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Epistemología de las Ciencias Sociales


Enviado por   •  5 de Mayo de 2023  •  Ensayo  •  2.648 Palabras (11 Páginas)  •  87 Visitas

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Compartiendo una experiencia.

Caminar para tratar de comprender porque camino.

Maribel Trujillo Botello-Estudiante

Actualmente adelanto un doctorado en educación, el plan de estudio incluye un seminario de Epistemología de las Ciencias Sociales. Este seminario es dirigido por el Doctor José Pascual Mora García, quien incluyó dentro de sus actividades, un escrito libre, sobre alguna experiencia propia, de manera libre. Comenzaré a tratar de escribirla…

El relato solicitado es sobre mi propia experiencia en esa búsqueda del conocimiento en las teorías de la nueva era. Dentro del desarrollo del seminario abordamos varios temas, incluido el conocimiento holístico, las megas tendencias que tienen relación con las ciencias sociales, entre las que se abordó el tema de las teorías de la nueva era. Como en todo doctorado, antes de los encuentros de los seminarios, se envía al estudiante un material de apoyo para lectura, el docente había enviado un material previo para leer; en esta lectura encontré una palabra que capturó mi atención biocéntrico.

Dentro del currículo del seminario, otra actividad incluía que se debía realizar un documento con los términos que captarán nuestra atención, para lo cual mientras revisaba el material de apoyo iba registrando, buscando el significado de aquellos términos desconocidos para mí, entre esos términos como lo comenté antes estaba biocéntrico, pensé, es algo con vida, dado que la compone la silaba bio, la busqué para comprender, y continuar con la lectura; donde pude inferir o comprender que significaba que todos los seres vivos tienen el mismo valor tanto en la vida humana como en el resto de seres de la naturaleza. Un girasol tiene el mismo valor que mi propia vida. Algo de tú a tú.  

Dentro del desarrollo del seminario, el doctor Pascual mencionó algunos autores de la nueva era como Osho, Deepak, entre otros. Decidí participar, acá viene el relato, participé contando las vivencias que he tenido sobre este otro conocimiento. Inicié sobre cómo quise ir más allá, de entenderme, primero, yo. Cómo era eso de aprender a oír, a sentir mi cuerpo, para lo cual la primera puerta que toqué fue sobre el cuerpo humano como energía, nosotros los seres humanos somos iguales con los demás seres vivos, en una conexión invisible, lo tan conocido llamado como el hijo rojo, ese hilo invisible que nos conecta. Cierto o no, empecé a practicar una respiración consciente, escuchando mi propia inspiración-expiración, que esta fuera rítmica, pausada y sincrónica en los tiempos de inspiración-expiración.

Al comenzar con este sencillo ejercicio, cierto conocimiento sobre estar conmigo misma, aprenderme a tratar de conocerme, para nada fue fácil, existe cierta resistencia a lo desconocido, lo nuevo, posiciones sobre estas nuevas tendencias como algo que nada tiene que ver con la religión, pero difiero, dado que esto es aprender a conocernos, a querer nuestro cuerpo, al resto de seres vivos, pero algunas ocasiones las cosas desconocidas o nuevas generan temores.

Igual seguí explorando, quise avanzar, más allá de la respiración consciente, de saber que existía una conexión con el resto de los seres humanos y seres vivos, que están sobre esta tierra, todos tenemos el mismo derecho a estar en ella, habitarla, pero se olvida. Les compartí cómo esto me llevó a viajar por el mundo, a participar en encuentros en México, Perú, Ecuador y Costa Rica. Al entrar en este conocimiento sin profundizar, debo aclarar.

Me llevó a participar con Suzanne Powell, quien hablaba de que debemos tener un camino espiritual, que somos nuestros propios maestros; ¿Por qué comienzo con ella dentro de mi experiencia?

El Doctor Pascual nos comentó de cómo estos referentes en este conocimiento holístico tienen la capacidad de prepararse para partir de esta vida, lo cual me conectó con Suzanne, quien, un año y medio antes de fallecer, publicó el libro Vivir en Paz, Morir en Paz. Esa búsqueda de paz con nosotros mismos, de tranquilidad, de espiritualidad; también con Powell aprendí sobre la alimentación consciente somos de lo que alimentamos a nuestro cuerpo, sin tener en cuenta la bioquímica de los alimentos, sus propiedades, como prepararlos y realmente de que nos alimentamos. Complementario a esta alimentación consciente, con ella explore además el toque zen, reset colectivo y la meditación.

El reset colectivo como su palabra lo indica es como una limpieza en la memoria, como borrar de mi memoria o pensamientos, eso que ya esta interiorizado pero que es poco bueno para mi ser; sobre la meditación va en paralelo con el toque zen, ese toque en nuestros puntos energéticos que nos ayudan a equilibrarnos, porque debido al mundo exterior en el que transitamos nos perdemos afectando nuestros centros de energía derivando ciertas enfermedades. Ese toque se efectúa con la mano derecha sobre esos puntos energéticos, teniendo en cuenta que las manos son medios para que nuestra energía fluya. Comentando que ella nos manifestaba que al hablar debíamos evitar tantos movimientos con ellas, pues estaríamos perdiendo nuestra propia energía. Pero no fue solo con ella que me encontré para aprender.

La experiencia de las practicas con Powell las compartí con mi familia y algunos amigos, fue maravilloso, estaba poniendo en práctica lo aprendido, mis familiares y amigos sentían cierta conexión, además estaba siendo de ayuda para ellos y para mí misma.

Además, he sido participe de los retos de meditación de Deepak Chopra, donde también él habla de espiritualidad, la importancia de meditar, tratando de llegar a donde comienzan los pensamientos; realmente siento que la vida o la manera de observar la vida cambia. Entendí que una cosa es mirar y otra es observar, ver realmente lo que nos rodea, la diferencia entre oír y escuchar, esta última es a la que realmente le prestas atención. Esos retos son enriquecedores, dan un momento para detenerte de las carreras diarias de la vida, buscas un espacio en total silencio, donde uno se asombra o permites asombrarte de esa maravilla del silencio, de estar ahí sola, escuchándote y tratando de poner la mente en blanco, realmente es un gran reto y esfuerzo, pero logras al menos unos segundos y por experiencia propia puedo decir, es maravilloso.

Retomando a Powell, buscando esa experiencia fui a México dos veces participando de dos encuentros, tratando de encontrarme, hoy entiendo que cada día comienza con esa búsqueda, nunca termina ni terminará, es día tras día. Es como la analogía del cheque al portador de 24 horas; se tiene en cada nuevo día veinticuatros horas para vivir, disfrutar, ser feliz, donde algunas veces las dejamos pasar, a la orden del día están las diferencias, con el otro, con la familia, o en ocio sin hacer nada.

Con respecto al ocio, visto de la manera de incorrectamente usarlo como dije, para dejar de hacer algo, en vez de usarlo para recrearte o salir de la monotonía del trabajo, donde existe esa equivocación, de ese tiempo que se deja para usar en actividades diferentes como acabé de mencionar. Pero la vida es tan gratificante y maravillosa que cada nuevo día te brinda infinidad de oportunidades en esas nuevas 24 horas del día. La decisión de cada uno a elegir que desea o quiere hacer, pero al final es tener una sonrisa que te mantenga la alegría, que estes en calma.

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