Contaminación acústica en la CDMX

Contaminación acústica en la CDMX

Adrián Castañeda de Jesús
20E0300144
Gpo. 1
4º sem.
Junio 15 de 2022

Escuela de Diseño del INBA 
Nodo Gestión y Administración

Ética y Responsabilidad Social y Ambiental

La Ciudad de México alberga a 9 millones 909 mil 944 habitantes (15 de junio de 2022),^[1] todos y cada uno de nosotros necesita y hace uso de diversos servicios que la ciudad ofrece, comercio informal, transporte, servicio eléctrico, sistema de drenaje, sistema de agua potable, nuevas viviendas, reparación de calles, etc. Y otros de tipo personal, sistemas de audio, lavadoras, secadoras, televisores, máquinas de coser, refrigeradores, celulares, taladros. Todos estos sistemas y artículos generan ruido de alguna manera, ya sea para construirlos o por su uso, lo que los diferencia es la intensidad de ruido y el alcance diametral en la zona en que se encuentra.

De esta manera es que los ciudadanos de la metrópoli mexicana nos vemos expuestos diariamente a fuentes de ruido directa e indirectamente; prácticamente sin importar cuan a la periferia de la ciudad vivamos, de una u otra forma nos encontraremos con algo que rompa la armonía del sonido. Particularmente he notado que en menos de 6 meses a la fecha, en la colonia donde vivo (Tlalcoligia, Tlalpan, CDMX) ha crecido el uso de motocicletas; para mi este vehículo es un transporte muy ágil y eficaz, consume poco combustible, te permite movilizarte dentro de embotellamientos, ocupa muy poco espacio para parquearse y un plus emocional, es que te da cierto sentimiento “temerario” y “rebelde”; a pesar de esto y muy lamentablemente, muchos de estos vehículos emiten una absurda cantidad de decibeles,^[2] los cuales más que transmitir “temeridad” y “rebeldía” en el sentido de proeza, denota egoísmo, vulgaridad y  barbarie de parte de quien las usa en una comunidad tan pequeña. Este y otros casos son los que se viven diario en la extensión de la ciudad de México provocando estrés y enfermedades de diversa índole entre la población. En este ensayo evidenciaré algunos casos con el fin de concientizar sobre nuestras acciones en materia de contaminación acústica y la repercusión que esta tiene en nuestros vecinos.

La contaminación urbana por ruido se refiere al efecto de sonidos de un nivel excesivo sobre la salud  

y bienestar del ser humano. Se emplea el término ruido para enfatizar su efecto perturbador y

molesto, aunque una definición estricta de ruido es elusiva. Hay que subrayar que el efecto nocivo

del ruido no solo es proporcional a su nivel, sino también hay que tomar muy en cuenta la duración

de la exposición. La investigación del impacto ambiental del ruido ha superado la dificultad de

establecer la relación causa–efecto y actualmente se reconoce como uno de los principales

contaminantes del entorno urbano.^[3]

En este sentido Santiago Jesús Pérez Ruiz, menciona las diferencias del ruido frente a otros contaminantes:
·Necesita poca energía para producirlo y emitirlo.
·A pesar de ser percibido solo por el oído; al ser expuesto al sonido distintas áreas del sistema nervioso participan de la exposición (tallo, corteza cerebral…) pues la percepción sonora es un mecanismo fisiológico.

·La medición y cuantificación del sonido es compleja.
·La emisión simultanea de ruido se amplifica a pesar de tener un radio de acción limitado hablando de una sola fuente.

“A partir de los 72 decibeles el nivel de ruido constante ya se considera intolerable y puede ocasionar daños a la población a medio plazo” es como abre la nota informativa, Ignacio de los Reyes para BBC Mundo.^[4] Por su parte, Fausto Rodríguez Manso es quien monta la red de monitoreo sobre la contaminación acústica en la ciudad de México. Este estudio mide los sonidos en 10 puntos de la ciudad para lograr el mayor mapa de ruido en todo el mundo y exhibe al transporte y vendedores ambulantes como las principales fuentes de contaminación acústica.

Además estudios epidemiológicos sobre los efectos del ruido dictan que las enfermedades de mayor incidencia entre trabajadores son: sordera y el deterioro de la comprensión del lenguaje.^[5] De igual forma, protección civil de México señala presión arterial, modificación del ritmo respiratorio, tensión muscular, agudeza de visión, dolor de cabeza, tensión muscular, Tinnitus,^[6] como afectaciones físicas no permanentes también se mencionan el estrés, irritabilidad, trastornos del sueño, mala memoria, falta de atención como afectaciones psicológicas.
Por otra parte generar contaminación acústica se toma como falta administrativa y no como delito, por lo que se al infractor se le remitiría al juez Cívico y se multaría desde 10 a 40 salarios mínimos o arresto de hasta 24 horas. Paralelamente la Secretaría de Seguridad Pública ha distribuido 70 “decibelímetros” para vigilar que no se rebasen los 65 decibeles establecidos como límite sano de emisiones sonoras durante el día y 62 decibeles por la noche.^[7]

Por último he de reconocer la dificultad para vigilar esta situación, hay muchos otros factores que roban la atención a algo tan grave como la contaminación acústica y me es imposible con tan poco tiempo y análisis del tema sugerir una solución por lo que solo haré un llamado a ahondar en el tema para generar conciencia e interés en el mismo, dicho de paso daré algunas propuestas básicas para la difusión y tratamiento sobre esta contaminación pues ¿Quién de mis lectores no ha sufrido dolor de cabeza, irritabilidad, tensión muscular o un susto por los ruidos de la ciudad? ¿A cuantos nos ha interrumpido el sueño una obra por la madrugada? o una discusión en la calle ¿Cuantas veces nos ha llamado la atención? En este sentido creo que parte del diseño para solucionar esta situación debe ser a través de la sensibilización y transmisión de la cultura cívica a la que le fallamos a diario; comunicación sobre el tema es parte del tratamiento y por otro lado buscar desde la afinación de vehículos, control del volumen en mercados sobre ruedas hasta buscar la eliminación del ruido producido por el trabajo de los motores de vehículos, herramientas, electrodomésticos, pues no es justo que los silenciadores exista únicamente en el ramo bélico y no en la cotidianeidad, no solo para reducir los niveles de ruido si no reducir las enfermedades que generadas por el vivirlo diario y aumentar la calidad de vida no solo en las ciudades, sino en todos lados.

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