Alejandro fue el malo

Alumnas: Gutiérrez Basaldúa Frida Daniela, Pérez Sánchez Rocío Guadalupe       Grupo: 509

Alejandro fue el malo.

Luciano de Samosata, (125- 192 A.C.) Dedico su vida a diferentes actividades; a pesar de que Luciano es de origen humilde, estudió leyes y después llegó a ser abogado, además de ser también escultor y escritor. A Luciano se le atribuye la creación de un nuevo género literario, conocido como los diálogos satíricos (son una mezcla de diálogos, como su nombre lo indica, con la comedia).

A pesar de que se tiene registro de muchas obras por parte de este autor, el total es incontable, pero trataremos de dar una opinión sobre una de sus, creo yo, más conocidas obras: Alejandro o el falso profeta; ¿Realmente es un falso?

En la historia que nos narra Luciano, el personaje principal se llama Alejandro; mientras que en la vida real, se refiere a Alejandro Abonutico, quien fue un personaje histórico que fundó un importante oráculo que estuvo activo, al menos, un siglo. Su importancia llegó a tal grado que incluso se acuñaron monedas, que se conservan, con su figura y la de su dios Glicón. Luciano de Samosata, autor de Alejandro o el falso profeta, nos cuenta la historia de Alejandro de una manera un tanto diferente a lo que supuestamente fue, más bien le da un toque un tanto tendencioso.

La historia transcurre en el Siglo II d.C, aproximadamente en el año 165 (se muestra en una parte de la lectura), y para no inundar esta página con el resumen de la trama, sólo analizaremos lo que a nuestro parecer sobresale más de la lectura, o sea, las malas acciones de Alejandro.

En primera instancia, el autor nos da a entender que el protagonista es una persona increíble, pues lo describe como alguien sumamente inteligente, guapo y con barba (su característica más relevante al gusto de una de nosotras), entro otras cualidades que tontamente no recuerdo. Pero entonces, ¿Qué hay de malo en él? ¿Por qué el autor le da ese título a la lectura? Pues bien, he aquí la respuesta:

La primera cosa o hecho por el que juzgamos a Alejandro es el ser tan promiscuo e infiel que fue al engañar a su esposa Selene, agregándole el hecho de que ya era padre. Perteneciendo a mujeres de la actualidad que defienden sus propios derechos y siendo conocedoras, ya sea por vivencia de alguna persona cercana o por escuchar historia ajenas, tomamos a Alejandro como una alguien sin escrúpulos y vividor. Con esto ya podríamos terminar este escrito, sin embargo, hay todavía más acciones de las que debemos hacer uso de la palabra.

Él “profeta” consideró a su propio pueblo como personas tontas y por eso quiso ejercer poder, gobernar ahí y no en algún otro lugar. Otra razón para juzgarlo como malo.

¿Por qué Alejandro permitió que Rutiliano, quien rondaba por los más de sesenta años, tomara a su hija quien era sólo una jovencita? Obviamente también criticamos a Rutiliano, pero lo principal es el padre convenenciero. Tercer hecho que hace de él una fea persona.

Ahora sí, las mentiras.

Alejandro, además de creer tonto a su pueblo, los engañó, les mintió sobre algo sagrado, el oráculo de un Dios, lo que para la época significaba algo realmente grande. Consiguió la atención de varias personas que de verdad lo creían profeta, personas que lo servían y por encima le pagaban para ser iluminados por un oráculo falso.

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