Postura ante la finalidad de la educación

Iniciando a hablar de educación primero se debe hacer una conceptualización de ella, y para ello al inicio del semestre la concebía como el desarrollo de habilidades, conocimientos, actitudes, potencialidades; entre otras cosas, que se busca obtener en un individuo, sin embargo, en el proceso no siempre se cumple esto. Me parece interesante que dentro de la educación se involucran tres conceptos esenciales; el primero es el aprendizaje, éste es la consecuencia de la enseñanza, y se caracteriza por la adquisición de capacidades; pero algo esencial es que no puede haber una enseñanza y un aprendizaje, si no hay alumnos o aprendices que adquieran la información, así como también la vinculación de ésta con la escolarización, que es donde se va a impartir; es decir, la institución.

A lo largo del desarrollo del curso, este concepto se fue ampliando cada vez más, ahora con respecto a la importancia que tiene la educación, en el libro El hacer argumentativo, Plantín, C y Muñoz, N., mencionan que “El alumno es estimulado a ir y venir de un punto de vista al otro, de una posición argumentativa a la posición antagonista”1. Esto quiere decir que, se utiliza la argumentación como medio de defensa para sus puntos de vista, en donde se dirige un argumento a un interlocutor para admitir una conclusión, si éste la niega, debe de justificar la razón; y así, sucesivamente.

Dentro de la educación, la argumentación nos sirve como un tipo de debate para exponer nuestros puntos de vista o perspectivas, y llegar a una conclusión de manera colectiva, eso nos permite hilar nuestras ideas para formular una respuesta a las preguntas que se generen a lo largo del camino del aprendizaje, y así poder adoptar la que más nos convenga, debido a que, no siempre vamos a pensar igual.

Por otra parte, en la obra Desarrollo del conocimiento social, de José Antonio Castorina, se hace referencia a la argumentación en los niños, donde Faigenbaum, G., nos dice que “Los niños de edad preoperatoria se involucran en intercambios discursivos con episodios de argumentación donde pueden defender puntos de vista por medio de una justificación”2. Esto quiere decir que los niños hacen uso de una de sus habilidades argumentativas que se puede llevar a cabo a través de un conflicto, en donde se lleva a cabo un proceso mediador que le permite al alumno defender sus propias ideas.

Dado que, con ayuda de la persuasión, se realiza un análisis que permita determinar si ese razonamiento es correcto o no; por ejemplo, cuando hay una controversia en la hora del recreo y dos alumnos se pelean por un juguete, primero se deben de defender con argumentos de ambos para dar un contexto, y así poder tomar la decisión correcta y tener una conclusión acertada de lo que será justo para cada uno de ellos. Dunn (1988) relaciona que conforme los niños crecen, son más capaces de poder argumentar, debido a que, cuando son pequeños, buscan resolver los conflictos sólo a través del llanto, los gritos o los jalones, sin embargo, a mayor edad, pueden formular ideas y transmitirlas a través de palabras para defender lo que está sucediendo.

Ahora, en el libro El sentido de la educación, Carr, D., define a la educación como “aquella que se ocupa de la iniciación de los agentes humanos en sus capacidades racionales, en aquellos valores y virtudes que las personas llevan adscritas a su estatus”3. En donde se hace la diferenciación de una persona con un ser humano, ya que la primera es capaz de portar capacidades, valores y caracteres tanto racionales como prácticos.

La educación nos sirve para iniciar a adquirir valores, hábitos, prácticas, costumbres, que formen parte de nuestra cultura, así como también, que permitan desenvolvernos dentro de una sociedad, nos provee conocimientos y capacidades para llevar a cabo una vida productiva, responsable y satisfactoria, ya que, nos brinda las herramientas necesarias para poder comunicarnos con los individuos que forman parte de la misma sociedad.

Uno de los objetivos de la educación es eliminar del

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