ARTBO 2014: EL BOOM DE LA IMPOSTURA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO INTERNACIONAL HINCADO EN LA CULTURA COLOMBIANA Y DESCUBIERTO EN UNA VISITA NO GUIADA
Enviado por Jhon Giraldo • 25 de Abril de 2016 • Ensayo • 2.040 Palabras (9 Páginas) • 300 Visitas
ARTBO 2014: EL BOOM DE LA IMPOSTURA DEL ARTE CONTEMPORÁNEO INTERNACIONAL HINCADO EN LA CULTURA COLOMBIANA Y DESCUBIERTO EN UNA VISITA NO GUIADA
El concepto de arte fue tomado como tal con las primeras expresiones de los griegos. Anteriormente se concebía solo como el medio de expresión de las culturas rupestres y su evolución lo convirtió después en lenguaje. La necesidad de expresar sentimientos, pensamientos o situaciones hizo que el hombre tomara las expresiones artísticas como el mejor y más sensible medio.
Luego del paso del arte por el medioevo y el renacimiento, se comenzó a crear la idea de una nueva forma de arte comprendida y generada con las nuevas vanguardias del siglo XX como el impresionismo, el expresionismo, el cubismo, el futurismo, el arte no figurativo o abstracto, el neoplasticismo, el dadaísmo, el surrealismo, el pop art (que dio origen a la burbuja actual), el arte povera (pobre) y el nuevo realismo que creaba arte con materiales deshechos, se habló de un nuevo arte bajo la idea de “post-modernidad” que proponía reinterpretaciones, resignificaciones y giros lingüísticos para hacer un acto comunicativo. La idea nació después de que Duchamp en 1970 presentara un orinal como objeto de arte y lo siguieron movimientos como la transvanguardia italiana en la década de los 80’s y el neoexpresionismo, el neomanierismo y el simulacionismo en los años siguientes.
La cultura colombiana siempre ha sido tradicional respecto al arte y no proponía un nuevo arte paralelo a las creaciones en otros países. En la Nueva Granada estuvo vigente el muralismo en el período colonial, durante el siglo XVI, que tenía fuerza en los templos católicos y en las viviendas de personajes importantes dentro de la política. Se destacaba Mariano Hinojosa y Alberto Urdaneta dentro de las nuevas propuestas del impresionismo. En el siglo XIX se imitaba el concepto formal del arte francés caracterizado por el academicismo y representado siempre por paisajes, bodegones o retratos y luego se le dio una razón como centro vital en las pinturas que comúnmente eran testimonios sociales y testimonios políticos. En este nuevo campo se destacó Francisco Antonio Cano.
En 1936, el colombo-alemán Guillermo Wiedemann propuso un arte abstracto rompiendo con el academicismo del muralismo mexicano y el realismo francés que tomaba fuerza en América Latina, especialmente en Colombia. Se abrió las puertas para nuevas caras colombianas como Marta Traba, Alejandro Obregón, Débora Arango, Pedro Nel Gómez, Fernando Botero, Beatriz González, Luis Caballero y Santiago Cárdenas, quienes con sus obras llenaron el nuevo Museo de Arte Moderno de Bogotá en 1962. Este impulso tan fuerte que tomaba el nuevo arte en Colombia en la bidimensionalidad del dibujo y la pintura, lo complementó Edgar Negret y Eduardo Ramírez Villamizar con una nueva pintura abstracta geométrica y una plástica pluralista de la nueva escultura, y después Antonio Caro se convertiría en el promotor de un nuevo arte conceptual colombiano cargado de críticas al consumismo y la guerra en Colombia.
La idea del nuevo arte colombiano ya estaba en los museos y hubo una alta demanda de artistas propositivos, aunque en la tradición y la cultura de los colombianos no se comprendía todavía. Para llevar la nueva propuesta a todos, se crearon tres revistas especializadas en arte que posiblemente explicaría a los colombianos los nuevos movimientos. Estas eran “Arte en Colombia”, “Revista de arte y arquitectura en América Latina” y “Sobre Arte”. Estaban dirigidas por un nuevo periodismo acompañado del interés de los curadores ambiciosos por la importación del arte contemporáneo en la cultura colombiana. El Museo de Arte Moderno de Bogotá quiso también promover sus exposiciones dándolas a conocer con la revista “Arte, revista de arte y cultura”, donde mostraban en forma de catálogo sus exposiciones pasadas, promocionaban sus exposiciones futuras y mostraban crónicas internacionales acerca de arte. Es decir, que se intentaba llevar a todos los colombianos la idea de que un nuevo arte estaba entrando a romper la tradición colombiana y no se volvía a hablar de nuevas caras nacionales. Prueba de esto fue la primera exposición de artistas internacionales en 1990 dirigida por Álvaro Barrios. Una exposición que rompió con la tradición artística nacional pero que dio origen a tendencias como Maria Teresa Hincapié con la innovación de performances y a José Alejandro Restrepo con la idea de las instalaciones. A estos le siguieron Ezequiel Alarcón y Doris Salcedo y ya se veía una globalización de un nuevo arte. Ya todos hablaban de la exportación de movimientos artísticos colombianos y había un constante intercambio de arte.
En la misma década se creó bienales de arte y ferias nacionales con el propósito de conocer nuevas caras y propuestas. En el 2004 se creó la primera feria ARTBO que consistía en muestra de arte contemporáneo internacional con nuevas tendencias bajo el apoyo del Ministerio de Cultura con la intención de crear una nueva perspectiva del arte colombiano y tener más referencias. Diez años después, se convirtió en la feria de arte más importante de América Latina. ARTBO 2014 llegó con una nueva cara promoviendo el surgimiento de plataformas alternativas constituidas por 66 galerías de 29 países con la sección principal y la tradicional de Articularte, que presenta las nuevas tendencias de galerías latinoamericanas y dos nuevas secciones: Referentes y Libro de artista. La primera muestra una colección de obras curadas desde una mirada a la historia del arte entre 1950 y 1980 y la segunda, unas referencias desde la literatura.
Una visita no guiada a la famosa y esperada exposición, estuvo acompañada de mi postura personal, tradición, prejuicios, crítica y susceptibilidad. Ya antes había escuchado a Maria Paz Gaviria, directora de la feria, diciendo que el arte colombiano estaba pasando por el mejor momento porque había un equilibrio entre lo académico, lo comercial y lo institucional; me hizo creer que esta vez habría más propuesta nacional, más academicismo y más seriedad, pero la visita fue como estar en un museo extranjero, quizá de New York o Londres, donde había una minoría de colombianos que también
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