¿Cuál es el verdadero sentido del currículo en los procesos educativos?

¿Cuál es el verdadero sentido del currículo en los procesos educativos?

Por: Derly Maritza Wilches Correa

        Kelly González

Estudiantes de especialización Innovación Educativa

Currículo y Nueva Perspectiva

Docente: Jazmín González

Para dar respuesta a esta pregunta partimos de la necesidad de investigar  no solo la definición sino también la reseña histórica del currículo y todo lo que abarca con  sus  implicaciones, propuestas, hipótesis definidas por algunos autores como: Franklin Robbit, Ralph Taylor, Hilda Tabba, Philip W Jackson, Joseph Schwab, Stenhouse, Stephen Kemmis,  Frida Díaz, Barron   y demás investigadores  que posiblemente se nos escapen pero que nos hicieron un aporte de amplia  magnitud para darnos a entender y conocer los enfoques, tipos, un Qué, Cómo y un Para qué y desde acá encontrar el sentido   de un currículo en los procesos educativos.

Estos autores muestran la evolución de un significado que se ha venido dando en el transcurrir de los años desde un contexto social, político y cultural para definirse como un intento de comunicar los principios esenciales de una propuesta educativa de tal forma que quede abierta al escrutinio crítico y pueda ser traducido efectivamente a la práctica (Stenhouse, Lawrence 1975), desde acá empezamos a encontrar teoría para argumentar el verdadero sentido  del currículo en los procesos educativos  pensándolo  desde un ideal y una construcción cultural que tiene como punto de partida  las necesidades e intereses de toda una comunidad escolar  con un objetivo en común que es el aprendizaje  y la calidad educativa y así dar paso a la organización de unas prácticas y un quehacer que tiene en cuenta  una planificación  y puesta en marcha de estrategias de atención a la diversidad  y aprendizajes imprescindibles  como lo menciona (Coll 2007) desarrollando capacidades ciudadanas como la identidad  que dan un despliegue a otras  en contextos diversos, con estos elementos se inicia una visión muy clara del verdadero sentido que prevalece el fundamento en los procesos escolares,  pues un currículo bien planificado resulta siendo la llave del éxito para el progreso  y crecimiento de la educación siempre y cuando tenga concordancia en la praxis educativa y se vea en  los procesos de  formación  para así obtener  excelentes resultados.

Esto nos lleva a  considerar que los objetivos de una práctica curricular deben funcionar en pro de la condición humana y es así como no vemos viable un currículo oficial determinado por la institución que se base solo en esquemas o un operativo donde solo sea activo el maestro y el estudiante pasivo, el verdadero sentido de un currículo está en pensarlo desde una actitud crítica, flexible y abierta  como lo dice Lawrence stenhouse, un currículo que no se convierta en algo estático sino al contrario sea una construcción de constante movimiento con prácticas educativas honestas  desde lo social y cultural, lleno de intenciones, con finalidades de transformación e innovación,  con medios y recursos para investigar con autonomía y responsabilidad, con  profesionales que  apunten a  nuevas tendencias y con vías de acceso a la ciencia y el arte, con evaluación constante, valorativa y formativa, con estudiantes que tengan una visión a  mundo mejor, con alumnos íntegros a los cuáles se les  proporcione las habilidades necesarias para crecer, tener éxito y ser personas más felices, solidarios y centrados en pensar de forma propia y distinta.

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