Procesos De Crianza

Unas de las finalidades de los procesos de crianza y educación de los niños y

adolescentes es el adecuado sentido de la disciplina.

La disciplina es algo que el niño y el adolescente, si cuenta con las condiciones adecuadas podrán construir a lo largo de su proceso de desarrollo, bajo la influencia de los adultos, cuando estos adultos son para ellos personas significativas y dignas de admiración.

El ayudar al niño a comportarse de una manera aceptable es una parte esencial de su crianza. La disciplina varía con la edad. No hay una manera correcta de criar a los niños.

Ser flexibles es la clave en cuanto a la disciplina durante el crecimiento de los niños. Los padres deben estar preparados para modificar su modo de entender la disciplina a lo largo del tiempo, y usar distintas estrategias a medida que sus hijos desarrollan más independencia y capacidad para controlarse y responsabilizarse por sí mismos.

Las bases de la disciplina se establecen en los primeros años. Durante el primer año de vida, mientras los padres establecen relaciones de confianza con el bebé están preparando el terreno para la interacción entre padre e hijo de los años próximos.

Los padres no deben confundir nunca disciplina con castigo, ya que el castigo lo que proyecta es temor, desconfianza y lo que es más lamentable, deteriora los lazos afectivos entre padre e hijos, a la vez que siembra en los niños la semilla de violencia, abuso y agresividad. Tampoco se debe confundir la falta de castigo con exceso de permisividad. Se ha de ser firme, sin violencia.

Cuando la disciplina va bien, los hijos desarrollan un fuerte apego y admiración hacia sus padres y un sentimiento de confianza en ellos y en si mismos. Por lo tanto es mas importante ser un adulto disciplinado, que esforzarse por exigir de ellos obediencia y buen comportamiento y por tratar de imponerles el sentido de autoridad y respeto.

El amor, el respecto, el ejemplo y una buena comunicación es la base para un buen entendimiento entre el niño y el adulto ,por lo tanto es necesaria la comprensión de los demás, deben ser escuchados, entender su posición, no criticarlos, no humillarlos, ni abusar de ellos física o emocionalmente, el respeto a los niños no es hacer lo que ellos quieren, y el respeto debe ser mutuo, recíproco y en dos sentidos de los niños a los adultos y de los adultos a los niños.

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