La crianza respetuosa, ¿Es permisiva?
Enviado por alanmunozo • 12 de Septiembre de 2023 • Informe • 900 Palabras (4 Páginas) • 59 Visitas
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DEPARTAMENTO DE CONVIVENCIA ESCOLAR
Colegio Básico Nueva Los Lobos
Talcahuano
LA CRIANZA RESPETUOSA, ¿ES PERMISIVA?
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La crianza respetuosa no puede ser permisiva, pues consentir o dejarles a los niños/as el peso de decisiones que no están preparados para tomar, es darles una mochila que no están preparados para llevar.
IMPORTANTE
Respetar a los niños y niñas, es hacernos cargo de nuestro rol de padres/cuidadores, de tomar las decisiones que ellos todavía no pueden, de sostener los “no”, que son necesarios para su bienestar.
Ejemplo:
“No puedes seguir viendo televisión, ya es hora de dormir”. Nuestro rol en estos casos, es poder soportar, contener y acompañar, las consecuencias: su llanto, su enojo, su pataleta.
Criar con respeto es prestar atención:
- Mirar
- Escuchar
- Interesarnos acerca del desarrollo infantil
- Frustrar sus deseos (no todo lo que queremos, podremos tenerlo)
- Acompañar el dolor, que significa el darse cuenta de esta verdad inherente a la vida.
Es más fácil decir que si, que sostener un no, y muchas veces decimos que si, por cansancio. Por ejemplo: a la décima vez que nos piden lo mismo, cambiamos nuestra decisión. Pero en el fondo damos un sí, en base al enojo, sintiéndonos como padres, pasados a llevar y terminamos reprochando a nuestros niños, sin darnos cuenta.
Ejemplo:
“Me hiciste gastar un montón de plata, me tienes de Uber, etc.”
Estos reproches pueden hacer que los niños se sientan culpables, siendo que, como adultos, no tuvimos la capacidad de poner un limite saludable y necesario dentro de la crianza.
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LAS MANERAS SI IMPORTAN EN LA CRIANZA, ASI COMO IMPORTAN EN LA VIDA
Como padres podemos y debemos dar órdenes, poner límites claros, donde los niños puedan descansar, pues saben hasta donde pueden llegar. La responsabilidad de las normas es siempre, del adulto.
Sin embargo, es importante recordar que, las ordenes serán mas efectivas, si las formulamos de manera empática, respetuosa y cariñosa.
Sabemos que, para que otro adulto nos preste atención, tenemos que ser amables, ¡y estamos en lo cierto!. Lo sabemos, porque nos lo inculcaron cuando éramos niños: ser “bien educados”, “ser respetuosos con los demás: “no hagas a otros, lo que no te gustaría que te hicieran a ti”, etc.
Probablemente no nos educaron para aplicar estas buenas maneras con los niños, nuestros padres no fueron tan respetuosos con nosotros mismos, porque la cultura, se basaba en una crianza autoritaria, donde los limites eran claros, pero no existía un acompañamiento en las frustraciones frente a las distintas negativas y los “no”. Pero ahora, como adultos podemos romper el ciclo, integrando lo valioso de la crianza que recibimos (normas claras), con lo que nos faltó (validación de emociones, contención).
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