Cuento “Baloo”

¿Quién te escucha? ¡Quién te lee?

Nadia L.R.

Iktan

28/09/2020

“Baloo”

En un albergue de perros callejeros, sobresalía una bola de pelos pulgoso un tanto especial, pues era el perro más pequeño de todos “Baloo” un chihuahua café el cual esperaba con ansias ser adoptado algún día…por ahora tenía que esperar y ser paciente. Siendo el más pequeño la hora de la comida era un problema…todos se amontonaban frente a la bolsa de croquetas esperando a que el señor les sirviera, los grandes tenían suerte pues eran los más sobresalientes y con su ladridos no creo que el señor quisiera ser mordido como hueso, medianos igual con su mimos era más que suficiente para sirvieran rápido a su platos, el turno de Baloo…la misma cantidad de siempre, casi el tamaño de su pata, era eso o ser testigo de una estampida sobre el

Cuando caía la noche, su sueño más recurrente era ser muy grande, tanto que ni el viento pudiera tirarlo…es justo soñar así. Los días pasaron rápido sin cambiar la rutina y sin seguir siendo adoptado…hasta que un día pasó algo muy interesante, la hora de la comida se estaba acercado, el señor pronto entraría abriendo la puerta con una mano mientras que la otra sostenía la bolsa de croquetas sobre su hombro listo para servir  ¡pero esta vez no sería el último como siempre! No no señor, con su plato en la boca frente a la puerta correría como nunca hacia el señor y brincar sobre el si hacía falta…

Plan fallido, los grandes tienen aún más ventaja de correr por sus enormes y fuertes patas, de ser el primero paso al último…no de nuevo… cabizbaja con su plato perdido, triste y enojado algo cambio dentro de el, comenzó a ladrar muy emocionado y desesperado, con su ladrido agudo pudo llamar al señor y parar el servicio de servir, al verlo tan inquieto y chillando lo miro curioso pues el nunca había hecho eso. El perrito de último, capto rápido, pues siempre le tocaba un porción pequeña notaba eso cuando le servía, el señor busco un plato grande y sirvió una cantidad muy especial para el, los demás perros sintieron celos un momento pero comprendiendo al chihuahua y darse cuenta que eran muy malos compañeros entendieron, Baloo se sintió tan feliz que su cola tal vez se caería, no solo el día fue interesante, fue el especial de que finalmente fuera adoptado.

Ser pequeños se puede llamar a grandes

...