Análisis El laberinto de la paz

EL LABERINTO DE LA PAZ

Análisis del capítulo “Los hijos de la Malinche”. 

En este capítulo a mi parecer se dedica a describir a los mexicanos y explicar la razón de nuestra conducta y de cómo somos vistos por los extranjeros.  

El escritor inicia resaltando que los mexicanos somos personas herméticas y por ello le resultamos ambiguos y llamativos a los extranjeros, que la mayoría de las veces no demostramos como somos realmente. Pero esta actitud está basada en nuestra historia, es decir, que es consecuencia de las guerras, la colonización, la lucha por la independencia y los diversos ataques que hemos recibido. Octavio dice que la historia de nuestro país nos ayuda a comprender ciertos rasgos de nuestro carácter a condición de que seamos capaces de aislarlos y denunciarlos previamente.  

En este capítulo también se centra mucho en el capitalismo en México, este significa el despojo de lo humano al reducirlo a su fuerza por el trabajo, la sociedad capitalista se hace eficaz, pero pierde el rumbo. Para explicar mejor esto, Paz menciona a los obreros, dice que el obrero está disuelto en lo genérico de la clase, pues no es dueño de sus herramientas, ni del resultado de su obra ni de sus ganancias. El obrero apenas y cumple una función en la cadena de producción, por lo tanto, su trabajo se deshumaniza. El autor explica y ejemplifica muy bien cómo funciona la esfera social y política del sistema capitalista, es triste darse cuenta de que los mexicanos nos regimos por el terror y la represión que ejercen los altos mandos sobre nosotros y que cuando un grupo social no se somete ante dichas represiones o ideas estos son perseguidos e incluso ejecutados por los mandatorios.  

Otra cosa que llamó la atención de este capítulo fue la importancia que Octavio Paz le da al lenguaje diario que se compone por palabras prohibidas que mayormente reflejan el estado de ánimo que se tiene en ese momento. Dice que gracias a la manera tan única de utilizar este lenguaje es que nos diferenciamos de los extranjeros y es una manera de afirmar nuestra mexicanidad. Es interesante cómo convierte una simple expresión en nuestro grito de guerra: ¡Viva México, hijos de la Chingada! Nunca había prestado tanta atención a dicha expresión y tampoco había analizado el gran significado que esta pudiera tener para afirmar nuestra patria, frente, contra y a pesar de los demás. Él dice que es nuestro verdadero grito de guerra ante aquellos malos mexicanos, nuestros enemigos, nuestros rivales y extranjeros. También es interesante cómo explica y despliega el significado de la palabra “chingada”, personalmente se me hacía una palabra vulgar que no tenía tanta relevancia u orígenes importantes. Esta parte del texto bien podría ser como un manual para los extranjeros y puedan entender todos los contextos en los que se utiliza esta palabra y que el significado de esta varía según la tonalidad de la voz que se tenga, ya que para los mexicanos ésta tiene un buen de significados.  

También se hace énfasis del machismo en México, nos dice que es imposible no ver la semejanza que guarda la figura del macho con la del conquistador español. Ése es el modelo que rige las representaciones que el pueblo mexicano se ha hecho de los poderosos: caciques, señores feudales, hacendados, políticos, generales, capitanes de industrias, todos ellos son “machos”.  

Por último, Octavio dice que el pueblo mexicano no perdona la traición de la Malinche, quien se entrega voluntariamente al conquistador dándole la espalda a su patria. De aquí es donde surge el adjetivo despectivo “malinchista”, se les llama así a los partidarios de que México se abra al exterior. Nos dice que a partir de esta traición el mexicano tiene un conflicto que aún no ha resuelto, él no quiere ser ni indio ni español, tampoco quiere descender de ellos, tampoco se acepta como mestizo, si no que se ve simplemente como un hombre. El mexicano empieza en sí mismo. Para el escritor el mexicano y la mexicanidad se definen como ruptura y negación, y también como búsqueda, como voluntad de trascender ese estado de exilio.

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