Cuento los primos perdidos

LOS PRIMOS PERDIDOS

Había una vez, tres primos se llamaban María, Gael y Yoselin. Un día sus papas les dijeron que iban a mudarse a una casa en el bosque, ahí viviría toda la familia.

Al recibir un diagnóstico de autismo, no solo ha de cambiar la vida de un niño o niña, sino también la de su núcleo.

La familia jugara un papel fundamental en la educación de cualquier niño, sin embargo, al hablar de niños con TEA, la labor cobra una mayor relevancia y fuerza. Desde la primera infancia, estas familias han de vivir el día a día de manera distinta.

La familia, pero en especial los padres, soportan mucho estrés llegado desde diferentes ámbitos, el ritmo de vida que llegan a llevar implicara las diversas terapias con sus horarios propios, los tratamientos dentro del hogar, las implicaciones y responsabilidades laborales, así como la propia vida familiar. A la par de todo lo anterior se identifican especiales necesidades económicas que en ocasiones no hará otra cosa que complicar la situación.

Al llegar al bosque, vieron una casa embrujada y la querían visitar, les dijeron a sus papas y les dieron permiso. Yoselin estaba muy asustada, pero Gael le dijo que debían separarse, la casa tenia muchas trampas y los niños cayeron en una trampa de la casa y después los papá los fueron a buscar pero no los encontraron. Después los papá llamaron a la policía para que los busquen pero las policías encontraron la casa que los niño habían encontrado, pero las policías entraron y cayeron en otra trampa. Y luego en otra, pasaron muchas horas hasta que todos lograron huir corriendo.

FIN.

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