Actos de amenaza a la imagen

Actos que amenazan a la imagen (AAI)

La situación que relataré a continuación sucedió en las navidades del año pasado. Sucedió que, siendo época de festividades y reuniones, unos familiares llegaron a mi casa desde Ensenada, dispuestos a quedarse la noche del 25 y hasta la tarde del día 26. Siendo honesta, generalmente no suelo tomar parte en las reuniones que se dan en mi casa, sea porque tengo otros asuntos que atender, o simple y sencillamente porque no tengo el interés genuino de estar allí. Dicho esto, no será raro imaginar que, si bien los recibí al llegar y pasé unas cuantas horas en la sala de estar, escuchando pláticas y anécdotas que contaban, prontamente volví a mi habitación y decidí acostarme, pues en esos días no gozaba de muy buena salud y el barullo de todas las personas de visita me agitaban sobre manera. Busqué relajarme y sí, estuve acostada un rato, pero después, algo aburrida, decidí tomar mi laptop y buscar algo qué hacer para entretenerme. Más o menos a la media hora de tenerla encendida y estar en ella, abrieron mi puerta (y digo, la abrieron, porque ni siquiera tocaron); al ver la acción, supuse que sería mi abuela o alguno de mi familia, de las personas que viven conmigo, pues sólo a ellos no les reclamaría como tal, dado que me parece un acto grosero sin más. Mi sorpresa fue que no era mi abuela, sino que era mi primo, uno de los visitantes de Ensenada; un punto importante a resaltar es que como tal no es mi primo de sangre, pues su mamá es mi tía política y él tampoco es hijo de mi tío, hermano de mi mamá. El punto central fue que, después de abrir de manera grosera mi puerta, me pidió (o casi exigió) que le prestase mi computadora para que pudieran poner una especie de karaoke en la sala al conectar las bocinas que estaban por ahí; sus palabras fueron: “préstame tu laptop para conectar las bocinas y poner el karaoke aquí afuera”. Luego de analizar rápidamente el desarrollo de la situación, como es que ni siquiera había tenido los modales de entrar y ni siquiera tuvo algo de cortesía en pedirme algo de mi propiedad, simplemente dije que no, y por más que insistió, me negué rotundamente. Sinceramente, creo que si el entorno de la situación se hubiera dado de manera diferente, quizá mi respuesta hubiera sido otra.

P (AAI) = P + D + T

donde:
P (AAI) = peso específico que está relacionado con el acto que amenaza a la imagen;
P = poder que tiene sobre el hablante la persona a quien se dirige
D= distancia entre el emisor y el receptor
T = tasa de imposición, o el “peso absoluto” de un acto específico en una cultura dada

Interpretación:

P = No hay poder existente. El emisor (mi primastro) no tiene ningún poder como tal sobre el receptor (yo) y la cercanía es impalpable.
D = El emisor no es primo de sangre, ni tampoco cercano. No hay familiaridad con el receptor.
T = Laptop.

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