Bendersky y Aizencang: de formas y formatos. ¿Escuela para todos?
Enviado por Virginia Peralta Azurmendi • 30 de Julio de 2023 • Trabajo • 2.763 Palabras (12 Páginas) • 391 Visitas
Bendersky y Aizencang: de formas y formatos. ¿Escuela para todos?
- ¿qué condiciones creamos para que todos puedan convivir y aprender en la escuela? Discursos éticos y políticamente correctos circulan dentro del sistema educativo, explicitando la necesidad de plantear una escuela para todos, que contenga las diferencias. Pero, ¿cómo?
-El debate de los últimos años abrió camino a voces en defensa del derecho de todos a la educación, de la mano de la figura de la integración. Es necesario analizar esta proclamación y buscar formas verdaderas para habilitarla, no como expresión de deseo, sino como una autentica opción pedagógica.
-Revisar conceptos y miradas nos permitirá avanzar y reflexionar sobre las formas y formatos que mejor permiten alojar la singularidad y abordar el todo que conforma cada grupo en las escuelas.
- En cuanto a la Historia, se observa diferentes modelos que son reformulados a lo largo de los años de la escuela:
- Modelo excluyente: prevalece en el s XIX, cuando la escuela era pensada solo para la elite
- Modelo segregador: surge a principios del s XX, planteando una escuela para todos pero que, sin embargo, deja muchos alumnos por fuera del sistema, argumentando el no aprendizaje de algunos, a pesar de ofrecer las mismas oportunidades para todos
Surge la repitencia como posible solución y así, comienza a segregarse el repetidor bajo supuestos de normalidad y anormalidad, desde una mirada puesta exclusivamente en el sujeto y en su posibilidad o imposibilidad para aprender los contenidos.
- Modelo integrador: surge en los ’50. La integración es una estrategia que procura solucionar el problema de la segregación de las personas que padecían algún déficit por medio de ayudas y apoyos en la escuela común.
En los ’70 se traslada la mirada del sujeto al medio y se comienza a hablar de Necesidades Educativas Especiales (NEE) como alternativa a definiciones como ‘’deficiente’’, ‘’disminuido’’, etc.
- Modelo inclusivo: en los ’90 hay un viraje debido a la preocupación por las personas con NEE, alejándose de la mirada del déficit y poniendo acento en las condiciones de escolarización ofrecidas.
-El recorrido nos permite recuperar búsquedas y reformulaciones que procuran responder al necesario trato de las diferencias en las escuelas:
- Integración como sinónimo de atención a la diversidad: es peligro, puede conducir a la desaparición de las diferencias y a la incorporación masiva de todos a la escuela común, generando verdaderas formas de exclusión.
Reconocer niños que por distintas cuestiones no pueden seguir los requerimientos de la escuela común implica considerar las diferencias y ofrecer las mejores posibilidades de escolarización para cada uno.
Asistir a la escuela común, estar presente, no implica necesariamente integración; por el contrario, se observan prácticas de exclusión.
- Modo de concebir la igualdad: esto es central ya que lleva a formas particulares de pensar y dar trato a las diferencias, dando lugar a consecuencias, no siempre deseadas. Cada modelo mencionado reposa en una concepción de igualdad que pone en tensión la idea de las diferencias.
En un primer momento, la Igualdad constituyó uno de los pilares de la expansión de los sistemas educativos modernos con el objetivo de nivelar y equiparar a los ciudadanos, procurándoles las herramientas para que puedan manejar el mismo lenguaje y aprendan las mismas cosas. Cualquier diferencia resulta un peligro para este proyecto de construcción colectiva y se procesan como deficiencias en las escuelas.
La diferencia tiene connotaciones de inferioridad o incapacidad, que problematiza y que es vivida como anormalidad que debe ser diagnosticada, reeduca y normalizada; produciendo la exclusión de muchos.
(Igualdad = homogeneidad)
Otra concepción de Igualdad es la que marca un quiebre progresivo de la visión homogeneizante. Se trata de un discurso de aceptación de las diferencias que se comienza a traducir en resignación frente a la desigualdad. En este marco surge el concepto de atención a la diversidad, develando un trato bien diferente a la tensión igualdad – diferencia.
Según Dussel la diversidad es leída como indicador de extrema pobreza o incapacidad; no engloba la diferencia inscripta en cada ser humano. La diversidad es el problema ‘’de los no iguales’’, de lo ‘’ajeno a mi’’, dando lugar a una pedagogía que no abre cuestionamientos a las políticas de normalización y exclusión de las diferencias. De este modo, conduce a la generación de políticas de compensación para los pobres y al establecimiento de las desigualdades como condición de partida. Ya no se trata de igualar sino de reconocer la igualdad, una mirada de victimización que deja al otro en una situación de resignación, falto de posibilidades para la acción, dejando poco margen para la acción pedagógica.
El reconocimiento de la desigualdad conduce a un trato piadoso frente a tanta impiedad social, reservándole a los alumnos el lugar de víctimas, nunca de iguales.
(resignación de la igualdad)
-En el texto la idea es contribuir al debate sobre las diferencias, no sobre los diferentes, y sobre todo acerca de las practicas inclusivas (distintas a las prácticas de integración)
-Dussel: ‘’desarmar el discurso de la diversidad implica, antes que nada, sacarlos del coto de ‘’los otros/los diferentes’’ y transformarlo en un discurso pedagógico sobre el conjunto y sobre cada uno de nosotros’’.
-Percibir la singularidad no implica desconocer las diferencias, sino reconocer en cada uno su posibilidad, considerando a la diferencia como aquello que se inscribe entre las personas, poner en juego la relación significa que la diferencia está ‘’entre tú y yo’’.
Atender a la diversidad: ¿Integrar o mirar la singularidad?
-Nadie duda en afirmar que las aulas son espacios en donde la heterogeneidad es constitutiva; no hay dos sujetos iguales ni dos alumnos que aprendan al mismo tiempo ni del mismo modo; sin embargo, la escuela trabaja sostenida en la ilusión de que todos aprenden de la misma manera y a la vez, basándose en un supuesto de normalidad que pretende todo el tiempo la igualdad, por lo que, aquel que se desvíe es el diferente, el diverso o LO diverso (el ‘’lo’’ da cuenta de la connotación de objeto y no de sujeto)
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