Crónica literaria Varados en el océano

Crónica literaria

Varados en el océano

Ayer me junte con mi amigo Julián y de repente el decide preguntarme:

¿Usted se ha enterado de lo que le paso al barco Celebrity Eclipse?

A lo que yo deci responder que no estaba enterado de nada, fue ahí donde el trataba de narrarme la situación de ese crucero, pero no le salían las palabras para contarme y lo que pasaba allí, sin embargo, fue ahí donde de la nada estallo en un llanto de lágrimas. Yo no sabia más que hacer para consolarlo, tampoco sabía que pensar, si había pasado algo o no, entonces no se me ocurrió otra cosa que volverle a preguntar que es lo que sucedía en ese crucero.  Me conto que su abuela Luciana se encontraba allí, que tenía miedo que le pase algo, que se contagiara alguna enfermedad ya que por su edad tenia problemas de salud y además que el barco se hallaba a la deriva en el mar y que hacía días no sabían nada de ella.

Inmediatamente después de escuchar su palabra, mi cabeza estallo de preguntas:

¿Quiénes más estarán en ese crucero? ¿niños, ancianos, trabajadores? ¿estarán bien? ¿habrá algún infectado? ¿cómo estará la abuela de Julián? ¿estará sana? ¿le faltará algo?

Todas esas preguntas estaban en mi mente porque recordé que no era el único caso de cruceros que le pasara esto. De pronto Julián recibe una llamada, era ella, su abuela, lo  llamaba para decirle su situación actual y que el crucero se dirigiría a Estados Unidos donde, desde allí, intentaría volver para Buenos Aires, después de haber escuchado eso sus lágrimas se transformaron en alegría, yo no entendía ¿Por qué? si su abuela seguía en riesgo y fue ahí donde me atreví a preguntarle a lo que me respondió  que no sea ingenuo que el ya sabía eso pero que no le importaba, que estaba así porque hablo con su abuela y la escucho bien que eso era todo lo que le importaba.

Yo siempre trate de cambiar tema, de animarlo un poco, lo lleve a jugar un rato para que pudiera distraerse sin embargo él no podía parar de pensar en su abuela,  si la dejarían entrar a Estados Unidos para luego poder volver a  Argentina, como  yo no podía verlo así, hable con mi tía que trabajaba para la embajada de Estados Unidos y  le explique la situación en la que se encontraba Luciana y que era probable de que no la dejaran entrar para poder volverse a la Argentina. Fue así como, mi tía, hizo todo lo posible para asegurar que dejasen entrar al país a Luciana, después de horas de charlas y más charlas mi tía pudo lograrlo. Inmediatamente le informe a Julián esta situación y apenas termine de contarle explotó de lágrimas, allí me puse a pensar si había hecho o dicho algo fuera de lugar o algo que no correspondía. El me abrazo y me dijo gracias a lo que yo le respondí para eso son los amigos y me di cuenta de que, el, lloraba de la emoción.

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