL _ ENTREGA No. 2[pic 1]

Maestría en Gerencia y Prácticas del Desarrollo - MDP

Angela Hurtado, Karen Rodriguez, Jayr Blandon & Darlyn Palacios

Fecha: 15/09/2022                

Afectaciones ambientales y sociales generadas por la pequeña, mediana y gran minería en sus diferentes etapas^[1] en las comunidades étnicas localizadas en el corredor del río Atrato del Departamento del Chocó

El presente documento describe la problemática asociada a las afectaciones ambientales y sociales generadas en las comunidades étnicas del departamento del Chocó. Para el análisis se toman como referencia diferentes fuentes que permiten describir los impactos de la actividad minera, las características socio territoriales del departamento, los efectos que la actividad ha generado en las comunidades y su impacto en el desarrollo territorial.  

La actividad minera en sus diferentes escalas y tipos de producción generan grandes afectaciones ambientales y sociales tanto por la destrucción a los recursos naturales y la biodiversidad por la liberación de residuos y contaminantes, cómo la utilización de medios mecánicos o explosivos en toda el área explotada; causando muchas veces daños irreversibles en el medio ambiente. Asimismo, tiene una alta incidencia en las comunidades locales, siendo la principal causante de conflictos con mayor impacto en territorios étnicos, quienes por su identidad y cosmovisión son los directamente afectados en su calidad de vida (Saade Hazin, 2013).

Esta situación no es ajena al Departamento del Chocó donde confluyen todos los escenarios expuestos: Es un territorio considerado biodiverso con 22 áreas protegidas (PPN, 2022) cuenta con 174 títulos mineros de los cuales 38 son de grupos étnicos (Agencia Nacional de Minería, 2017), además de diversas zonas tipificadas con prácticas de minería ilegal y tradicional (Ayala, López, & Ardila, 2005). Su población es mayoritariamente afrodescendiente con 534,826 habitantes y un área territorial de 46,530 km² de los cuales un alto porcentaje se encuentra en titularidad colectiva (DANE, 2018). De acuerdo con el DANE (2018) en el Departamento existen 119 títulos colectivos que equivalen al 49,72% de la población y 26 resguardos indígenas equivalentes al 19,16% de la población. Es importante precisar que según las estimaciones realizadas por Amaya et. al (2019), el Departamento cuenta con aproximante 3.468 ha equivalentes al 31.13% del territorio sin titulación colectiva, lo que significa que la mayoría de las actividades mineras que se desarrollan en el Departamento se realizan en territorios con presencia de grupos étnicos.

De otra parte, los principales minerales tipificados en el Departamento son los metales preciosos, materiales de construcción y en menor escala el carbón (ANM, 2018).  De estos, se destaca el oro de aluvión con mayor producción en los municipios de la cuenca del Rio Atrato (Mosquera, y otros, 2019); en dichos municipios esta actividad se ha incrementado en los últimos años generando grandes afectaciones ambientales como: la fragmentación del curso del río desviando su cauce, pérdida de la cobertura vegetal y detrimento del suelo, deterioro de corrientes hídricas superficiales, sedimentación de fuentes hídricas, afectación de acuíferos, alteración en la conformación físico-biótica de los lechos hídricos y el suelo, contaminación de suelos, generación de residuos sólidos peligrosos, desplazamiento de fauna silvestre, alteración del paisaje, contaminación del aire, entre otros, (Marrugo Negrete, Paternina Uribe, & Marrugo Madrid, 2022).

De igual manera, la repercusión de estas actividades se traslada de manera integral a las comunidades locales, causando afectaciones desde diferentes dimensiones: a) Patrimonio e identidad cultural, por la perturbación a los referentes culturales con la presencia de población inmigrante. b) social, desplazamiento de la población minera nativa y tradicional, conflictos intrafamiliares, deserción escolar, insalubridad y dependencia ocupacional de la minería; c) Articulación a procesos organizativos, rompimiento del tejido social y etnocultural que limita la asociatividad y el emprendimiento de ejercicios de liderazgo colectivo. d) Derechos humanos, introducción de prácticas violentas (desapariciones, amenazas a líderes, despojos, desplazamiento forzado, asesinatos, cobros ilegales impuestos por grupos al margen de la ley, etc.). e) Económico, poca inversión en las comunidades mineras o afectadas por la misma. f) Gestión del riesgo, Inundaciones, remociones en masa y derrumbes que impactan en las comunidades.  g) seguridad alimentaria, contaminación de los ríos siendo esta fuente de alimento y suministro de agua de las comunidades (Mosquera, y otros, 2019).

En términos territoriales, el Departamento del Choco evidencia una crítica situación que compromete el desarrollo territorial, toda vez, que la problemática minera incide de manera integral en los indicadores de calidad de vida de la población, haciendo más vulnerables a los grupos étnicos de acuerdo con las dimensiones anteriormente analizadas y al mismo tiempo, afectando la integralidad de los ecosistémicos y los servicios aportados a la sociedad en general. Esto se suma al reto generalizado que afronta el Departamento, clasificado como el segundo con mayor incidencia de pobreza monetaria con 68.4% frente al 24% del Departamento del Valle y la mayor desigualdad de ingresos con un coeficiente GINI de 0,599 frente al 0.442 del Departamento de Risaralda (DANE, 2021).  

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